Furia y Hart pillaron cada uno una consola de Total Annihilation 3000 para hacer una demostración y Mantis se sentó cerca, en un taburete alto. Le habían contado algo de que quien perdía se llevaba un chispazo y no se lo quería perder. Las consolas eran enormes, normal que Hart no se la pudiera permitir. Cada una tenía un cuerpo central de más de dos metros de altura y otros tantos de ancho, ocupado casi en su totalidad por una pantalla y, aun así, aquello sólo era para el público, porque los jugadores llevaban gafas de realidad virtual. Del marco inferior sobresalían dos soportes, como en una máquina de gimnasio para subir escaleras imaginarias, y de los laterales salían brazos en los que Furia y Hart metieron las manos hasta medio antebrazo con confianza. Al montarse, los apéndices mecánicos adquirieron vida y elevaron unos palmos a los jugadores, dando la sensación de mantenerlos suspendidos en el vacío, en el que tendrían bastante libertad de movimiento. Recordaba a esas historias en las que la gente se metía en robots gigantes para controlarlos y pelear con otros monstruos gigantes. Para darle algo más de ciencia ficción al asunto, las pantallas dijeron estar haciendo cálculos físicos, fisiológicos, neurológicos y hasta análisis de sangre, y así reconoció a los dos jugadores. La pantalla pasó a saludarles como si fueran viejos amigos, llamando "Némesis" a Furia y a Hart, simplemente "Hart".
–¿Una pelea pequeña? –propuso Furia, alias Némesis. Aunque la verdad era que Furia venía siendo como otro alias, aunque era de diario–. ¿Dieciséis o treinta y dos?
–Hay una cola enorme para las salas de dieciséis –contestó Hart, alias Hart–. En una de treinta y dos entraremos antes.
Mientras esperaban, Daniel escuchó el sonido de otra de aquellas consolas TA3 poniéndose en marcha y se asomó con cautela a otro pasillo. Lo que vio lo echó para atrás tan rápido que Mantis tuvo que ir a mirar.
–¡Ey, peña, que alguien más se va a unir a vuestra fiesta por aquí! –informó pegando un grito.
–¡¿Quién?! –quiso saber Némesis, alias Furia.
–¡Pues, teniendo en cuenta que no hay tías tan cachas y bien trajeadas en la Academia, una villana!
–¡Pero cómo se llama en el juego!
–¡Behemoth! –leyó Mantis, sin achantarse por la mirada evaluadora de la villana, que se había levantado las gafas de realidad virtual.
–¡Sí, ya veo! ¡Menudas estadísticas más pochas! –se burló Furia, demostrando que tenía bastante orgullo puesto en el juego.
–¡Yo soy más de la vida real! –le contestó la tal Behemoth.
–¡Eso suena a que vas a perder! –contestó Furia, sacando su vena competitiva a relucir, lo que hizo que Mantis aplaudiera animándola.
Las pantallas avisaron que entrarían en combate en diez segundos, por lo que Mantis regresó con sus amigos para ver la pelea desde su lado. Las pantallas pasaron a mostrar un terreno rocoso y desértico en pleno ocaso dorado. Némesis y Hart aparecieron en puntos diferentes del mapa y a cada cual le surgieron distintas barras cargadas o descargadas enmarcando el paisaje. En el centro estaban los personajes (para verlos no podía ponerse justo detrás del jugador), unos avatares preciosos, con ropas que no tolerarían jamás en la Academia; Hart tenía un estilo urbano, macarra, con su chupa de cuero y nudilleras de metal en ambos puños, Némesis era como una militar postapocalíptica, con las manos vendadas hasta el codo y unas botas con puntera y tacos de acero.
A los tres segundos de aparecer, una lluvia de balas cayó sobre Némesis.
–Previsible –murmuró Furia socarrona, moviéndose impetuosamente para que su personaje se pusiera a cubierto.
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Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)
Teen FictionElla no quiere estar en el Instituto del Mal, pero no tiene otra salvación que ser una alumna modelo. Una historia de supevillanos y superhéroes todavía en edad escolar. Portada obra de @Anaesthetixs Si os mola la historia y tenéis ganas...