Garrison Proud

¿Listos?

El día Lunes Pidge despertó más temprano de lo acostumbrado, aún tenía fresco en su memoria el recuerdo de lo ocurrido el día anterior por lo que necesitó mucha voluntad para levantarse de la mano, ese día tenía que reunirse con su equipo y el equipo de Keith con Shiro y aún no estaba segura de cómo debía actuar frente a él después de lo ocurrido. Cuando su alarma sonó ella ya estaba lista para apagarla, así que solo se puso el uniforma más como aún sentía frío se colocó la chaqueta de Keith encima, hizo una nota mental de regresársela en cuanto lo viera y después de meter un par de cosas en su mochila.

— Nos vemos en la noche, Green — se despidió de su adorado peluche que estaba reposado en la parte superior de la cama, era lo único en toda la habitación que parecía en su lugar, y se dirigió escaleras abajo.

Había acordado con Lance y Hunk que se verían directamente frente al salón; después de entregarles las llaves, les había dicho que se sentía enferma y se había escondido en su habitación el resto del día, ni siquiera había avanzado nada en sus programaciones, pensó en ir a ver a su padre para distraerse, pero no dejaban a los alumnos de primer año acceder al tercer piso donde su padre tenía su oficina, así que para su modo de ver las cosas había desperdiciado el día completo y no había sido siquiera capaz de saber que había pasado con su pila de refacciones.

Caminó cabizbaja sin notar por donde caminaba hasta que, en su distracción, chocó contra alguien cayendo al suelo.

— Lo siento, fue mi... — intentó disculparse, pero al ver que era Shiro quien estaba parado frente a ella las palabras se quedaron olvidadas en su garganta.

Se sintió sonrojar, mientras que el rostro Shiro también tomaba un color carmesí y ninguno de los dos se movió por un minuto entero, más con un pequeño sobresaltó ambos regresaron al mundo real.

— Lo siento — se disculpó Shiro de forma tímida mientras se inclinaba para ayudar a levantarse a la chica.

Pidge dudó por un momento, más al final tomó la mano de Shiro y se pusó de pie, ambos seguían sin reaccionar con rapidez, sentían el corazón latirles muy rápido en el pecho, habían tantas cosas que querían decir y a la vez las palabras se negaban a salir de sus labios, más cuando la chica notó que seguía tomando la mano de su maestro la retiró con rapidez al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás y desviaba su mirada.

— Es extraño verte tan temprano — mencionó, desesperada por decir cualquier cosa.

— Ustedes siempre son tan puntuales — explicó Shiro tan avergonzado como la chica —, así que pensé iniciar la clase antes para no hacerlos esperar.

Ambos evitaron verse y un silencio incomodo los envolvió, más cuando Shiro se decidió a disculparse por lo ocurrido, un doble grito robó la atención de ambos.

— ¡Pidge!

La chica se inclinó para ver el pasillo detrás de Shiro de donde provenían los gritos y pudó ver a Lance y Keith caminando hombro con hombro; Keith traía dos vasos en sus manos, mientras Lance traía una bolsa en la suya. No eran los únicos, detrás de ellos Jessica y Mylene susurraban entre risas mientras veían a los dos chicos en su competitiva carrera y tras estas un avergonzado Hunk trataba de seguirles el paso.

— Buenos días, chicos — los saludo la chica y en realidad estaba feliz de verlos y así tener una excusa de alejarse del docente; pero en cuanto se acercó a ellos, la bolsa que Lance tenía en su mano y uno de los vasos que sostenía Keith estaban en su rostro — ¿Qué es esto?

Keith y Lance se dedicaron una gruñona mirada, mientras Jessica y Mylene reían con fuerza.

— Pasamos al comedor antes de venir — explicó Keith un poco sonrojado —, creí que te vendría bien un chocolate caliente por el clima.