Te voy a encontrar

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Te voy a encontrar

«Tu belleza conquista la oscuridad

Por la noche la tierra se elevará...»

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«"Quizás se moleste un poco con mi larga ausencia aunque debo conquistar nuevos horizontes, estaré ahí en diferentes ramas de la vida" »

El hacia un pequeño viaje hacia todos sus recuerdos como si fuera un huésped en su propia mente. En la vida real, en donde todo se llevaba a cabo con una reconstrucción de Londres que en ese momento él vagaba como una sombra más del averno pero sus huellas que dejaba se trataban de marchas de sangre y cuerpos mutilados de criminales o de seres humanos que condenaba por sus 'pecados'. Así, lo diría un viejo amigo suyo. El vampiro consumía las mil almas de su propio infierno.

No tenía armadura como recordaba a excepción de aquella última batalla, usaba la vestimenta de su propio antiguo enemigo: una larga gabardina rojiza, un sombrero del mismo color, anteojos anaranjados que ocultaba sus ojos color lava. Un saco sin mangas de color negro y usaba camisa debajo de su gabardina. En las calles de Londres podría aparentar como un humano o un lobo negro de intensos ojos carmesí con un apetito algo bajo control pero insatisfactorio a la vez.

A pesar de beber tanta sangre de algunos delincuentes que castiga a su voluntad y sin permiso, ni arrepentimiento. El buscaba una sangre muy especial para terminar con todo esto pero...Tenía que dormir de nuevo, todavía no era el momento aunque pronto la vería de nuevo como la recuerda en su memoria; toda una mujer valiente que no se da por vencida y no acepta el fracaso en ninguna misión, ningún cabo suelto o no quiere perdida de víctimas inocentes...

Una mujer hecha y derecha con todas las letras, inteligente y orgullosa defendiendo sus ideales, respetuosa con su entorno y con el trabajo del otro, estricta con sus órdenes y domadora de bestias salvajes como él: ella era su dama de hielo.

Sus ojos se cerraron de nuevo, tenía que seguir con su objetivo:

Me sorprende que sigas vivo—resonó una voz masculina juvenil y algo infantil que le resultaba familiar. Una silueta se aproximaba con orejas de gato y una cola movía de izquierda a derecha. Uno penetrantes ojos rosados y sus colmillos sobresalían por su labio inferior. Era Schrödinger, uno de los miembros de Millenium.

—Siempre estuve no-muerto —Contradijo, embozando una sonrisa de oreja a oreja que ocultaba por el momento sus colmillos—. Pronto te reunirás en el infierno con tus compañeros.

El hibrido felino se puso tenso después por el comentario pero de algo estaba seguro, se encargaría de complicarle el regreso a su organización...Si había ganado la guerra en la vida real, él se encargaría de manipular sus recuerdos arrastrándolo a sus sueños pasados.

No tan rápido —Interrumpió con una voz juguetona—Juntos vamos al mismo Infierno.

Todo comenzó a colapsar algo no estaba saliendo bien. La mente de Alucard esparcía miles de recuerdos tanto antes de ser un nosferatu como también siéndolo; su infancia, la cantidad de gente que mató, la guerra que perdió incluyendo cuando fue vencido por Van Helsing y también los romances que tuvo...

— ¿Qué carajos es todo esto? —Preguntó. Quedando atento a los fragmentos que lo rodeaban con cada recuerdo que se formaba como un muro para impedirle el paso.

Quieres volver ¿No? El felino había desaparecido pero su voz resonaba como un profundo eco—.Que empiece el juego—rio entre dientes.

Te voy a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora