1. Cambio de colegio

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Fué una tarde agitada, toda mi habitacion estava desordenada. La habia ordenado el dia anterior y me hizo mucha rabia tener que volver a hacerlo. No sabia como pero sin querer la desordenaba de tal manera que al dia siguiente tenia que volver a ordenarla. Aquel dia estaba cansada ya que habia quedado con mis amigas para ir a dar una vuelta y no habiamos parado de caminar hasta la hora de irnos. Nos costó mucho despedir-nos ya que llevabamos tres semanas sin vernos por culpa de los examenes. Yo me tuve que canviar de colegio por culpa de mis compañeros que me metieron en un lio muy gordo, dijeron que habia sido yo la que habia puesto una chincheta en la silla de mi profesora favorita, yo nunca haría eso, pero ellos me culparon. Mi profesora se lo creió y me llevó al despacho del director, el director muy enfuriasmado me dijo que eso era una gran falta de respeto y me explusó del colegio durante una semana. Al volver a clase mi profesora no hacia mas que mirarme, hacerme preguntas dificiles de responder, para suspenderme, y no ayudarme en las dudas que causaban sus malas explicaciones. Obiamente ya no era mi profesora favorita y tambien es obio que suspendí esa asignatura. Por todo eso me cambiaron de colegio a más que entonces todos los profesores la creierón y empezaron a tratarme igual que ella. Por ese motivo no veía mucho a mis amigas, así que cuando tenia un hueco las iba a ver.

Aquella tarde ví que un chico muy alto y delgado nos miraba. Mas bien me miraba a mi y sonreía.

Al principio me extrañó que un chico tan guapo me mirara, pero después le devolví la sonrisa y me despedí de mis amigas que me habian acompañado hasta la puerta de mi casa. En esos instantes el chico se me hacercó con la sonrisa aún dibujada en la cara y me pregunto que como me llamaba a eso yo respondí: 

-Me llamo Paula- dije con voz tímida, cosa que yo no era nada tímida, entonces me preguntó si queria ir a dar una vuelta con el y yo convencida le dije que no podia, porque era demasiado tarde y yo me tenia que ir a casa. Cuando me giré, el me agarró del brazo y me besó. No me lo podía creer, será estupido, pensé. Así que le dí un bofetón. El me miró entristezido y le dije:

-Eso te pasa por estupido y grosero- el me miro con cara de enfadado y se fué por donde habia venido. A eso que le dije:

-¿Y tu cómo te llamas?

- Alex.- me respondió con cara de pocos amigos- Pero poco te importa ya, con el bofetón que me has dado me ha quedado bien claro.- yo me sentía un poco mal, pero pense que ya le estaba bien a ese maleducado. Con mis calculos pensé que podría tener unos diezisiete años de edad y también pensé que era guapo, pero no quise distraerme por un chico que apenas conocia. 

Entré en casa y ví a mi madre que estava mirando una pelicula de comedia, ella reía como nunca y se fijaba en cada movimiento de aquel personaje tan poco astuto, tenia cara de bobo y siempre llebaba consigo un osito de pelcuhe pequeño, al parecer el nombre del personaje era Mr. Bean. A mi madre siempre le habian encantado las películas de terror por eso me extrañó que mirara una de comedia. Al cabo del rato, cuando la película acabo se puso a hacer la cena. Yo subí a mi cuarto angustiada por haber pegado a aquel chico, pensé que era muy tonta por haberle pegado, aunque dentro de mi, algo me decía que lo habia echo bien. 

Mi madre nos puso la cena. Mi padre llegó tarde así que no lo ví porque yo ya estaba durmiendo.

Quedaban pocos dias de clase así que decidí ponerme a estudiar mucho mas que antes y recuperar todos los esxamenes suspendidos por culpa de mi falta de atención y de aquella estupida profesora del otro colegio. En este las cosas me iban muy bien, ya habia echo muchas amigas aunque la mitad solo eran niñas que querian saber sobre mí. No les hice caso a la mitad pero hubo una que me llamó mucho la atención. La chica era mucho mas bajita que todas y por la mirada parecía muy tímida, se asustaba facilmente y no le gustaba hablar con nadie. Yo me extrañé y fuí a hablar con ella.

-Hola- le dije, ella se giró extrañada, y dijo:

- No pensaba que me fueras a hablar nunca- era demasiado tímida para tener amigas así que me senté a su lado. Ella aún se extrañó más. Por lo que había sentido nadie se habia sentado nunca a su lado desde que llegó a ese instituto, era la mas estudiosa de la clase y en todas las materias sacaba las mejores notas del instituto. 

- ¿Porqué no te hablas con nadie?- le pregunté preocupada. Al momento ella dijo:

-Dejame en paz, todo el mundo me dice lo mismo, si no quiero hablar con nadie no es problema tuyo. Ni tuyo ni de todos estos idiotas que estan en este instituto. Dejame de hablar o nadie querrá ser tu amigo. - Dijo con claridad que nadie querría saber nada de mí si yo continuaba hablando con ella, eso me sonó raro así que pregunté cosas sobre ella a Lucía, una chica que hacía ver que era mi amiga pero era muy falsa.

Ella me contó que se llamaba Luna, su padre le quiso poner ese nombre porque no le gustaba el sol ni la luz del dia, en cambio la luna le encantaba y tenía toda la casa con cuadros de la luna: reflejada en el mar, en un lago, en medio de dos montañas... Cuando ella nació, su madre murió, así que siempre se había sentido culpable de la muerte de su madre a pesar de no haberla conocido. 

Yo me quedé immobil, ¿cómo podía ser que a un ser humano no le gustara el sol ni la luz del dia? Me extrañé muchísimo, y de pronto ví que Luna se apartava de mi lado y se iba a otro pupitre hacia donde no había nadie. 

Ahora si que me había quedado perpleja, ¡Ni que yo tuviera la lepra! Ella me miraba muy mal, no sabia lo que le pasaba y pronto sonó el timbre para informar que era la hora del recreo, ella pasó por mi lado y me dijo que queria hablar conmigo, que nos encontrabamos en la entrada del laboratorio de ciencias.  Yo asentí con la cabeza bien alta y cuando Lucía me miró hice ver que no había pasado nada, aunque ella ya se había percatado de lo ocurrido. 

Lucía se me acercó a paso lento mirandome mal, y me dijo:

-¿ Qué te ha dicho ya esa loca?, no le hagas caso esta obsesionada con tonterias. -Yo me quede alucinando, ¿porque habia dicho eso?

A la hora del recreo me acerqué donde Luna me había dicho y ví que ella ya me estaba esperando, fuí a ver que le pasaba y lo que me contó me llevó a la conclusión de que Lucía tenía toda la razón.

Paula, no tengas miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora