Narra Luce.
¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué él tenía que ser el mejor amigo de mi hermano? ¿Por qué tenía que marcharse a la universidad? Allí encontraría a la chica que siempre buscó, con la que compartiría los momentos más importante de su vida. Lo más triste era que ella, no sería yo. Para él siempre sería Luce, la hermana menor de su mejor amigo.
Luke Hemmings, un sexy rubio de unos increíbles ojos azules, que con su voz podía enamorar a cualquiera. Eso fue exactamente lo que hizo conmigo, una canción y me tuvo a sus pies. Aunque por mucho tiempo quise odiarlo, simplemente se me hacía imposible. Lo único que podía hacer para mantenerme alejada de él, era hacerlo enojar para que termináramos discutiendo. Pero ahora lo perdería y él jamás sabría lo que llegué a sentir.
No solo lo perdería a Luke, mi hermano también me abandonaría y tendría que soportar sola a los pesados de nuestros de padres. Ethan, además de ser mi hermano mayor por sólo un año, era mi amigo y compañero. Juntos éramos los Hermanos Smith, los más rebeldes del colegio y ahora solo sería Luce; ya no más Ethan.
Las maletas ya estaban acomodadas en la parte trasera de la camioneta, en solo cinco minutos ellos no estarían conmigo. Mamá me miraba fijamente como si fuera a cometer una locura, como esconderme en uno de los bolsos de los chicos, pero ya era demasiado tarde para hacerlo. Ese día era para despedirse, por lo que ambas familias se habían reunido para un gran almuerzo.
Todos estaban en el jardín delantero deseándoles suerte y diciéndoles que se diviertan, mientras los abrazaban. Ethan se me acercó para darme un abrazo, pero lo esquivé. No quería despedirme de él. Salí corriendo y entré a casa a toda velocidad, me encerré en mi habitación con la música a todo volumen. Mi cama estaba toda revuelta y algunas prendas de ropa desparramadas por el suelo, lo único que estaba limpio y ordenado era mi colección de cd’s y mi biblioteca. Aún con la música alta pude escuchar los gritos de mi hermano llamándome, mientras golpeaba la puerta.
-Mierda Luce, abre la maldita puerta-Ethan estaba realmente enojado.
-No puedes entrar, no se admiten muggles- grité aumentando el volumen de Welcome to my life.
La puerta dejó de ser aporreada súbitamente así que me acerqué lentamente y la destrabé. Ethan y Luke irrumpieron en mi habitación rojos de la furia y me observaron con el ceño fruncido.
-Váyanse, no quiero decirles adiós- susurré, pero a ellos se les hacía imposible escuchar.
-¿Puedes apagar eso? No puedo escuchar ni mis pensamientos- dijo Luke alzando la voz.
-No puedes escucharte pensar porque nunca lo haces- lo obedecí y apagué el reproductor de música.
Ethan se acercó y me dio un fuerte abrazo que me dejó sin aire, me susurró al oído que jamás me abandonaría, que siempre seríamos los hermanos Smith y que nada ni nadie nos separaría. Los ojos se me llenaron de lágrimas, pero no lloré, nunca lo hacía. Me soltó y salió de mi dormitorio para dejarme sola con Luke. Nos miramos por un momento sin hacer el más mínimo intento de movernos. Aunque finalmente él dio el primer paso y me dio un gran abrazo. Me hizo sentirme muy pequeña a su lado, por algo le decían “Luke, el piernas largas”. Me soltó y salió de mi habitación diciendo “lo que más extrañaré serán nuestras peleas”.
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Narra Luke.
Empezaban las vacaciones y yo no podía esconder la felicidad que tenía por volver a casa y ver a mi pequeña Luce. Las clases ocupaban todo mi tiempo y cuando encontraba algún momento libre Ethan me arrastraba a fiestas de fraternidades. Él intentaba todo lo posible para que olvidara a Luce, pero nada de lo que él hiciera lo lograría. Ella con toda su simpleza y locura se abrió camino hasta llegar a mi corazón.
-¿Podrías dejar de pensar en Luce? Es mi hermana menor- dijo mi mejor amigo.
-La extraño demasiado, así que no puedo.
-Puede ser que ella ahora esté con alguien.
-Eso ya lo sé, pero quiero creer que en cuanto llegue ella me dará la oportunidad que siempre esperé.
Habíamos estacionado la camioneta en frente de la casa de los Smith. Los padres de Ethan, Jane y George, salieron a recibirnos, no veía a Luce por ningún lado. Entramos a la casa para descansar del viaje, luego yo tendría que ir a ver a mis padres. Nos sentamos en los sillones que estaban en el salón para beber las gaseosas que Jane nos sirvió. Comenzamos a contarles a Jane y George cómo había sido nuestro primer semestre en la universidad, relatando todas las travesuras que hicimos.
La puerta principal se abrió, pero antes de verla oí su risa. Vestía unos jeans rotos y una campera de cuero, parecía más madura y estaba igual de hermosa que siempre. Su mirada se posó en Ethan y cuando pasó la sorpresa corrió a arrojarse en los brazos de su hermano. Ambos cayeron desparramados al suelo riéndose como maníacos. Estaba tan concentrado en Luce que no noté al chico que estaba parado en la puerta con una sonrisa en el rostro mientras la miraba.
Después de todo Ethan tenía razón, ella había encontrado a otra persona y yo estaba completamente enamorado como un idiota.
Intenté fingir una sonrisa cuando Luce se acercó a abrazarme, aunque por dentro me estaba derrumbando. Ella notó que algo no estaba bien, me miró a los ojos y no pude evitar hundirme en el celeste de los suyos. Sonrió como si yo fuera el libro que estuvo buscando por tanto tiempo.
-Te extrañé, pequeña- le dije.
-Yo también- se acercó a mí y me besó.
Nos amamos en silencio durante mucho tiempo, pero ahora estábamos juntos y lo estaríamos por mucho tiempo.
