Durante muchos años, la ciudad de Marai en Francia ha sido aclamada por los buscadores de misterios. La razón de esto es, sin duda alguna, el curioso espejo "Portal", a primera vista parece un objeto común hasta que algún visitante intenta ver su rostro en él.
Al llegar al museo que lo resguarda, los asistentes deben de esperar entre una a dos horas para tener la oportunidad de verlo, ya que solo puede encontrarse una persona en el recinto a la vez. Después de la espera y tras pasar rigurosas medidas de seguridad, se accede a una habitación completamente blanca donde se encuentra el artefacto tras una vitrina de cristal blindado. Un guardia de seguridad escoltará al asistente hasta una marca roja colocada a veinte metros del espejo.
El visitante no notará nada de especial en el espejo hasta que trate de ver su rostro en él. La superficie reflejante desaparecerá por completo para dejar ver un par de colinas rocosas a los costados de un rio, este paisaje es acompañado por un cielo gris apenas iluminado con dos soles. El terreno aparenta ser desolado debido a la falta de vegetación, pero, si se corre con suerte durante la visita, se podrá ver que las rocas son en realidad seres de aspecto similar a dinosaurios.
Estas criaturas suelen ser tranquilos entre ellos según las investigaciones de los zoólogos expertos. Beben agua del rio y se alimentan de pequeñas rocas en el suelo, pero si alguno se da cuenta que está siendo observado, procederán a aporrear en conjunto el cristal revelando varias filas de dientes parecidos a sierras, además de arañarlo con sus poderosas garras, por lo que pueden apreciarse distintas marcas en la superficie.
Una vez el museo cierra a las seis, los investigadores observan continuamente el espejo en busca de más pistas sobre que es aquella dimensión del otro lado y que son estos seres. Los científicos suelen pasar horas enteras observando su comportamiento pues parecen ser los únicos ocupantes del lugar. Cuando se vuelve de noche en la otra dimensión, el cielo se cubre por completo con nubes que tapan los soles, momento en el que las criaturas regresan a su estado de hibernación, indicando que son de sangre fría como los reptiles.
Los más escépticos suelen creer que es algún truco generado por computadora, pero basta con que uno de los guardias presione un botón para que el espejo se mueva ligeramente, haciendo que la vista a la otra dimensión desaparezca por completo. Una demostración diferente se realiza a presidentes, reyes o ministros importantes, apartando el espejo de la pared para demostrar la veracidad del artefacto.
Lamentablemente para cualquiera que pretenda apreciarlo, tanto el museo como la exhibición se encuentran actualmente suspendidos hasta nuevo aviso. La explicación oficial del dueño indica que el espejo fue trasladado a un laboratorio en Asia para su estudio, una razón muy distinta a la afirmación dada por un ex-intendente del lugar:
"En la madrugada, después de que los científicos se habían ido del lugar, escuche el sonido de un cristal roto en la sala de exhibición. La vitrina estaba bien, pero había rocas y tierra bajo el marco del espejo."
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Portal
Science FictionCuento corto con inspiración en los relatos de H.P. Lovecraft