❀ sorpresas

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La vida podía dar muchas vueltas, eso sin duda era algo que había aprendido a lo largo de su vida. Desde que era pequeño, KyungSoo se percató de que su vida nunca sería normal. Después de todo había nacido así.

Do KyungSoo era un omega, lo que fue una completa sorpresa para su padre, pero que pese a ello no lo había despreciado ni un segundo. Ocurrió cuando cumplió los quince años; KyungSoo lo recordaba muy bien, que había estado temiendo que la fecha llegara porque todos se habían inquietado al respecto desde que había cumplido los diez.

Y con cinco años de anticipación le habían estado explicando detalladamente la vida de un alfa y lo que la sociedad y sobre todo, la manada esperaban de él. KyungSoo era bueno en sus notas, nunca había sido lo que podría considerarse como un chico problema y se graduó con honores de una licenciatura.

Buscando trabajo en un despacho poco después de tener su título y pudiendo al fin desprenderse de la vida hogareña que sus padres le habían ofrecido durante sus primeros veinte años de vida.

Por supuesto que KyungSoo había salido con chicos, había conocido a unos cuantos alfas con los que había tonteado pero lo cierto es que él, pese al hecho de que cumpliría los veintiún años de edad dentro de menos de un mes, creía que existía ese lazo poderoso que unía a los lobos y del que su padre le había contado cuando llegó la hora.

Su padre le había contado que cuando conoció a su madre, pudo sentir esa conexión intensa que le había hecho temblar, que le había hecho sentir en sus recónditos que ella era la elegida y que ninguna otra omega iba a poder brindarle un estímulo parecido.

KyungSoo quería creer que después de todo, su pareja destinada estaba rondando por el mundo y que quizá algún día su lobo interior iba a reconocerla, y con un poquito de suerte, sería tan feliz de ser su pareja como sus padres habían estado destinados.

JongDae, su amigo siempre se burlaba de él diciéndole que era un maldito romántico, JongDae era un alfa que había conocido en la academia, era miembro de la familia real, como KyungSoo siempre le decía para molestarlo, porque el padre de JongDae era el líder de la manada.

Y justamente de eso se trataba todo el asunto, porque todos los años la manada se reunía a finales de año para celebrar las fiestas y divertirse un poco. La manada siempre intentaba mantenerse unida en ese tipo de situaciones, más aún cuando el territorio estaba netamente marcado y el esfuerzo era el doble por contenerlo.

Desde hacía demasiado tiempo la ciudad se había dividido en dos, siendo dos manadas las que se encargaran del control de la misma. Y ahora, cuando el alfa líder estaba demasiado viejo como para que siguiera manteniendo su posición por más años, KyungSoo había escuchado del propio JongDae que la familia completa se reuniría ese año, porque uno de los tres hermanos sería elegido como el sucesor de su padre.

Para KyungSoo hubiese sido demasiado sencillo haberse emparejado con JongDae, sin embargo, ambos sabían que el asunto no era para nada fácil y que pese a que se llevaran bien y fuesen mejores amigos, no estaban destinados.

JongDae siempre se burlaba de las expresiones que KyungSoo usaba al describir cómo esperaba que fuese su unión con su mate, e imaginaba cómo debía sentirse su lobo interno cuando eso sucediera, pero lo cierto es que él también creía en esas cosas, y lo había demostrado cuando conoció a un omega que había llegado del sur del país, Kim MinSeok.

Destinados ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora