Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©

Capítulo 4.

—No puede ser. ¡La hija de los BlackWhistle!, Todos los cazadores de aquí pensaron que el linaje había terminado con la muerte de ellos, incluso yo llegué a pensar que era mentira esa historia de que ustedes existían.

—¿Tú también sabías de nuestra existencia? —él asintió.

—George me contó de ustedes cuando era pequeño, siempre decía que ustedes nos salvarían porque habían logrado ser algo que nadie más era. Un mezcla perfecta.

—A ti te dijo mezcla perfecta, pero ayer me dijo abominación —rodé los ojos.

Él soltó una risa amigable —¿Y tu hermano? ¿Thomas, verdad?

—Está en la habitación que nos dieron, yo salí para ver si lograba saber los horarios de entrenamiento y de clases.

—Te llevaré a la oficina de George, él te podrá ayudar con eso —se levantó del piso y me tendió la mano.

Seguimos caminando por un pasillo diferente, todo el camino se había pasado preguntando sobre mi pasado y cómo había sido mi vida antes de llegar. Le conté sobre que era una chica totalmente diferente llamada Charlie y le resumí mi vida.

Él parecía estar fascinado con cada cosa que le decía —Creo que ya fue suficiente hablar de mí, me gustaría hacer yo las preguntas ahora —Él solo asintió —¿Sabes en dónde estamos?

—En St. Gulliver, la Academia de Vampiros.

—No me refiero a eso, eso ya me quedó bastante claro, lo dicen a cada rato, me refería a qué estado o en qué continente.

—Ah, estamos en un pueblo al norte de Londres, solo que la academia tiene una barrera para que los humanos no la puedan ver.

—¿Eso se lo copiaron a Harry Potter?

—¿De quién? —me miró extrañado, negué con la cabeza y me di cuenta de que no sabía su nombre —¿Cómo te llamas?

—Soy Christian, yo soy un cazador.

—¿Aquí también estudian los cazadores?

—Antes no. Al morir mis padres en la misma batalla en la que murieron los tuyos, George se encargó de mí y me crié aquí, luego de la guerra, el único lugar seguro para los cazadores era este lugar. Por eso hicieron ciertas excepciones.

—¿Y los cazadores no envejecen al igual que los vampiros?

—¿Quién te dijo que los vampiros no envejecen? ¿No has visto a George? —me alcé de hombros. No lo había pensado.

—Ambos envejecemos, pero muchísimo más lento que los humanos. Llegamos a vivir entre 300 a 350 años, ahora mismo yo tengo 17, si no me equivoco tú deberías tener unos 15 ó 16 años.

—Tengo 16 y... estoy sorprendida de lo bien que me conoces.

—Solo uno fechas. Tu hermano debe tener mi edad —se detuvo en frente de un puerta la cual tenía el mismo sello que el uniforme —Aquí es, yo me tengo que ir, pero espero verte otra vez, fue un gusto conocerte Olivia, no vemos.

—Gracias —solté antes de que se fuera. Golpeé la puerta y esta se abrió al segundo.

—Olivia, qué gusto verte con el uniforme —George sonrió desde su asiento.

—Llegamos a la decisión de que estudiaríamos aquí después de todo—me senté en una de las sillas.

—Espectacular, me alegra mucho oír eso. Las clases comienzan a las siete de la noche —se puso unos lentes y comenzó a revisar su ordenador —Parece que ya te han asignado tus clases y tus horarios de entrenamiento —qué sorpresa. Al parecer sabían que iba a decir que sí. Se alejó un poco y volvió con varias hojas —Estos son los tuyos y estos los de tu hermano —dijo mientras me entregaba dos carpetas.