Stefano tiene todo lo que Ky jamás se imaginó: dinero, poder y tatuajes.
Ella siempre supo que algo no andaba bien con él y está dispuesta a todo con tal de desenmascarar los misterios de ese hombre inmenso, de mirada oscura como la noche y hoyuelos...
Kylie nunca pudo haber estado más agradecida de haber llegado hasta ahí en el auto de Patrick. Ventajas de tener un hermano que juega en las ligas mayores quien debe irse de viaje dejando sus lindos chiches para que jueguen sus familiares. El inconveniente es que el día de la fecha está al llegar y puede que ya se encuentre en su casa. Aunque la furia de Patrick es lo que menos le interesa a Ky en este momento... Stef necesita un doctor. Necesita ayuda. Y no comprende muy bien de qué va todo el misterio pero resuena en sus recuerdos el pedido de auxilio del muchacho y la vez, que se enfureció con ella tras ver en su antebrazo el tatuaje del triángulo...
...Desestima de inmediato esos pensamientos ya que es lo único que puede rastrear en toda su historia vital que le hace desconfiar del muchacho.
—Ky—murmura él desde el asiento de copiloto con la cabeza contra el vidrio de su lado—, ¿dón...de...va...mos?
—Tranquilo, Stef. Tú descansa. Estarás bien. Te prometo que estarás bien.
Es una suerte que hayan salido vestidos de la casa. ¿Y si él nunca hubiese despertado? Eso sí que hubiese sido tragedia. Antes de que la rubia llegase, Stefano ya estaba enfermo.
Ky se mantiene en silencio.
Sus padres la tatuaron.
Stef odia ese tatuaje.
Por lo tanto, sus padres odiarán a Stef y viceversa.
Pero de momento decide dejar de lado los pensamientos que la hacen padecer y poner en duda hasta el último aspecto de su vida.
Él necesita ayuda y ella está dispuesta a dárselo todo.
Algo que sólo el amor y la locura podrían hacer.
Después de todo ¿qué es el amor sino un pase libre a enloquecer?
Cuando aparca el auto, su madre sale desesperada a recibirla.
Grita el nombre de la chica mientras cruza la puerta de su casa y se abalanza contra el coche de su hijo, no obstante, retrocede al ver que la rubia viene acompañada.
—Mamá—dice Kylie cuando sale de la camioneta. Discierne desde la puerta de su casa que su padre está observando con atención—, ayúdame a llevarlo a la casa.
La mujer retrocede y mira a Stefano quien yace dormido. Inconsciente. Es como si su hija hubiese regresado con un muerto.
—Está enfermo. Necesita ayuda.
—Pero, hij...
—¡Mamá!
El padre de Ky también aparece y con ayuda de la rubia sacan a Stefano de la movilidad de Patrick.
La señora Moore se mantiene petrificada sin poder creer la clase de persona que están ingresando a su casa.
Y sus cicatrices.
Sus tatuajes.
Su increíble tamaño.
Y el rastro de sangre en la nariz...
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#MALOS #ELORIGEN
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