•Destinados•

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─Jungkook...

─Mmh?

─Crees en el hilo rojo?

─Soy un hombre de ciencia Gyeom, claro que no creo en esas cosas.

Al terminar de hablar, Jungkook se soltó de la barda que separaba el final de la calle con el lago y se alejó. Mas Yugyeom se quedó allí, mirando hacia abajo, específicamente como su reflejo en el agua se movía con el ligero viento del ese día de mayo. Jungkook tomó su mochila del suelo y también la de Yugyeom.

─Gyeom, ya hay que volver a casa, mamá va a regañarme y también la tuya. Además, mi programa está por comenzar y si no gano antes el control del televisor, TaeTae va a quitármelo. –Se quejó soltando un serio suspiro de cansancio. ─Los hermanos mayores son un fastidio.

─Kookie.

─Eh?

─Crees en las almas gemelas?

─Gyeom, a qué viene todo eso? Por qué a esta edad te preocupan esas cosas?

─No lo sé. –Yugyeom sacudió su cabeza y dejó el barandal. Se acercó a Jungkook y tomó su mochila.

Yugyeom y Jungkook iban juntos a la escuela, de hecho siempre habían estado juntos. En sus largos 12 años, ninguno sabía cómo conseguir su vida sin el otro. No desde que un caluroso día de verano, la casa de los Lee que estaba enfrente a la casa de Jungkook, y que tenía un cartel de "se vende" hacía ya un año, fue vendida. Esa tarde llegó una caravana que más bien parecía de festival, con papeles de colores decorándola y serpentinas colgando de las ventanas. El pueblo no olvidaría ese día, porque cuando la puerta de la caravana se abrió un dulce aroma a incienso y frutas envolvió cada rincón del barrio. Del vehículo bajó una mujer con un pequeño de 5 años en brazos y Jungkook no lo olvidaría, porque desde el jardín delantero de su casa lo había visto y lo primero que hizo el niño con ese hermoso lunar bajo el ojo, fue sonreírle. Jungkook supo ese día que entre ellos había algo especial.

─Puedo ver el hilo rojo que une a las personas, Jungkookie.

─Eso no existe Gyeommie.

─Claro que sí.

─Que no, es un cuento para niños

─Juro que puedo.

─No te creo.

─Cómo te lo demuestro?

Jungkook detuvo el paso y lo encaró.

─Con quién estoy conectado?

─No puedo decirlo.

─Porque no lo sabes.

─SI LO SÉ.

Jungkook sabía que Yugyeom no era normal. Sabía que había algo mágico con él, porque cuando en el verano anterior a Yugyeom se le dio por decir que su abuela estaba de visita en su casa, solo Jungkook le creyó. La abuela de Yugyeom llevaba ya 10 años de haber muerto y Yugyeom era solo un bebé por lo que no pudo conocerla, pero durante el verano pasado, Yugyeom decía que su abuela rondaba su casa, que le hablaba de los pasteles que le preparaba a su padre, de las mantas que le tejió cuando él era bebé, en fin, cosas que sus padres mismos podrían haberle dicho, pero Jungkook sabía que Yugyeom no mentía ni se inventaba cosas.

Porque antes de que su mamá quedara embarazada de Jimin, hacía ya dos años, Yugyeom solía ir a su casa, acariciaba el vientre de su madre y decía cosas como "será un niño" y a pesar de que nadie le creía, Jungkook si lo hacía y un mes más tarde, la noticia de que un nuevo miembro en la familia Jeon se sumaría, llegó.

Mágico | YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora