Amorío Arriesgado- Andy Biersack

OCASO

  Comimos juntos y tenía razón, ese platillo era una delicia. Había tantas cosas de esta chica que me gustaban cada vez más conforme interactuábamos. Lo poco que pude notar de ella es que es zurda, y eso extrañamente me gustaba. Tal vez un fetiche mío que no conocía. Obviamente ya noté que es trilingüe; también su fascinación por los animales, la música, la lectura y la escritura. Me alegra conocer otro nerd del rock.

  Esta chica es perfecta. ¿Qué más podría querer?

  Miré mi reloj de mano, 7:15 pm. Aún teníamos un poco de tiempo.

  –Oye y, ¿Cómo van las cosas con tu esposa? –arruinó el momento. –Supe que hace un año te casaste. Salió en televisión –soltó una risa que me pareció de burla.

  Estábamos en un bar de mala muerte desde hace ya varias horas, durante todo este rato a su lado me la había pasado tan tranquilo como hace mucho no lo hacía. Pero eso no importaba ahora porque su pregunta me puso realmente incómodo.

  Lo pensé un momento...

  –Entonces sí sabías que estaba casado. –afirmé.

  –Sí. Como dije, su boda salió en televisión. Fue lo primero que supe de ti en muchos años y lo último, de hecho –me miró extrañada–. La verdad pensé que nunca hincarías la rodilla, no parece ser tu estilo.

  –No lo sé. Tal vez ya era hora de sentar cabeza y establecerme con alguien. –aún me miraba extrañada– ¿Estás celosa? –pregunté divertido.

  –Tal vez si tuviera 16 años, pero sólo era una fanática obsesionada. Luego me enfoqué en otras cosas y hasta creo que se me había olvidado... Pero aún no contestas mi pregunta –levantó una de sus cejas. Miré hacia otro lado.

  –Las cosas no van bien –dije cansado y tomé de mi cerveza.

  –¿Ah no? –le dió un trago a su cerveza y me miró directo a los ojos. ¿Debería contarle a una desconocida mis problemas matrimoniales?

  A la mierda, qué más da, ya no es un secreto que mi relación se fue al carajo hace mucho.

  –Antes ella era lo único que quería. No era perfecta pero yo la miraba como si lo fuera. Lo malo comenzó desde que nos casamos por la iglesia, todo cambió; repentinamente quería cada vez más dinero de todos, de su padre, de mí, incluso su hermana. Nadie sabía qué hacía con el dinero, pero no era como si yo le pidiera cuentas. Después comenzó su obsesión por su físico, cada vez quería estar más delgada. Yo la apoyaba en todo, la llevé con los mejores nutriólogos y trataba de entenderla, sabía que todo el odio que recibe en redes sociales la jodía, pero nunca la dejé sola en eso. Incluso le sugerí varias veces acudir a terapia de pareja para poder sobrellevar todo eso. Nunca me escuchó.

  –Y eso sólo empeoró todo lo demás –confirmó.

  –Sí... siempre supe que muchas de sus actitudes no eran las mejores. Ha hecho sentir mal a muchos de mis fans, ha dicho comentarios fuera de lugar frente a mi familia y a veces me trata como su esclavo... fui demasiado  estúpido al creer que era así porque me amaba y me estaba cuidando. Pero me harto cada día más de ella, ya no la soporto –sentí como una lágrima se me escapaba.

  ¿Estoy llorando? ¿En qué momento?

  –Ha sido muy duro todo lo que has pasado. Lamento que haya tenido que ser así –apretó mi mano en señal de apoyo. Sus palabras fueron como una escoba que barrieron toda la mierda que me atormentaba.

  Me estaba desahogando por primera vez en mucho tiempo. Ni siquiera con mis amigos podía hacerlo, ellos me lo advirtieron, sabían que Juliet sólo me traería dolores, pero estaba tan enamorado que no me di cuenta.