UNA HIJA??!!

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Era un día tranquilo, de esos pocos que casi nunca llegaban, era de esos días en que no provocaba hacer alguna misión o perturbar el relajante silencio, sino sentir el viento rozar tus facciones, o hasta sentarse bajo la sombra de un árbol para descansar, sin embargo, para un ninja de rango S no existía ese tipo de beneficios, por lo que así iban dos personajes particulares, ambos vestidos con capas negras y nubes rojas. Uno de ellos, moreno, con parte de la cara cubierta por una especie de turbante, con los ojos de iris roja y pupilas verdes, alto y musculoso. El otro, igualmente de alto, llevaba una guardaña en la espalda, era joven como de 20 años, blanco y de pelo grisáceo con ojos violentas, bien parecido, y también musculoso. Kakuzu e Hidan, la pareja formaba parte de una organización llamada Akatsuki de criminales de rango S, ambos iban hacia una aldea lejana llamada del país del fuego a cumplir una misión encomendada por el líder. Al llegar a un cruce que daba hacia dos aldeas, una la de su destino y la otra llamada Sukina, Kakuzu volteó hacia la de Sukina de manera melancólica para luego dirigirse al camino que daba, Hidan se quedó observándolo extrañado ante esa faceta de su compañero nunca vista. Hidan recién acababa de unirse a Akatsuki y de ser encomendado como compañero a Kakuzu debido a su “condición única de inmortalidad” gracias a una religión extraña que sólo él conocía (no sé si algún otro personaje la seguirá), Kakuzu desde el primer momento no se llevó bien con él, pero no le quedaba otra opción... ¡ya que ese tipo que consideraba el idiota más grande de la tierra no podía morir! Y ese siempre había sido el motivo de que cambiara de pareja tan seguido… su impaciencia provocaba que matara a su acompañante tan pronto lo hiciera perder los estribos, pero con Hidan era distinto… NO PODÍA. 

En fin, Kakuzu se dio cuenta que Hidan se le quedó viendo como si hubiese visto un bicho raro, cosa que él decidió ignorar pero no pudo hacer porque el religioso empezó a atosigarlo.

-Oe Oe Kakuzu! ¿Y a ti qué cojones te pasó que te quedaste viendo de manera extraña al otro camino?- preguntaba Hidan, y viendo que éste no daba señales de responder siguió pero de manera burlona.- ¡Joder! ¿Acaso dejaste a alguna put… ahí botada? Cosa que dudo mucho ya que con lo feo que eres, es difícil que una mujer se fije en ti, al menos que Jashin-sama se apiade de ti y te mande una que esté ciega- Dicho esto se echó en el suelo a reír a carcajadas cuando esquivó rápidamente un fuerte puñetazo proveniente de su compañero, que no tenía buen semblante.- Oe Oe Kakuzu, ¿acaso te molesta lo que dije? ¡Joder! Si que estás sensible
-¿Quieres callarte de una maldita vez?- Respondió el moreno alterado y con una voz muy gruesa, llena de tendencias homicidas.- ¡Te juro que si no te callas, te mato!
-JA JA JA como si pudieras viejo de mierd… No te acuerdas que no puedes matarme? JA JA JA
-LO MATO... LO MATO... COMO SE ATREVE A HABLAR ASI DE…- Kakuzu al acordarse del nombre de aquella mujer, se tranquilizó y siguió de largo cosa que impactó más al jashinista ya que quería realizar la misión de una buena vez.
De regreso, cuando Kakuzu e Hidan venían de completar la misión, Kakuzu volvió a voltear hacia el camino que daba hacia la aldea Sukina de manera disimulada para que Hidan no se diera cuenta.
-Cuando vuelva al escondite, hablaré con el líder y le pediré permiso…-se dijo a sí mismo Kakuzu
-OE OE KAKUZU ¿ME ESTAS ESCUCHANDO? ¡MALDITO VIEJO DEJA DE ESTAR IGNORÁNDOME JASHIN SAMA TE CASTIGARÁ!- gritaba Hidan acompañado de mil improperios más, cosa que acabó con la poca paciencia de Kakuzu, e hizo que ambos se pusieran en guardia para entrar en un combate, cuando escucharon un grito desgarrador proveniente de la dirección hacia la aldea Sukina, Kakuzu abrió los ojos como platos y de manera impulsiva golpeó a Hidan y salió corriendo en dirección a Sukina. Cosa que dejó perplejo a Hidan desde el suelo.
- DÓNDE COJONES PIENSAS IR VIEJO IDIOTAA! NO VES QUE HAY QUE ENTREGAR EL INFORME AL PUT… LÍDER DE MIER… KAKUZU NO ME IGNORES O TE JURO QUE SERÁS SACRIFICIO PARA JASHIN SAMA, OE KAKUZU!-. Ya lo último supo que Kakuzu se había alejado lo suficiente como para no escucharlo, así que no le quedaba de otra que seguirlo… 

Ambos corrieron y al llegar a la aldea vieron como ésta se hundía en llamas, Hidan buscó a Kakuzu entre los escombros y vio a lo lejos una escena que jamás esperaba ver, Kakuzu (sin la capa) estaba arrodillado en el suelo sosteniendo el cadáver de una mujer de edad adulta, con un traje de sacerdotisa y de cabellos largos y lisos hasta un poco más arriba de la cintura, hermosa… muy hermosa para la vista del fanático religioso. Kakuzu tenía los ojos cerrados, como conteniendo las lágrimas, a su lado una pequeña figura de una jovencita como de 14 años, que era la versión miniatura de la sacerdotisa, sólo que su cabello era más ondulado y le llegaba por encima de los hombros, llevaba puesta la capa de Kakuzu, la chica estaba llorando, Kakuzu cargó el cadáver y con él la llevó a un sitio y la enterró poniéndole una especie de lápida en su honor, para luego escribir en la lápida Kikyo. Hidan se acercó hacia ellos, la chica se le quedó viendo con miedo, pero al ver que llevaba la misma capa que Kakuzu sólo atinó a secarse las lágrimas para darle una tierna sonrisa; cosa que Hidan por muy sádico que fuera no pasó desapercibido, y volteó a ver a otra parte para ocultar el rubor que apareció en sus mejillas. Ya cuando volvió a verla, Kakuzu venía hacia ella y le preguntaba.

-Kagome, ¿puedes caminar?- observándola, en busca de alguna herida grave.
La interpelada alcanzó a responder con una suave voz –si puedo- levantándose enseguida para ponerse en marcha, sin embargo, sus piernas no reaccionaron y cayó, Kakuzu la atajó en el aire y con delicadeza la cargó por detrás de su espalda y la regañó suavemente.
-Kagome, si estás resentida sólo tenías que decirme- Ya entre sus brazos, la llevó hacia fuera de la aldea con un Hidan en shock ante tal amabilidad de Kakuzu, y cosa que lo hizo hablar
- OE OE KAKUZU, NO ENTIENDO UN CARAJO, ¿DESDE CUÁNDO TE PREOCUPAS POR ALGUIEN? Y ¿A DÓNDE PIENSAS IR CON ESA MOCOSA?...- viendo que no recibía respuesta se alteró en sobremanera- KAKUZU DEJA DE IGNORARME, DIME QUÉ COÑO HACE ESA MOCOSA CON NOSOTROS, SOY TU COMPAÑERO EXIGO UNA EXPLICACIÓN O SINO JURO QUE LA UTILIZARÉ COMO SACRIFICIO A JASHIN SAMA!- 
Ante lo último Kakuzu, volteó a verlo con una mirada matadora- CALLATE HIDAN, NO VES QUE ELLA TODAVÍA ESTA EN SHOCK, HAZME EL FAVOR DE CERRAR TU BOCOTA O SINO TE …
-¡ONEGAI OTOUSAN, NO PELEES!- exclamaba sollozando la jovencita, al borde de las lágrimas
-HIDAN, SI QUIERES TE ADELANTAS AL ESCONDITE, YO HARÉ EL INFORME Y HABLARÉ PERSONALMENTE CON EL LÍDER PARA… -No pudo terminar ya que Hidan lo interrumpió- Joder… ¿CÓMO QUE OTOUSAN? ¿ACASO ESA MOCOSA ES TU HIJA?- preguntaba perplejo viendo a la chica llamada Kagome y a Kakuzu buscándole algún parecido.
-Te explico después, ahora hay que llegar rápidamente al escondite, tengo que curarla- diciendo esto emprendieron la marcha hasta el escondite, por primera vez, (o por milagro de jashin sama) Hidan no había vuelto a dirigir la palabra en todo el camino, sólo se quedaba observando a padre e hija, para él era imposible ver al viejo ávaro y violento de Kakuzu como padre… y más de una criatura tan frágil e inocente como era aquella chica, y que también era hermosa, al pensar en esto último se ruborizó por completo, tanto que agradeció que Kakuzu no lo vio en ese estado. Era una reacción que él mismo no comprendía, y oraba internamente esperando que Jashin sama le diera una señal que le permitiera esclarecer ese comportamiento, por alguna extraña razón sentía que esa chica, había llegado para cambiar su vida.

 



LA HIJA DE KAKUZU .);)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora