{30}.Llegada y partida

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Notas: Primero decir que Felices Fiestas a todos/as!!!, espero que sea una época de alegría para todos vosotros/as <3.

En segundo lugar daros las gracias por todo. Con vuestros votos he conseguido incluso hacerme un huequecito entre los 1000 de fantasía. De veras sois los mejores GRACIAS GRACIAS GRACIAS, no me cansaré de decíroslo

Y ya como siempre, para finalizar, espero que disfrutéis de este capítulo. Un fuerte abrazo a todos <33

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Sintió una presión sobre su cintura que la hizo salir de su profundo sueño. Lo cierto era que no había dormido demasiado bien desde hacía ya bastantes noches. Desde los constantes ataques por parte de aquella maga su sueño a menudo era perturbado, sino era por ella, por Mera. Le costó demasiado abrir sus pesados párpados que le aclamaban volver al trance de nuevo. Pero sentía el peso de otro ser sobre ella y le estaba costando mantener su ritmo de respiración.

Llevó sus manos hasta aquello que la comprimía. El brazo de Darius estaba rodeándola y si bien no parecía ejercer presión alguna sobre ella el simple hecho de dejar su brazo cual peso muerto parecía ahogarla un poco. Se dio cuenta a medida que despertaba que parte del cuerpo del guerrero también estaba apoyado sobre su espalda y era esa situación la culpable de hacerla sentir tal opresión. Se revolvió tratando de alejarse un poco de él sin despertarle pues no quería perturbar a su compañero, el día anterior los había dejado exhaustos a los dos y no sería buena consideración hacer tal cosa. Sin embargo una vez consiguió con dificultad mover un poco su brazo, el noxiano se acercó más aún si cabe, apoyando más su peso sobre ella. Ésta suspiró no viendo otro remedio que terminar despertándolo. Movió como pudo sus hombros y tocó su brazo con suavidad.

— Darius. — Llamó ella en un tono suave, tratando de no ser demasiado brusca, mas éste parecía estar demasiado cómodo en tal posición como para despertar. — ¿Darius?— Volvió a repetir pero esta vez alzando un poco más su voz.

— ¿Hmm?— Respondió él adormilado.

— M-Me estás aplastando. — Dijo ella intentando de nuevo mover su brazo. Pero en cuanto lo apartó un poco él, volvió a subirlo hasta la zona de su vientre, la atrajo para sí y paseó sus labios y su nariz por sus hombros y por su cuello. Ella enrojeció al sentir la suave respiración de él, estremeciéndose ante el tacto y el calor. — O-Oye de verdad, me estás aplastando. — Volvió a repetir.

Estas últimas palabras parecieron sacar al guerrero de sus sueños. Dejó de ejercer presión con su cuerpo sobre el de ella, dándose cuenta de que efectivamente la estaba aplastando. Era demasiado pequeña, ¿cómo se había metido prácticamente debajo de él? Se desplazó un poco, y ella agradeció el gesto con una sonrisa que, estando de espaldas a él, éste no podía apreciar. Ella se movió un poco para colocarse mejor, pero al noxiano esto no pareció gustarle.

— No te alejes. — Le dijo al oído embriagándose con el olor de la muchacha.

Como si de una pequeña muñeca se tratara, éste la atrajo de nuevo hacia sí, colocándola en la posición que a él le convenía. Pesaba tan poco, era tan pequeña, desprendía un calor tan excitante y olía tan bien... Sin pensarlo dos veces comenzó a bajar la mano por el lateral de la cintura de Lux, haciendo hincapié en cómo la camiseta cedía ante su presión tomando la curvatura pronunciada de la muchacha. Aunque con cara aniñada tenía un cuerpo bien esculpido. La camiseta no dejaba ver tal cosa, pero estaba claro lo que tenía bajo ella. Bajó más la mano notando la elevación de su cadera y con ello estaba empezando a perder el control que en la misma noche había parecido tener. Esa chica era perfecta, no sólo era preciosa, sus formas e incluso su estatura, todo de ella parecía llamarlo a que hiciera algo más allá de tocarla. Comenzó a excitarse y la excitación de la mañana tampoco le estaba ayudando a controlarse. Siguió bajando su mano para llegar al borde la camiseta de la chica, la cual subió un poco para descubrir su muslo. Era increíble que con su mano pudiera prácticamente rodearlo entero. La tez lisa, y cálida de la muchacha comenzaba a producirle placer con su solo tacto. ¿Por qué seguía alimentándose de ella si sabía que no podía hacer nada?. No quería perturbarla, sabía de sobra que por los pequeños escalofríos de ella, no se estaba sintiendo cómoda, es más, parecía que su nerviosismo la iba desbordar de un momento a otro. Pero era tan jodidamente difícil tener que refrenarse. Comenzó a imaginarse muchas más situaciones así con ella. Cómo sería su primer orgasmo, de qué manera ella podría gemir bajo sus brazos mientras le hacía el amor de manera lenta, embriagándose de su esencia. Quería sentir el tacto de su pecho desnudo contra el suyo. La temperatura corporal de Lux parecía ser más elevada de lo normal, durante toda la noche pudo notarlo, quizás fuera fruto de tal maldición que ella portaba, pero distante de parecerle tal cosa, lo hacía más atrayente aún si cabe.

Lux Aeterna{#1} Darius x Lux |Ángeles y maldiciones|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora