4.

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Capítulo 4.

Números perdidos.

Paseaba lentamente mientras el aire gélido rozaba mi rostro y me hacía tiritar. La suave brisa que hacía hace un par de horas se había convertido en un verdadero oleaje de frío viento.

Me quedaba poco para llegar a casa. Saqué las llaves de mi abrigo y abrí la puerta del gran edificio en el que vivía.

Toqué el botón del ascensor y esperé pacientemente a que llegara mientras tarareaba una canción inventada y le daba ritmo con los dedos.

Las puertas se abrieron ante mí y me adentre en aquel pequeño ascensor.

Al entrar en casa el olor a pollo asado inundó mis fosas nasales haciendo rugir a mi estómago que llevaba sin obtener alimentos desde hacía varias horas.

Durante la comida todo fue normal, mi madre luchaba por alimentar a mi hermano pequeño Kevin, de 7 años, que forcejeaba para no comer su ensalada mientras yo revisaba las redes sociales.

Cansada deposité el teléfono sobre la mesa hasta que un zumbido llamó mi atención.

Mensaje de número desconocido.

¿Estás bien? Digo por el balonazo..."

Respondí al momento.

Si...¿Quién eres? "

Esperé una respuesta pero desafortunadamente no llegó.

Al día siguiente me levanté más cansada de lo normal, caminé lentamente hacia el baño mientras me tambaleaba e iba quitando mi pijama hacia el viaje al baño.

Al llegar, abrí las cortinas de la ducha y me di un pequeño descanso bajo el agua tibia.

Salí cuidadosamente y me comencé a vestir con la ropa preparada el día anterior, era básico, una camisa suelta verde con unos simples vaqueros conjuntados con unas botas. «¿Y así pretendes triunfar?» Dijo mi voz interna. Rodé los ojos ante mis pensamientos y me dirigí a por la mochila a mi cuarto, cogí una tostada de la cocina y salí de casa.

El nuevo día empezaba.

Eran las 8:10 y seguía esperando a que Dianna se dignara a aparecer. «¿Para qué quedamos a una hora si va a aparecer cuando le plazca?»

Como si mis pensamientos fueran escuchados, mi amiga apareció caminando rápidamente mientras peinaba su largo cabello con un cepillo que, después de usarlo, guardó en el bolso de su mochila.

- ¡Hoy estás bellísima!.- Dijo mientras avanzábamos hasta la entrada del instituto.

- Llegaste tarde , no me intentes camelar...

-Vale , lo siento , perdona mi impuntualidad, pero ya sabes cómo es mi hermano...

El hermano de Dianna era Mike, un chico de 20 años que no tenía otra cosa que hacer que molestar a su hermana. No hacía nada, no estudiaba, no trabajaba... Pero era un buen chico y se había ganado mi aprecio. Además, Dianna siempre me ha querido emparejar con él, pero aunque su físico es digno de admirar, no se ha ganado mi admiración.

«Chica difícil»

Lo sé.

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