friends ➳ taekook

seis

  —Hyung, tengo miedo.

Tae rió—. ¿De qué?

—De la película.

—Ya estás grandecito como para que te miedo una simple película, ¿no crees? 

Jungkook viró los ojos.

Era quizá la enésima vez que Jungkook intentaba llamar la atención de Taehyung, sin resultados satisfactorios. 

Taehyung ya no era el mismo niño cariñoso y sonriente de hace nueve años. Era todo lo contrario, muy pocas veces lo abrazaba y evitaba hasta el más mínimo roce, su sonrisa cuadrada ya no era la misma, aquella aparecía muy de vez en cuando. Jungkook lo extrañaba. Probablemente la palabra "extrañar" se quedaba corta. "Necesitar" era más adecuada. 

Él ya no era el mismo niño tonto y estúpido de hace nueve años. Ahora tenía claro que había estado toda su vida enamorado de Taehyung, que lo amaba con cada centímetro de su piel y le dolía hasta el alma saber que quizá Tae no sentía lo mismo por él. Para Jungkook no era fácil hablar. Así que llevaba meses intentando comunicarle a Taehyung lo que sentía, por medio de acciones, pero al parecer, Tae era estúpido, porque no hacía o decía nada al respecto. Y Jungkook se sentía totalmente frustrado. 

  —Hyung —Volvió a llamar su atención, sentado en el sofá de la casa de Tae, abrazado a sus piernas y con la mirada clavada en la pantalla, porque mirarlo a esos profundos orbes negros le ponía nervioso.

—¿Ahora qué? —Respondió él, de mala gana.

—Tengo frío. 

Giró su rostro lentamente, para observar la reacción del mayor. Él sólo parecía estar... ¿Pensándolo? Taehyung mordía su labio inferior, con la cabeza ligeramente ladeada y tenía sus dedos clavados en el asiento. A Jungkook le pareció adorable aquella vista.

  —¿Y qué quieres que haga? 

  —Pues... —Kook se lo pensó unos segundos antes de responder, vacilante—. Abrázame. 

Taehyung por fin posó su vista sobre la de Jungkook y él se sintió asustado. Pensó que seguramente Tae lo mandaría a la mierda o en un caso muy extremo, lo sacaría a patadas de su casa. Bueno, quizá eso último era un poco exagerado, aunque Tae solía ser un poco impredecible.  

La verdad era que Taehyung estaba volviéndose loco por tomar a Jungkook y abrazarlo, por acostarlo en su regazo y acariciarle el pelo, besarle la frente y decirle cuánto le quería. Pero el solo hecho de imaginarse a su madre, una homofóbica de primera y una fanática religiosa, entrar por la puerta principal y encontrarlo con Jungkook en sus brazos, le ponía los pelos de punta. 

Y esa era la razón de su distancia. Tenía claro cuánto hería a Jungkook con su actitud, pero, vaya que a él le dolía mucho más.  Porque Taehyung también estaba perdidamente enamorado de su mejor amigo.  Y lo único que podía hacer con sus "sentimientos de mierda", como solía calificarlos su madre, era fingir que no existían en absoluto. Porque "amar a un hombre está mal" y aquello no dejaba de herir a Taehyung todos los días de su vida. Vivir enamorado de alguien y tener que callártelo era una de las cosas más difíciles de la vida, pero ser un hombre y amar a otro hombre era un pecado, y era más costoso todavía.

Tae tragó duro, sintiendo un nudo en su garganta. El puchero y los ojitos de corderito de Kook estaban matándolo, dolían como si fuesen dagas clavándose en su pecho, una por una, lenta y tortuosamente. Se sentía tan mal. Jungkook estaba ahí, frente a él, pero a la vez estaba tan lejos.

  —Ven.

Jungkook abrió de par en par sus ojos. ¿Había escuchado mal o Taehyung le había pedido acercarse? Las palmadas que dio sobre el sofá unos segundos después se lo confirmaron. No hizo más que obedecer y acortar la distancia que los separaba, ambos sintiéndose incómodos en un primer momento. Hace mucho que no estaban tan cerca. Vacilante, Taehyung rodeó los hombros de Jungkook con su brazo derecho. Ahora su corazón estaba a punto de salirse. A) porque Jungkook estaba muy, pero muy cerca de él, y eso le gustaba demasiado y b) la señora Kim podría llegar en cualquier momento y podría armarse la tercera guerra mundial en su casa. Pero le importó muy poco cuando Jungkook hizo el siguiente movimiento y acomodó su cabeza entre su hombro y su cuello. Otra corazón estaba a punto de salirse.