Esto no es un diario de despedida.
La quien escribe no es una suicida.
Es alguien cuyo nombre y rostro no importan, importan sus acciones.
Es alguien que han destruido.
Se supone que estoy muerta, muerta en vida.
Me han matado, no me he suicidado.
No te confundas, por favor.
Nadie me ha escuchado.
Nadie.
Pero vosotros me vais a leer. Seréis testigos de mi dolor.
Así que no me culpéis si algún día encontráis mi cuerpo sin vida.
No lloréis, no dijais que estaba loca...
...por haberme terminado de matar.
Porque los que me matasteis primero, con mucho dolor, fuisteis VOSOTROS.
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Léeme, por favor.
Short StoryAne te cuenta su historia de suicido en forma de diario.