Hacía dos meses que no dormía, cuando se padece de insomnio nada parece real, todo se distancia y parece que se repita una y otra y otra vez. Ahí estaba yo, volviendo del trabajo a las 22:15 como siempre todos los días de la semana, y todo para que,¿para llegar a una casa sola llena de objetos inútiles comprados por mi avaricia consumista? Ya no miramos porno, preferimos leer una revista de decoración del hogar, trabajamos toda nuestra vida para comprar cosas que no necesitamos y que tenemos porque para la sociedad cuantos más bienes materiales tienes mayor es tu estatus. Llego a mi casa a las 22:40 como todos los días, me siento en mi sofá y veo la televisión que tanto me ha constado conseguir, como todas las noches.
Me levanto a las 9 para ir al gimnasio para tener el mismo cuerpo que los modelos de calzoncillos, un tipo de cuerpo que la sociedad establece como el atractivo. Salgo de gimnasio a las 11:15 y voy para casa. Me siento en mi sofá y miro mi televisión. A las 18:30 voy al mismo trabajo que hace 3 años, me siento en mi silla y relleno informes sin parar. Salgo del trabajo a las 22:15, cojo el coche y voy a casa, al llegar a casa son las 22:40 y hago lo mismo que todos los días de mi patética y consumista vida. Me siento en mi sofá y veo mi televisor.