11. Vete

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Al medio día fuimos al pueblo más cercano de allí y almorzamos frente al mar.

Hace tiempo no me sentía tan bien con alguien – le confesé cuando estaba por terminar mi postre. Me miró a los ojos por un segundo y le soltó una sonrisa.

Me encantas – posó su mano en mi muslo y se acercó para darme un beso suave en los labios.

Terminamos de comer, pasamos a la casa del acantilado nuevamente para asegurarnos de que estuviera todo cerrado y volvimos a la capital

Al llegar al departamento se había hecho de noche y nos esperaba una sorpresa. Nos bajamos del ascensor y en la puerta del apartamento estaba Kiki y un conserje del edificio estaba con ella intentando sacarla.

Mierda – pensé, y me paralicé en el umbral del elevador.

Ella aún no notaba nuestra presencia en el piso, Izan me hizo un gesto que no entendí para nada. Vi cómo se acercaba a ella y rápidamente me metí en el closet de reciclaje a mi costado.

Cariño, quien era ella – alcanzó a verme – te he extrañado mucho.

Estaba segura que en ese momento Kiki estaba abrazándolo.

Vete Ximena, no sé que haces aquí –

Estuve a punto de salir del armario después de no escuchar palabra alguna, alcancé a girar la manilla y ésta se abrió bruscamente tirándome fuera del closet.
Me puse helada luego de ver que ella había sido.

Esto debe ser una broma – dijo agarrándome por una muñeca e increpando a Izan. – no me digas que... Rebecca?! – ahora me miraba a mí, confundida, buscando una explicación que no tuviese que ver con un lio amoroso entre nosotros. – Mi niña – me soltó la muñeca – ¿que haces aquí con él? Dime por favor que estas aquí por tu cuenta.

¿De que hablas Ximena? – Izan sonaba cansado de ella.

¡La obligaste, la sedujiste! – comenzó a gritar en el pasillo.

Kiki yo quiero estar aquí, por favor, tu no sigas – me fui de su lado y entré rápidamente al departamento, Izan sostenía la puerta, le dirigió unas palabras al conserje y cerró de golpe.

Lo vi sentado en el living después de haber ido a cambiarme de ropa, lo vi tan enojado aún que fui a sentarme junto a él.

Se veía venir, Kiki no se quedaría de brazos cruzados luego de tu rechazo injustificado – le dije.

Me miró y dedicó una leve sonrisa, se sostuvo de mi cadera y me colocó en sus piernas.

La razón eres tú, siempre fuiste tú – me besó agarrado de mi cuello.

Esa noche disfrutamos hasta tarde para ser un día domingo.

Nunca había recibido palabras tan sinceras de su parte como ese día increíble que pasamos, como en esos meses que pasamos juntos, juntos hasta que todo cambiara su camino. En ese momento lo quería como nunca había querido a alguien, lo admiraba cada día que pasábamos juntos, pasamos por tanto y Sofi estaba en lo cierto el día del almuerzo, lo ascenderían en la agencia. Seguí sorprendida y encantada de la persona que nunca me imaginé tener al lado por mucho tiempo.

Izan

Nunca pensé en que esto me pasaría a mí, no me lo creía aún, estaba feliz por el hecho, pero no como se dieron las cosas, ella aún no aparecía en mi vida cuando todo esto ocurrió y ahora que estoy enterado de lo que resultó de mis arrebatos, creo que lo peor que me puede pasar es perderla. Es encantadora. Debo decírselo.


¡Gracias por leer!

Estuve desaparecida pero he vuelto.

Ciegamente AhogadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora