A través del tiempo.

Diferentes.

Chloe se dirigió hacía la puerta donde esperaba Camile, las dos cruzaron una mirada de desagrado y se dirigieron hacía la cocina, su madre rápidamente la recibió y se dispuso a preparar la mesa para la cena, mientras Chloe se encontraba lavando algunos platos y pensando en la posibilidad de vivir junto aquella chica. Su reflejo se veía en el agua que aun no terminaba de correr por la rejilla, lo cual la hizo percatarse de las diferencias que existían entre las dos, no solo en su forma de ser, sino también físicamente, Chloe era una chica delgada morena con ondas en su cabello castaño, de pestañas largas y ojos grandes, por el contrario, Camile tenía el cabello corto y teñido de un rubio que no terminaba de encajar con su tono de piel un poco anaranjado debido al bronceado artificial, sus ojos eran pequeños y de un color avellana, en pocas palabras eran como el día y la noche.

Cuando ya se encontraban todos reunidos en la mesa su padrastro Edward y su madre intercambiaron miradas por un tiempo, hasta que por fin decidieron hablar:

-Chicas- Dijo Edward con voz firme- ya les hemos hablado a las dos de nuestros planes y, espero que la noticia haya sido del agrado de ambas, sin embargo, quiero confirmarles que nos iremos a vivir todos juntos después de la mudanza.

La educación que tenía Edward siempre impresionaba a Chloe, pero esta vez no fue suficiente como para que se animara a comentar sobre el tema, el silencio se hizo el rey en la estancia haciendo que los padres de las chicas se movieran en sus sillas con incomodidad, hasta que por fin Camile soltó:

-Al final no tengo otra opción, por que de tenerla no viviría con ella.-Alzo la vista de su plato para mirar a Chloe y continuo- todos sabemos que no me agrada y que es demasiado imprudente e incapaz de tomar buenas decisiones y, por su puesto me refiero  sus amigos.- dijo con una sonrisa burlona.

-Sabes.-Dijo Chloe de forma sarcástica- La educación que tan caro le ha costado a tu padre parece no haber dado ningún fruto en ti, al fin y al cabo de nada sirve la educación sin inteligencia.

El silencio volvió a la sala, esta vez mientras Chloe intentaba no reírse de la cara que había puesto su contrincante.

-Chloe- llamó su madre rompiendo el silencio- por favor retírate de la mesa y ve a tu cuarto.

Aquellas palabras la confundieron, solo se estaba defendiendo de una persona que evidentemente la estaba atacando a ella y a sus amigos, a pesar de eso, se levantó de su silla y se dispuso a salir de la estancia, de todas maneras estar sola en su habitación era mejor que estar con Camile y con su insufrible padrastro, así que decidió no decir nada.

Subió a su cuarto queriendo terminar de una vez el día, se acostó en su cama e intento dormir sin éxito alguno, habían demasiadas cosas pasando por su mente, aun no podía asimilar el hecho de que tuviese que vivir con Camile, realmente no la soportaba, era el tipo de persona que nadie quiere cerca, por otro lado, no podía dejar de pensar en Natalia y Esteban, ¿desde hace cuanto tiempo estarían juntos?, pero sobre todo pensaba en la extraña maquina del sótano, Esteban tenía razón, ¿como es que había vivido tanto tiempo en esa casa sin ni siquiera notarla?

El sonido de la puerta abriéndose llamo su atención, y aun mas se sorprendió al ver como Camile entraba junto con su madre.

-Cariño, Camile se quedará en tu cuarto junto contigo hasta que lleguemos a la nueva casa- Dijo mientras esperaba alguna reacción por parte de su hija, pero no sucedió nada.