Capítulo 3. La banda ¿realidad o ficción?

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>>Narración de Ikuto

Mi nombre, como ya saben, es Ikuto Tsukiyomi, mi edad es de 20 años y no tengo nada más que decir acerca de mí porque mi pasado no es tan interesante. Lo único que puedo contar es que actualmente estoy por concluir el reclutamiento de integrantes para una banda de rock tal y como lo hemos planeado con Jake. Y por si tenían curiosidad... mi papel aquí no es el de una buena persona, porque ciertamente mi realidad es casi tan oscura como la conciencia del hombre que me da órdenes.

Amu y yo íbamos en camino sobre la moto al local donde la banda se reuniría para ensayar, ese lugar era prácticamente mi casa. Estaba satisfecho por haber conseguido que Amu aceptara formar parte de la banda. Aunque su voz no fuese precisamente lo que me interesara de ella, sólo bastaba con tenerla de mi lado por un tiempo para que mi plan se concretase.

—Por cierto... ¿cuántos años tienes? —me sacó de mis pensamientos. Su voz irradiaba curiosidad.

—¿De cuántos me veo? —quería saber su respuesta.

—Como de treinta —empezó a reírse, pero a mí no me había causado tanta gracia.

—¿Y tú cuántos años tienes? —cuestioné a la defensiva. No me había parecido certero que me pusiera años de más, aunque presiento que sólo lo ha hecho para vengarse de mí, ya que desde el principio la he molestado diciéndole niña.

—Dime ¿de cuántos me veo yo? —preguntó y yo me sorprendí, pues no pensé que hablaríamos de algo durante el trayecto.

Yo no era una persona de muchas palabras y suponía que ella tampoco, pero ahora ya no sé con qué clase de chica estoy tratando.

—De 12 años o tal vez de 10 —dije sonriendo de manera victoriosa, sin embargo, mi sonrisa no duró mucho puesto que segundos después de haber contestado, sentí un pellizco en el brazo derecho—. ¡Auch!

—¡Eres un grosero! —gruñó y en seguida me apretó el estómago.

—No reclames, niña, no estoy para esas cosas. Aquí la culpable has sido tú y punto final —tomé sus manos para aflojar el agarre, sin permitir que se soltara del todo, sería malo que se cayera, ya que arruinaría mis planes.

—Tengo 17 años y que te quede muy claro...

—Yo tengo 20 y lo mismo digo, aunque pareces una niña.

—Y tú pareces un señor ¡ja!

Peleamos todavía un poco más durante los siguientes minutos antes de llegar a mi casa. Teníamos gustos diferentes y también opiniones y perspectivas. No esperaba que fuésemos iguales, pero al menos quería que las cosas no se complicaran. ¿Por qué no podía ser una chica más accesible y menos testaruda? ¿Por qué simplemente no cedía ante las cosas que le decía? ¿Por qué insistía en complicarlo todo?

Cuando llegamos le insté a bajar de la moto, estuvo a punto de resistirse, pero al final aceptó porque no le quedó otra opción, su mente no pensó a tiempo en un contrataque que pudiese afectarme.

Dejé estacionado el vehículo y posteriormente avancé junto a ella hacia la puerta. Busqué en mi bolsillo las llaves, pero no las encontré, fue entonces cuando recordé que se las había prestado a Jake. Así que no me quedó más remedio que tocar el timbre. Luego de unos segundos abrió Kukai.

—¡Genial! ¡Qué bueno que ya llegaron! —Gritó al tiempo que ensanchaba una sonrisa—. Te lo dije Nagihiko, sabía que ellos dos vendrían —añadió subiendo aún más el tono de su voz con la intención de que el mencionado lo escuchara.

—No puede ser posible. Tengo que comprobarlo con mis propios ojos —Nagihiko se asomó desde la entrada de la alcoba principal hacia el pasillo por donde nosotros caminábamos —Es cierto, mañana te pago –bajó la mirada refunfuñando.

[Fanfic Amuto] La historia de una chica rebeldeWhere stories live. Discover now