37 - Lluvia de verano

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El corazón de Inoue no dejaba de palpitar con fuerza. Por un momento, su alma se había desconectado del tiempo y espacio donde se encontraba y había viajado a otra mente, a la de Akashi.

Ella pudo sentir su confusión, pudo no sólo sentir sino también ver como se ponía de pie y enfrentaba la realidad, después de tanto tiempo. Hizo algo al respecto, tal como ella se lo había pedido.

— ¿Realmente te encuentras bien?

Kasamatsu seguía mostrando inseguridad al mirar a su amiga retomar su postura algo débil. Ella sólo asintió y volvió a poner total atención al partido que ya estaba continuando.

Se encontró así con un Akashi sin heterocromia. Eso la sorprendió, pero su mirada seguía eufórica en conseguir la victoria, con la diferencia de esta vez llevarse consigo a sus compañeros de equipo, los cuales había abandonado minutos atrás.

Los últimos segundos se estaban descontando y el corazón en la boca de cada espectador, cada jugador y entrenador, se sentía en el aire.

— Es increíble. Los del Rakuzan son imperturbables.

Todos compartían el pensamiento de Yukio. Todo estaba a punto de definirse con tan solo cuatro puntos de diferencia y ningún equipo cedía. Era realmente increíble.

De repente, quedando tan pocos segundos, como si hubiese sido por obra del destino, Mibuchi comete una falta inocente contra el capitán del Seirin, concediéndole no sólo un triple sino también un tiro libre.

Ahora era un a todo o nada.

— Iré a comprar algo para beber.

Se dio media vuelta la peligris llamando la atención de los chicos.

— ¿Ahora? ¿Es en serio?

Desesperó Kise pero la muchacha sólo se marchó dejándolo con la palabra en la boca.

— ¿Está bien que la dejemos ir así?

Miró el rubio esta vez a su capitán. Yukio sólo la miró irse sin decir nada. No estaba seguro que tan correcto estaba dejarla ir, pero si así lo deseaba tenía sus motivos y él intentaba con todas sus fuerzas confiar en ella.

El capitán del Seirin lanzó su tiro libre causando un rebote, el cuál ganó su compañero Teppei contra Nebuya. Nadie sabía que esperar de su parte, si iba a responder solo o pasar el balón. Realizó la segunda opción tomando a todo el equipo contrario de sorpresa al ver que quien recibió ese pase fue nada más y nada menos que Kuroko escapando de las manos de Mayuzumi.

Preparándose para lanzar el esférico, Akashi saltó frente a sus ojos intentando bloquearlo.

— ¡Se acabó, Kuroko!

El peliceleste sonrió y lo miró a los ojos.

—  Lo siento, pero yo sólo soy la sombra.

Y tras esas palabras llenas de orgullo realizó su tiro fantasma, el cuál fue recibido por Kagami realizando dentro de la última milésima de segundo el punto que les dio la victoria.

El estadio gritó eufórico, los chicos y la entrenadora del Seirin ingresaron a la cancha entre lágrimas y risas a celebrar el increíble triunfo que habían conseguido. Mientras el Rakuzan había quedado estático ante tal acontecimiento. Particularmente, Akashi Seijuro.

« Perdí. Esto es la derrota, que cruel. Es un dolor en el pecho difícil de explicar. No me veo capaz de mantener la compostura hasta la formación. Pero, precisamente por eso pienso: Me alegra haber jugado basquet y también haberte podido conocer... »

Amo odiarte | Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora