Capitulo 10

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El castaño regreso al palacio con una enorme sonrisa en su rostro.

Abrio la blanca puerta de madera y se adentró en el largo y blanco pasillo.

Sus pasos resonaban en todo el palacio,era algo extraño el no escuchar lis murmullos de los demás angeles.

Al llegar a su habitación,vio como su amigo Carlos junto a su acosadora personal lo observaban sentados en su cama,con una expresión de "sé a donde fuiste".

No se enojo ni nada parecido,se limitó a responder cada una de las preguntas de ambos angeles con total seguridad en sus palabras.

*~*

Una azabache desayunaba sin prisa alguna,con una expresión de serenidad en su rostro y sus acciones demostraban lo mismo.

Sus pequeñas y delgadas manos sostenian la cuchara de una forma tan delicadamente como si en cualquier momento su comida o la cuchara fuesen a romperse.

Sus finos labios se abrian de una sutil forma cuando la comida se acercaba a ellos.

Su padre la miraba con preocupación.

Sabia que ella iva a "dialogar" con los angeles y eso le carcomia hasta los huesos.

Sabia que tendría un castigo y si no es solo su castigo,va a ser el de todos los seres de donde ella proviene.

Todos sufrirían.

Sabia exactamente que a todos ellos les esperaba el exilio.

Esa palabra tan corta,pero que destruye a quien se le condena.

Esa palabra que lo hizo sufrir durante un siglo.

Sin su hija.


Sin sus padres.

Sin su único amor.


Definitivamente no queria que eso le pasara a ella.

Si es condenada a ese castigo,él se quedaría con ella sin importar cuanto se lo impidan,no dejaría a su pequeña azabache sufrir todo lo que él sufrio.

Ella al acabar su comida,se levantó y se fue a su habitación.

Cuando llegó se desvistio y se colocó un vestido de color negro con un liston rojo carmín en su cintura,unas botas negras y su distintiva capa de color carmín.

Salió de su habitación y se dirigio a su padre.

-Ya estoy lista-dijo ella en un tono frio.

-¿Estas segura de esto?-dijo su padre.

Con la esperanza de que ella digera que no,de que toda esa confianza que habia en sus ojos se desvaneciera,que ella volviera a ser la niña llorona que hubiera llorado en su habitación suplicando a su padre que la protegiera.

Pero no.

Ya no era esa niña llorona de 4 años.

Su carácter habia cambiado demasiado en estos ultimos años.

-Claro que lo estoy-dijo ella segura de sí misma.

-Llama a Juan Carlos y a Felipe-ordenó el mayor tratando de que su voz no se quebrase y se pusiera a llorar.

Por que él no era asi.

Él era el gran Victor,rey del infierno,quien tomó como esposa a la hija del rey de los cielos,quien derrotó a un ejercito de más de cien seres solo con una espada,quien ahora se encuentra temiendo por la seguridad de su pequeña hija.

Él habia cambiado.

Por ella.

Por aquella angel que tanto amaba.

Y que ahora lo único que queda de ella esta apunto de condenarse al exilio.

Y que no quiere perderla.

Es lo único que hace que aquel demonio no se sienta tan miserable.

Es la única razón que le transmite la seguridad que necesita para librar cualquier batalla.

Y si la perdiera....

No sabria que hacer.

-Esta bien,ya no llores-dijo y se fue.

Se notaba un tono de preocupación en su voz.

Ella también queria llorar.

Al llegar a la habitación de los mencionados tocó suavemente la puerta.

-¿Ya están listos?-

-Si ya vamos-dijo Felipe.

El cual por su tono parecia preocupado.

Seguido de eso la puerta fue abierta dejando ver a dos jovenes vestidos formalmente.

-Bien,vamonos-dijo la azabache.

-Como ordene-dijerón ambos al unísono.

Caminarón hasta que encontrarón a Victor recargado en el marco de la puerta con en cigarrillo en la mano.

Él esta muy estresado,ya que muy pocas veces hace uso de los vicios humanos para tratar de relajarse.

-Bien entremos entonces-dijo el padre de la pequeña.

Espero todo salga bien.

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Hola mis queridos homunculos.

Capitulo 10,que rapido.

Perdonen los errores ortograficos.

Nos leemos luego.





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