Es Tu Hijo/Anheló Del Corazón.

Capítulo 49

"Días en Sinnoh"

Jamás pensé en tener que darle una explicación, jamás pensé en que algún día ella se pararía frente a mi, me miraría fijamente y preguntaría lo que acababa de preguntarme, pero ahí la tenia, mirándome fijamente con sus ojos abiertos, esperando una respuesta ¿pero como responderle si a su edad ni siquiera sabe lo que es un padre? ─Mama, ¿tengo papa?─ volvió a preguntar, y yo comencé a sudar, que debía responder, decir "si", seguramente despertaría su curiosidad inmediatamente y preguntaría por un "quien", y hasta ahi no podía llegar.

Su mirada me inquietaba aun mas, y sin continuar con mis rodeos le dije que "si", ella agachó su cabeza, agarro su muñeca, me volvió a mirar y sonrió, lo hizo como nunca había lo había hecho.

Hacia unos meses nos habíamos mudado a Sinnoh, una región bastante tranquila y alejada de Kanto, muy lejos de ella, y con la particularidad de que ya había sido visitada por el equipo Rocket, por lo que este, ya no debía tener actividades en la misma, eso la hacia excelente para vivir una vida tranquila lejos del indeseable de James, al cual no quería volver a ver nunca más en mi vida.

Los meses pasaban con rapidez y con ellos Jalyn crecía cada vez más, volviéndose más curiosa y preguntona, con muchas ansias esperaba el regreso de Ash de sus viajes, el sin falta siempre le traiga algo, era una rutina, se iba por varios meses, ponía una fecha de regreso y ella lo esperaba ese día sin moverse de la puerta.

El amor incondicional que mi hija le tiene, era casi el de un hijo por un padre, y el aun sin serlo asumió toda responsabilidad sin ningún problema, algo por lo que siempre le estaré agradecida, yo no tenía a nadie, y de un momento para otro el aprecio y me dio una familia, un hogar.

Las cosas no fueron fáciles, tuvimos que dejar todo atrás, nuestra casa, amigos, y sobre todo el tuvo que dejar a Misty, su novia, no me agradaba para nada, nos detestavamos, por algo era, ella creía que yo estaba ahí para robarle el amor de Ash, algo completamente ilógico.

El tiempo siguió pasando, mi pequeña cumplió seis años. Para mi fue como un abrir y cerrar de ojos, parecía ayer que recién había nacido, y yo la sostenía en mis brazos mientras lloraba desconsoladamente; ahora con sus seis años ya cumplidos, se había convertido en todo una niña. Iba al kinder, jugaba en la plaza con sus amigos, y hasta se quedaba a dormir en la casa de alguno de ellos.

Pasados unos meses las cosas se volvieron más complicadas, cada casa que visitaba era un tormento para ella, en todas había un padre, menos en la suya, una tarde la encontré llorando, lloraba mientras veía por la ventana, cerca de nuestra casa había un pequeño parque en donde las familias iban a jugar con sus hijos, desde su ventana observaba esa escena, niños jugando repletos de alegría siendo observados por sus padres desde un pequeño asiento color blanco; la escena me mato, mi pequeña sufría por mis errores pasados, pero aún era muy pequeña para entender que si me quedaba con su padre nos esperaba una vida llena de sufrimiento y dolor, yo no quería eso para ella, yo lo viví en mi niñez, y es algo de lo que estoy dispuesta a no hacerle pasar a mi hija.

─Jay estas bien?.

Escuche preguntar a alguien, esa voz familiar, que a la vez era tan extraña, era el. . .había vuelto, ¿cuando?, no lo se, pero estaba ahí junto a mi pequeña, la felicidad que ella tenia en su rostro al ver a Ash era inmensa, desde ahi entendi que padre no es quien te da la vida, si no quien te cría; quien esta ahí para vos en tus momentos difíciles, quien te lleva a la escuela y te ayuda con tus deberes, eso es un padre, y eso es lo que hacía Ash cada vez que regresaba a Sinnoh, el siempre estaba.

─Tranquila, no tenes que estar mal por eso, te contaré algo. . .yo también crecí sin un papa, y te digo que no es nada difícil hacerlo, acordate de esto, los niños que creceremos sin un papa somos mejores, más fuertes, inteligentes y carismáticos─ le dijo con una gran sonrisa, Jalyn se secó las lágrimas y lo abrazo

No se si el es un ángel o que, pero llego a nuestras vidas para salvarlas, de la perdición en la que estábamos; ¿que sería de nosotras si aquel día el no hubiera aparecido?.