siete

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  —Volverás pronto, ¿no es así? —Jungkook estaba destrozado. Sentía un ardor en su pecho, de rabia y tristeza. El chico que amaba se iba a otra cuidad y nunca se había sentido tan mal.

—No lo sé —La respuesta indefinida de Taehyung hizo que su corazón doliese aún más. Le quedaba claro que iba a ser mucho tiempo.

Tae se sentía incapaz de mirarlo a los ojos, sobre todo porque no faltaba mucho para que comenzaran a brotar lágrimas de los suyos. 

—No te vayas, por favor —Kook cambió de posición en el asiento y miró a su amigo de perfil, su vista se mantenía clavada en el césped mojado, estaba ido y Jungkook sabía que Taehyung se sentía igual o peor que él.

—Mi abuela está enferma —Explicó Tae con voz débil—, no le queda mucho tiempo así que debo ir a conocerla antes de que se vaya al otro lado.

 —Oh, lo siento —Aquello tomó por sorpresa a Jungkook.

 —No te preocupes, sería hipócrita de mi parte sentirme mal, nunca conviví con ella, nunca he visto su cara, no sé quién es.

Hubo un silencio incómodo.

Tae se sintió mal por mentirle a su mejor amigo, porque no era el verdadero motivo de su mudanza. La homofobia de Kim JiAnn era la verdadera razón. 

Un deprimido Taehyung se cubrió el rostro con las manos, lamentándose. Él no quería irse de Busan, él no quería dejar a la única persona que le alegraba el día con una simple sonrisa. No quería irse y verse obligado a olvidar todo lo que pasó entre él y Jungkook. Irse a Daegu, significaría dejar de ser quien es, implicaría jugar al "heterosexual" para que su madre lo aceptase y demandaría sentirse miserable toda su vida. Le dolía, le dolía demasiado que su madre lo repudiara por ser homosexual, que se sintiera avergonzada de él y que fuera tan hipócrita con Jungkook y la señora Jeon. Porque sí, delante de aquellos dos seres que eran tan importantes para él, JiAnn era la persona más dulce y comprensiva del planeta, pero cambiaba drásticamente cuando estaba a solas con su hijo.

Pensándolo bien, Taehyung ya se sentía miserable.

  —¿Cuando te vas? —Preguntó Jungkook en un hilo de voz.

—La próxima semana.

Jungkook se mordió el labio inferior e inconscientemente dejó escapar una lágrima.

—Pero voy a volver —Tae se llenó de valor y sostuvo la cara del menor entre sus grandes y suaves manos, mirándolo fijamente—. Te lo prometo.

Jungkook no pudo resistirse a la cercanía y abrazó a Taehyung, escondiendo su rostro en el pecho del mayor y empezando a llorar desconsoladamente.

  —Prometo que volveré, Kookie, te lo prometo —Correspondió el abrazo y besó el cabello de su amigo—. Lo prometo —Repitió una última vez y con delicadeza deshizo el abrazo.

—Y yo prometo que voy a esperarte.


***


De pie frente a la zona de embarque del próximo vuelo con destino a Daegu, estaba Kim Taehyung, con su mochila colgada en sus hombros, su maleta en una mano y su pasaporte y billete de avión en la otra; sudoroso y nervioso, esperaba con impaciencia a quien fue su segunda madre y al chico del que estaba perdidamente enamorado y a la vez, por la razón por la que estaba dejando Busan.

Le quedaban menos de veinte minutos para subir al avión que lo dejaría abandonado en su "nueva vida", lo que repetía su madre constantemente con mucho entusiasmo, y "le haría olvidar todas las tonterías que hizo con su mejor amigo durante toda su infancia y gran parte de su adolescencia", donde además "conocería a una chica increíble y tendría amigos hombres, no homosexuales licenciosos", que era lo que su madre decía que se convertiría si se quedaban.

Taehyung se había resignado y había decidido no llorar más. Eso hasta que vio a Jungkook entrar corriendo a la zona de embarque, con Hana-noona detrás de él gritándole que no podía correr ahí.

Jungkook se plantó frente a él y Taehyung esbozó una sonrisa. Habían tardado un poco, así que él pensó que seguramente no irían a despedirse.

Jungkook lo abrazó. 

Fue el abrazo más triste de todos. A pesar de que ninguno de los dos estaba llorando, ambos estaban extremadamente tristes, porque aquel abrazo se sintió como el último, y esto hizo que Jungkook se aferrara más a su hyung, como si aquello fuera a evitar que él se fuera.

  —Por favor, no me olvides —Suplicó en un susurro, cerca del oído de Tae.

—Nunca lo haría —Susurró él de vuelta. La voz de grave de su mejor amigo y su aliento caliente acariciaron el oído de Jungkook e hicieron que se sintiera más deprimido, porque pasaría mucho tiempo antes de volver a oírlo, al menos en persona.

La voz de una mujer resonó a través de los parlantes por todo el aeropuerto, llamando a los pasajeros del vuelo seiscientos uno con destino a Daegu. Taehyung  abrazó más fuerte al menor, preparándose para irse y no volver a verlo en mucho tiempo o quizá nunca más. Estaba seguro de que nunca olvidaría ese abrazo, y mucho menos a Jeon Jungkook.

  —Taehyung, ya tenemos que irnos —La mano de su madre se posó sobre su hombro, pidiéndole con ese simple gesto que se apresurara.

—Te amo —Murmuró Taehyung, en un tono de voz suficiente como para que sólo él pudiera escucharlo.

Lo soltó y sin mirarlo a los ojos, se despidió fugazmente de Hana y subió al avión, sintiendo que estaba dejando la mitad de su corazón aquí, y que, la parte que quedaba, sufría como nunca.


🌼 

friends ➳ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora