Prólogo

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Fue iluso de mi parte, debí haber sabido que jamás podría ser libre, aun si intente mil y un conjuros para atraer la fortuna, aun si cada noche pedía a esa entidad toda poderosa permitirme ser libre, simplemente fui ignorado, fui abandonado, para mi aquello quedó claro cuando durante mi último año de primaria al volver a casa tras un día de colegio encontré a mi madre tirada sobre un charco de sangre y frente a ella se hallaba un hombre que no era ningún extraño, no era alguien ajeno a nosotros, era el hombre quien ayudo en mi creación, la persona que aunque fuese una broma reconocía como mi padre.

—Veo que esta perra te ha cuidado bien.

Este hombre jamás me ha visto como a una persona, ni siquiera como a un animal, para él únicamente soy algo que poder utilizar, soy alguien a quien despojó de todo lo que vuelve a alguien humano y me moldo para ser el reemplazo de mi otro yo, la copa exacta de mi hermano gemelo a quien le ha brindado todo lo que a mi me ha negado, y lo que a mi madre acaba de arrebatarle cuando su única intención era intentar darme un poco de humanidad.

—Es hora de entrenarte para ser lo que viniste a ser al mundo, la sombra de mi hijo Altair.

Mi hermano y yo desde nuestro nacimiento fuimos separados, uno recibió la atención de nuestro progenitor mientras que el otro únicamente viviría para ser utilizado en caso de que algo grave le ocurriese, aun si lo entre nosotros solo existían segundos de diferencia como el segundo en nacer me correspondió ser aquel que no "tendría que existir" y que únicamente "existiría" como copia del gemelo perfecto.

—Sáquenlo.

Cuando fui sacado de la que por mucho tiempo fue mi casa fui testigo de como "mi creador" quemaba todo rastro de la persona que utilizo a traerle al mundo dos seres iguales, aun si intente luchar por detenerlo lo único que conseguí fue recibir golpes que consiguieron derrumbarme fácilmente, al ser subido a un vehículo me trasladaron hasta un sector de la ciudad donde residía mi otro yo, esa persona a quien debería suplantar y el culpable de todo.

—Realmente son como dos gotas de agua.

—¿De dónde nos parecemos exactamente?

Mi otro yo, mi gemelo, mi hermano mayor acostumbrado a la fama, a ser mimado por todos aquellos que lo rodean desprecia a todos, como "único" hijo de un prestigioso empresario ha sido colmado con todo lo que puede desear, pero al parecer es cierto lo que dicen sobre que el dinero no lo compra todo, al parecer un accidente lo ha dejado en silla de ruedas, y como está imposibilitado me toca a mi tomar su identidad y vivir su vida fuera del edificio de nuestro padre.

—Más te vale memorizarte todo, al más mínimo error que cometas o que manche la reputación de mi hijo... te volaré la cabeza.

Quien ya a un ser humano ha matado, ¿Qué tan difícil le puede ser matar a otro?, esto queda claro cuando una pistola es puesta en tu boca y se te mira con una mirada gélida e indiferente. Sollozante por la pérdida de mi madre fui confinado a un cuarto al cual apenas podía llamárselo así, únicamente contaba con un colchón, algunas cobijas, un pequeño escritorio y una única ventana con barrotes, todo lo que una marioneta necesitaba.

Desearía poder ser libre, volar libre como las aves que surcan el bello cielo azul, sin embargo, ese no es mi destino, mi destino es ser la sombra de mi gemelo, ser un perro que mene la cola para otros, una marioneta sin derecho a ser un ser humano sin derecho a tener sueños o metas por cumplir.

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Hasta aquí llega el prólogo espero les haya gustado.

Ok, no se que me pasa, no vamos ni dos capítulos de novela y ya he matado a alguien, creo que he visto demasiadas películas policiacas (-_-U)

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Nos escribimos y nos leemos en el próximo capítulo.

¡SAYONARA!

¡SAYONARA!

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Marionette (YAOI R-18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora