Una vez leí en un artículo que la mala suerte es una creencia supersticiosa muy imponente de la sociedad pero enrealidad hay dos conclusiones sobre su origen. Una, es que fue creada como una excusa por aquellas personas que no logran nada en la vida, aquellas que no progresan y por lo tanto buscan una manera de excusarse, en este caso echando la culpa a la supuesta mala suerte. Por otro lado, se trata de un tema de karma, se dice que la mala suerte sucede en ocaciones al azar o simplemente se trata de la consecuencias de nuestros actos malos en el pasado.
Creo que yo soy un caso especial. No recuerdo haber tratado mal a alguien así que karma no creo que sea mi problema. Aunque talvez en mi vida pasada fuí una cruel persona, entonces todo tendría sentido y mi mala suerte si sería justificada por la ley del karma.
Sin embargo, creo que al que se encarga de hacer pagar el karma se le pasó la mano conmigo.
Me encuentro atónita mirando mi ropa interior manchada. Siento que ya pasaron algunos minutos y que en cualquier momento Bruno empezara a protestar por mi demora. Pero, ¿qué hago? Nunca me había sucedido. ¡Ni siquiera traje una toalla higienica!
¡Jodido Andrés esta vez te pasaste!
—¿Que hago?—me digo a mí misma.
«Espera un momento a que entre alguien y ahí le pides que te regale una»
Eso no suena tan descabellado. ¡Oh conciencia mía! Gracias por iluminarme.
Pasa aproximadamente un minuto y no entra nadie y empiezo a mover el pie con impaciencia. Suelto un largo suspiro y me armo de valor para llamar a Bruno. ¡Dios! Esto es tan vergonzoso.
Aclaró mi garganta para hablar con nerviosismo, —Psst Bruno.—espero unos segundos pero no escucho respuesta y temó que se haya ido sin mi por demorar tanto—Brunoo—nada.—¡Bruno!
—¿Jennifer?—¡gracias jodido cielo!
—¿Puedes entrar?
—¿Qué? ¿por qué?
—Solo entra.
—¿Así? ¿qué más?—suspiro exasperada—¿Quieres que te limpie tambien? No pienso entrar al baño de mujeres.
Estúpido Bruno.
—Necesito tu ayuda.
—¿Y que te hace pensar que te voy a ayudar?
¡Agh! Idiota.
—Por favor.—murmuro despacito.
—Bien, ¿qué quieres?
Tan lindo.
Suspiro y cierro los ojos preparandome mentalmente para lo más vergonzoso que diré.
—Necesito que vayas por toallitas.—su silencio me provoca ansiedad.
—¿Toallita? ¿Vas a ducharte?
Me pegó en la frente por lo estúpido que es, pero luego repaso lo que dije y en parte es culpa mía. No dije el nombre completo del producto.
—Toallas higienicas.
—Ah.. ¡¿qué?! Ni de coña. ¿Sabes lo raro que me van a ver?
—¡Por favor!
—No.
—¡Bruno!
—Qué no.
Adiós paciencia.. y dignidad.
—Mira, Bruno. Me estoy desangrando por ahí abajo y necesito una jodida toalla para no manchar todo a mi paso. ¡Así que mueve tu lindo trasero y consigueme una toalla!—respiro—Por favor.
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Prometo No Enamorarme
Teen FictionJennifer Martín, una joven que vive atormentada por el abandono de su padre, por tal razón prometiendose así, no enamorarse. Pero luego de las cortas vacaciones de invierno, llegan nuevos estudiantes a la secundaria. Cada uno con diferentes persona...