—¿Eso es todo? —su voz suena casi como un susurro. Lejano, pensativo, roto— ¿Se acabó?
Da un paso hacia mí e instintivamente retrocedo. Me mira con el dolor leyéndose en sus ojos, chocando contra el hielo de mi mirada. En el mar de sentimientos que me ahogan por dentro solo puedo ver oscuridad. Siento tanto que no puedo reflejarlo.
—Si acaba, es solo porque así lo quieres.
—No, no estoy acabándolo yo ahora mismo. Lo acabaste tú cuando decidiste irte sin pensártelo dos veces.
—No pensé en ello, ¿vale? ¡No le di importancia porque pensé que no pasaría! —alzo la voz más de lo que quiero, dejo caer los brazos a mi costado— Pensé que si pasaba, me apoyarías.
—¡No tiene sentido que te apoye en algo que has decidido tú sola!
—Lo he decidido yo sola porque no te incumbe, es mi vida y esto es lo que siempre he querido —mis ojos se inundan de lágrimas, siento como mi coraza se llena de fisuras— Es mi sueño.
—¿La decisión de marcharte a otro estado no me incumbe? No puedo no verte en meses. No podría hacerlo. Sería inmensamente infeliz.
Se queda en silencio con los puños apretados. Yo me abrazo para resguardarme del frío y bajo la cabeza hacia el suelo, varias lágrimas brotan de mis ojos y caen al suelo cuando pestañeo. Es la primera vez que me duele mirarlo a los ojos.
—¿Sabes cuál es el problema? —continúa diciendo. Me odio en este momento. Odio que el nudo que se ha formado en mi garganta me impida hablar, odio tener que escucharlo. Quiero defenderme, quiero que entienda mis motivos. Quiero arreglar esto— No me quieres.
Alzo la mirada y debo reprimir el deseo de sacudirlo hasta que deje de soltar mierda por la boca. Una corta risa amarga y temblorosa escapa entre mis labios.
—¿Cómo puedes pensar así todavía? —digo en apenas un susurro— ¿después de haberme entregado a ti, después de haberte dicho una y mil veces que eres la persona que más he querido en mi puta vida?
—Yo tampoco he amado a nadie como a ti, joder —me da la espalda y se revuelve el pelo en busca de calma. Vuelve a girarse, y noto que está mordiéndose el labio para esconder el temblor—. Bombón... Quédate. Espera un poco más... Hasta que encuentre algo bueno allí. Mudémonos juntos.
—¿Cuánto Nathan? ¿Cuánto tiempo quieres que pause mi vida por ti? Si yo no empiezo a cursar este año le darán la beca a otra persona.
—Adoro mi trabajo, adoro nuestra vida aquí. Si me marchara, perdería la oportunidad de hacer lo que me apasiona.
—Y es por eso que, a diferencia de ti, no te pido que renuncies a ello porque no es justo —mis ojos empiezan a llorar con más fuerza y me nublan la vista, pero me niego a limpiarme frente a él—. No es justo que me des a elegir entre tú y mi sueño, porque ten por seguro que no voy a elegir a la persona que quiere hacerme renunciar a todo por él.
—Entonces se acabó —no está anunciándolo, más bien parece que trata de asimilarlo diciéndolo en voz alta—. Hemos... Terminado.
Asiento lentamente, dejando que las palabras calen en mi cabeza. Mi coraza se ha quebrado y mi corazón desnudo sangra. Se ha terminado, Dannie. Se ha acabado. Y ha durado una eternidad menos de lo que quería.
Me agacho para recoger mi mochila del suelo y me planto a él con la barbilla bien alta. No debo ocultarme, ni a mí ni a mis lágrimas. Aunque ahora mismo duela tanto que quiera arrancarme el corazón, una pequeña parte de mí —la parte racional— sabe que he hecho lo correcto.
—Cuando te des cuenta de lo que has hecho y te arrepientas, pregúntate quién amaba más a quién.
Nota: ¡Hola! La novela que estás leyendo está reescribiéndose, por lo que he retirado los capítulos por un tiempo indefinido. Si guardas la novela en tu biblioteca podrás continuar leyendo en cuanto actualice. ¡Perdón por las molestias, seguro que merecerá la pena esperar!
Ahora mismo estoy escribiendo otra novela de romance: "Bloom". Pásate a verla, ¡quizá te interese!
Gracias por leerme xx
-Paula
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El efecto Bad Boy |#EEBB [Editando]
RomanceDanielle no quiere saber nada de amor ni de chicos; especialmente, no está interesada en la combinación de ambas cosas, sobre todo si se trata de los famosos chicos malos que lleva evitando toda su vida. Su estrategia para mantener su corazón intac...