volleyball ✧ chanbaek

🏐 OO 🏐

«🏐»

—¿Que quieres qué, cariño?

Los padres del muchacho le miraban extrañados, su madre ladeó un poco la cabeza.

—Una pelota de volleyball -la sonrisa de Baekhyun era amplia, y sus ojitos muy abiertos no se apartaban de la mirada de sus padres—. Por favor.

—¿Desde cuándo te interesa el volleyball, amor? —su madre preguntó, con un tono dulce y curioso que hizo sonreír más al menor.

—Desde hace tiempo, mamá. Jugaba con algunos amigos después de clase y decidí que quiero mejorar.

Y así fue como Baekhyun, cumpliendo doce años, recibió una pelota de volleyball para su cumpleaños. No pidió nada más, y desde ese entonces trataba de jugar en el patio de su casa sin hacer un completo desastre con la pelota. Uno de sus amigos, Taehyung, le ayudaba a practicar y aprendía con él de paso.

No había mucho que hacer, Baekhyun estudiaba en un colegio pequeño con una cancha de no más de tres metros por cinco, con la que tenía que conformarse cada vez que se quedaba después de clases a practicar. Solía estar allí alrededor de una hora o dos, para después volver a casa, agotado y con los músculos casi dormidos. Al principio fue difícil, porque despertaba con un dolor horrible en todo el cuerpo que apenas le permitía moverse, pero con el paso de los meses fue acostumbrándose, porque él mismo se forzaba a entrenar sobre el dolor. Consejo de su profesor de educación física, que le ayudó mucho a mejorar.

Con el paso de los años se convirtió en un buen jugador, y ya no necesitaba practicar demasiado para un pequeño partido, en el que un set se completaba con diez o quince puntos sin dos de ventaja.

Sus padres siempre le dejaron ser porque él, además, era buen estudiante. Sacaba calificaciones excelentes ya que, incluso luego de llegar cansado a casa, se sentaba en su escritorio y repasaba la materia en sus cuadernos, todos los días, y entonces no tenía tiempo para nada más, porque después de eso sólo dormía hasta el día siguiente, y la rutina se repetía.

Al menos hasta que cumplió quince años, en donde decidió ir a tratar de unirse a equipos de volleyball. Pero siempre le ponían la misma excusa.

Tienes habilidad, pero tu estatura no ayuda.

¿Medir un metro con sesenta centímetros es tan malo? Aunque bueno, los chicos de los equipos siempre pasaban del metro setenta y cinco, y luego estaba él, mirándolos con incomodidad. Él, básicamente, era nada comparado con ellos. Jugaban tan bien, y en cada uno de los grupos no resultó su deseo de entrenar en serio, con personas que sí sabían las reglas del juego, pero al parecer no pudo ser.

Esa era su frustración todos los días, cuando se levantaba, cuando desayunaba, cuando practicaba, cuando se iba a dormir. Un día, lanzó la pelota tan fuerte contra la pared, que se reventó, prácticamente.

Y ahí se encontraba, con la cara apoyada en la mesa, y un Taehyung medio confundido.

—¿Qué tienes? —preguntó, sentándose a su lado, porque recién llegaba.

—Me rindo —murmuró Baekhyun, con la voz atropellada—, me rindo...

—¿Eh? -el castaño dirigió la mirada hacia el cuerpo de su amigo, y advirtió que los nudillos de éste tenían un tono rojizo y estaban algo hinchados—. Uh... ¿te volvieron a rechazar en un equipo?