The Cat Who Got some Christmas Spirit { Sope Fluff }

¡Feliz Navidad!

Vaya, la navidad es realmente una época maravillosa ¿No es así?

Hermosas casas decoradas con brillantes luces, familias reunidas alrededor del fuego, una sonrisa cariñosa, un beso debajo de un muérdago...

"Niños malcriados llorando por regalos" Pensó refunfuñando Yoongi.

Min Yoongi no era muy fanático de aquellas festividades, si, tenía sus beneficios vivir con una familia muy católica y creyente, quienes con mucha emoción se habían encargado de que en cada esquina hubiera al menos un adorno con temática navideña, siempre recibía aunque fuera un juguete nuevo, un bowl de leche o una nueva cama, lo cual lo complacía bastante.

Aunque entre las desventajas estaba ese horrible gorro navideño que intentaban obligarlo a usar, aunque el siempre lograba escabullirse para quitárselo de encima de las orejas.

Yoongi miró a través de la sala, sus dueños dormían pacíficamente aquella noche de diciembre, habían hablado emocionados sobre la llegada de un tan "Esperto de la Neridad", quizás fuera algún familiar, a Yoongi en realidad le importaba poco, estaba muy feliz de que la tía Rosa y sus asquerosas niñas no vinieran de visita, esas mocosas siempre terminaban raptando entre sus sucias manos a Yoongi y llevándoselo para obligarlo a participar en alguna de sus niñerías tontas.

Yoongi tenía que recordarse constantemente que no tenia permitido rasguñarlas y que si lo hacia estaría castigado, sin leche y sin bolas de estambre.

Dio varias vueltas por la sala, en busca de algo que no perteneciera ahí y cuando se sintió satisfecho, o mas bien aburrido con su tarea, se enroscó muy cómodamente en su cama color rojo escarlata junto a la chimenea, relajo sus músculos y bostezo perezosamente. Yoongi ciertamente encontraba un gran placer en tomar siestas y disfrutaba cada segundo de aquello.

No supo cuanto tiempo durmió pero sintió el movimiento de sus orejas, sus sentidos alertándole que algo había cambiado, ya no se sentía calientito y cómodo, abrió los ojos con enojo, quien sea que haya perturbado su sueño iba a conocer sus garras y dientes.

"¿Qué cambió?" Se cuestionó estirándose, arqueando la espalda, reposando en las patas traseras y levantando su orgulloso culo cubierto de brillante pelaje negro al aire mientras una cola azabache se movía elegantemente de lado a lado para desperezarse.

Una brisa fría término de, literalmente, congelar su sueño, ¡su fuego ya no estaba! Ahora si se las verían con él.

"¿Será un ladrón? ¿Quizás un ratón? Piensa Yoongi, piensa."

Bajó de su cama y dio vueltas sigilosas por la sala, la brillante y silenciosa sala.

"Cuando te encuentre te mataré y entregaré a mi dueña como trofeo"

Su afilada vista captó un destello de luz detrás del sofá, con tanta gracia como podría tener un gato saltó ágilmente sobre este, sin hacer ningún ruido, reprimiendo el murmullo que amenazaba escaparse de su boca y más allá de sus blancos bigotes.
Se subió sobre el respaldo del sillón vinotinto y observó hacia abajo.

"¡Un hombre!" pensó Yoongi, luego reconsideró aquello, "Es muy pequeño y amarillo para ser uno, debe ser una especie de ratón. No se escapará"

Preparó sus músculos para saltar, tomando impulso sobre las esponjosas almohadillas de sus patas y entonces...

"Esta es la casa de los Min"