Siguendo la Luna no llegaré lejos.

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.-No estoy solo - exclamé, mientras jadeaba incesantemente y el sudor corría por mi cara. Había sido una noche agitada en los suburbios, esas calles que albergan los sueños y esperanzas de gente con escazos recursos, pero que de noche se convierten en el campo de batalla, la jungla de cemento en la cual sólo el más fuerte sobrevive.

Durante toda la tarde planeé esto, tanto por el honor de mi familia, el nombre de mi hermana asesinada y por mi enorme orgullo... Oh, mi hermana, nadie más que la perra suerte pudo haberte arrebatado el futuro que tenías por delante. Maldito el día en el que te topaste con ese infeliz quien, por negarte a cooperar cuando trató de robarte, acabó contigo con una bala en la cabeza, sólo segundos antes de encontrarte en donde acordamos y haber precenciado toda la escena. Maldito el día en el que ví cómo ese infeliz segaba tu vida, en el momento exacto en el que su rostro quedaba enmarcado en mi memoria por el resto de mi vida. Maldito el día en el que, por ineficacia de terceros, el tipo seguía libre y nadie hacía nada... Pero oh, hermana mía, todo esto lo hice por ti y sólo por ti, el amor que siempre sentí hacia ti me impulsó a seguir adelante. Si alguna pena ha de caer sobre mi, aceptaré una eternidad en las tinieblas si es necesario, sólo por ver cómo tu muerte fue vengada satisfactoriamente, hermana mía.

Observo la enorme Luna que brilla intensamente en las oscuras calles de los suburbios, aparentemente tranquilo, mientras dejo el cuerpo paralizado del asesino tuyo, oh hermana mía, frente a mi, amordazado y atado de manos y piernas. Procedo a despertarlo con la botella de agua con la que cargaba en mi mochila. El tipo, apenas recuperada la conciencia, forcejea tratando de liberarse. Su cara denota miedo y sus ojos parecen hablarme, saben que todo esto termina aquí, ahora, y que la muerte hoy estará disfrazada de un joven de 23 años.

.-Veo que al parecer recobraste el conocimiento - exclamo, mientras él me mira con una expresión terrible de miedo -Fue difícil encontrar el momento exacto en el cual poder atraparte y tener este pequeño... Encuentro. Llevo siguiendote muchísimo tiempo, te observé, aprendí tus costumbres, sé mucho sobre ti... Cuando te encontré fuera de ese antro hace un rato, inconsciente debido al alcohol y las drogas, fue la chance perfecta para actuar, sólo se necesitó cloroformo, un pañuelo y arrastrarte una cuadra hacia mi auto. Una vez dicho esto, procedí a quitar la mordaza de su boca

.-¡¡AYUDA, ALGUIEN QUE ME AYUDE, ESTE TIPO ES UN LOCO Y ME MATARÁ!! - exclamó él, a lo que respondí con una risa penetrante que lo dejó aún más pálido de lo que ya estaba. Procedí a gritar con toda la potencia que tenía en mis pulmones.

.-¿AYUDA ES LO QUE QUIERES? ¡ADELANTE, GRITA, YO GRITARÉ JUNTO A TI SI ES QUE QUIERES! ¡¡¡OOOOH, QUE ALGUIEN ME AYUDE!!!... ¿Lo entendiste, verdad? Nadie puede oirte, esta noche seremos sólo los tres. Tú serás el acusado, yo seré tu verdugo y el único juez será... Luna. Aquella a quien te atreviste de mirar a la cara y acabar con su vida de la manera más asquerosa posible. Hoy ella está aquí arriba, será la única testigo de nuestro asunto, y será ella quién observe tu ejecución.

Saco mi pistola, tratando de concentrarme e ignorar los llantos y plegarias del tipo, mientras pienso y susurro...

.-No estoy sólo... Te tengo a ti, Luna querida, siempre estuviste para mi en todo momento, inclusive hasta después que te fuiste. Ahora me estás mirando desde allá arriba, con tu enorme brillo iluminarás mi camino y sabrás redimirme ante el divino señor, esto lo hago con la mejor de las intenciones...

Azoto contra la muralla la cabeza del tipo, aquél demonio que osó alejarte de mi, oh hermana mía, separando nuestros caminos para siempre, y la dejo firmemente apoyada en el muro. Pongo el cañón de mi arma dentro de su boca y cierro los ojos, mientras el bastardo a punta de gemidos y lamentos trata de encontrar el perdón que jamás llegará.

.-Todo esto sólo por ti, oh hermana mía... - Exclamo, mientras aprieto el gatillo, y una lágrima corre por mi mejilla.

Me siento en frente del ahora difunto ladrón, y después de un buen rato observando, sólo me queda apuntar hacía mi sien. Mientras más allá de las nubes, en el punto más alto del cielo, la Luna me observa.

.-Todo por ti, oh hermana mía... - Y aprieto el gatillo.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2017 ⏰

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