Luke.P.O.V (2033)
Me senté sobre la cama mirando hacía el techo, no tenía ganas de hacer nada, mi corazón me dolía, mama se había ido hace tres años y no podía ir a visitarla, mi habitación me hacía acordar a ella, los posters de equipos de Béisbol, fotos de nuestro equipo, los bates, guantes; mi antiguo uniforme. Ya lo había dejado, era cosa de mi pasado y lo compartía con ella. Abandone el equipo hace un año porque no podía seguir, la extrañaba que empezaba a odiar el juego porque ella era la que me acompañaba, la que me alentaba; porque a papa le gustaba mas el Fútbol, pero yo lo odiaba. Ellos eran felices como pareja y nosotros como familia, pero todo ocurrió tan rápido que no pude despedirme, la amaba y la sigo amando, Litha ya tiene Tres años, al igual que Ethan y Kithan, se llaman casi igual porque nacieron el mismo día solo que Ethan era dos minutos mas grande que Litha y Kithan solo uno. Nathaniel ese bastardo vive con nosotros desde que era un renacuajo, lo detesto y detesto a su madre, son iguales de idiotas.
—Hey— dijo Carrie sentándose a mi lado— ¿Vas al Instituto?
—No.
—Es el primer día de clases Luke, tienes que ir.
—Debo llevar a Litha al jardín, tiene su acto de bienvenida— la miré, era igual a su madre de bella, también por lo alegre. No piensen cualquier cosa, ella era como mi hermana, aunque sea mayor que yo era mi Hermanita.
—Puede llevarla Tía Federica— negué— Vamos— tomo mi brazo y tiro de el— Vestiré a Litha por ti y tu vístete, iremos al instituto.
Salió y no tuve otra opción que hacerle caso, Fui hacía el baño y lave mi cara, luego cepille mis dientes y peine mi cabello rubio medio gris, se había oscurecido con el tiempo. Mis ojos no eran verdes como había dicho mi padre que tenía cuando era un bebe, sino que celestes pero aveces azules, siempre cambian depende de mi humor o eso creo, era un adolescente de 16 años, viviendo con un padre que siempre trabaja y que jamas lo vemos, crie a Litha como si fuera mi hija, porque en mi corazón si lo es.
Salí del baño y fui hacía mi armario, elegí algo simple: una playera gris y unos jeans negros, al igual que mis zapatillas. Me vestí y salí, Abajó estaban Litha y Carrie, Mi hermana era tan hermosa que me recordaba a nuestra madre: sus ojos grandes y tiernos.—¡Papa!— dijo y me abrazó, había empezado a hablar hace unos meses y siempre me llama papa.
—Cariño ¿Iras al jardín*?— me agache y ella asintió, tenía dos trenzas de boxeadora y vestía su delantal de jardín, mas su mochila de princesas— ¿Te portaras Bien?
*Kinder o como le digan al instituto en donde van los niños antes de la primaria.
—Si
—¿Comerás toda la comida?— pregunté y ella volvió a asentir— ¿Lo prometes?— asintió.
—¿Tu lo aras?— miré a Carrie, que ella estaba igual de sorprendida que yo.
—¿Porque dices eso?
—Porque, no comes nada y la señorita del jardín nos dijo que si no comemos no crecemos.
—Si como, ahora ve con Carrie que te llevara con tía Federica quien te llevara al Jardín con Ethan y Kithan.
Carrie se la llevo y yo me senté en el sofá, vi a Nathan bajar las escaleras.
—Se despertó el bastardo— murmure.
—cállate Luke, porque ahora estamos iguales— no me dio tiempo de defenderme, se escabullo hacía la cocina.
Carrie entro y luego fuimos hacía el garaje por mi motocicleta, la que me había regalado mi tía Zoe por mi cumpleaños numero 16, me subí y me coloque el casco, luego ella se subió atrás mio y también se coloco el casco, el instituto no quedaba muy lejos, así que no tardamos mas de diez minutos. Apagué la motocicleta en la entrada, ella bajo y me dio el casco, luego se despidió con un beso en mi mejilla, había muchas chicas mirándome entonces tire mi cabello para atrás con mi mano mientras miraba serio hacía cualquier lado, pero ese cualquier lado era una chica que jamas en mi vida la había visto, su cabello Rubio y sus ojos grises eran un imán, no podías mirarla y no desearla. Pero borre la imagen en donde yo y ella estábamos juntos de mi mente porque una chica de su clase no se metería con un chico como yo.
YOU ARE READING
Roots: Algunos pueden ser iguales |Pausada|
Teen FictionElla se acerco a mi, era mucho mas baja pero podía mirarme a los ojos, sollozaba en silencio. Por dentro me odiaba. -Eres un imbécil- me empujo, pero no me hizo daño- Un idiota ¡Un Sin vergüenza!- grito. No sabía que hacer, ni que decir ¿Porque no p...