[Capítulo 1]

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Lainey.

Simplemente Lainey.

Un nombre para nada común en el país. Pero ella lo era, claro que lo era. Lainey era un maldito desastre. No solía encajar por el simple hecho de ser ella. Era amante de la música, la típica música empalagosa, empalagosa como ella. Pasaba desapercibida la mayoría de veces gracias a sus blanquecinos auriculares, que no soltaba ni por millones de dólares. Era realmente alta, pálida y no tan delgada como sus compañeras. Sus ojos verdes contrastaban con su cabello castaño claro. No, no era extranjera. Tampoco eran lentes. Esa chica era un caso especial; tenía la típica mezcla de nacionalidades gracias a sus padres. Aunque solía ser dulce, no te convenía molestarla porque te patearía la maldita cara, tenía muchos secretos dentro de su mente.


Solía levantarse a las seis de la mañana, ya que a las siete escuchaba la mágica alarma, la que sonó en ese momento y terminó detestando.


-Agh, no. Maldito octubre.


Murmuró para sus adentros, y escuchó la voz de su padre aprurándola, era la única "familia" que tenía.


Se alistó como pudo. Bueno, solía ir natural ya que ni se arreglaba. Lainey era una vaga, dato.


LAINEY'S POV.


Al marchar en el auto con mi padre, lo despedí corriendo, aunque ya estaba acostumbrada a ser "Lainey la que llega tarde." Y en ese momento escuché la voz de la profesora, musitando lo mismo que todos los santos días.


-Tarde.


-No me digas.


Respondí en voz alta, rodando los ojos. Estaba cansada del colegio, ya que no podía ver a Surin, mi mejor amiga que tenía el mismo apellido que el 30% de la población, Park.

Surin era mayor que yo por un año, y llevaba la carrera que siempre soñé. Pienso entrar al conservatorio de música junto a ella el año próximo, ya que estoy en el último año del colegio, aunque no estoy segura si se me da tan bien como a ella.

Mientras yo me aburría en clase, la idiota me mandaba textos contándome lo bonitos que eran sus compañeros, que yo los amaría. Y claro que lo haría, porque estar aquí es realmente como convivir con chimpancés.

Luego de horas que, por cierto, pasaron como siglos, quedaba la última clase.

Cuando la clase de matemática finalizó, sabía que me podía ir en paz.


Finalmente llegué a mi casa y me dediqué a mirar esas películas románticas.

"Verdaderamente cliché" pensé.

Luego de la llamada que mi amiga hizo en ese momento, caí en la cuenta que lo cliché no era la película. Él lo era más, y sus acciones lo serían igual.







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⏰ Last updated: Dec 29, 2017 ⏰

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cliché [jjk]Where stories live. Discover now