El fin de semana transcurrió sin nada particularmente interesante. No quería volver a la escuela, de veras que ya no podía ver su rostro, ya no podía. Cada que miraba sus ojos...me perdía, tanto en recuerdos, como en sentimientos. Pero ahora todo lo relacionado a ella me causaba dolor, mucho dolor.
-¿Ya estás lista?- Preguntó Chaeng.
No respondí. Continué aplicando maquillaje a la cara de perro apaleado que traía. Ya no me sentía...linda, podía cambiarme 100 veces de atuendo, y no me gustaba nada de lo que veía. Tomé mi bolso y salimos. Había estado planeando algo últimamente, y creo que lo realizaría al finalizar esta semana, todo saldría bien, o al menos eso esperaba.
-¿Quieres que ponga música?- Preguntó dentro del auto.
Me encogí en hombros y seguía con la mirada perdida. Era increíble cómo alguien podía sentirse...muerto en vida. Es una sensación...deprimente, no tengo ganas de hacer nada, ni de decir nada, no quiero siquiera moverme pero debo seguir haciéndolo. Ya no lloré, creo que no me quedan más lágrimas.
Llegamos a la escuela, quería prestarle atención a los detalles, eran mis últimos días de todas formas. El piso tenía figuras, eran rombos, eso creo, nunca lo había notado, después de tantos años aquí. Las paredes traían una pintura que iba descascarándose por la antigüedad, y algunos jalaban los pedazos para distraerse. Había un aroma...a flores que nunca pude apreciar por completo.
-¡¡Hola!!- Dijo enérgicamente Jisoo.
Sonreí débilmente de lado en modo de saludarla. Era bastante linda ahora que me había decidido a observar los pequeños detalles en todo. Su sonrisa era contagiosa, no tanto para mí...por mi hermoso estado de ánimo del día de hoy, pero en general, es bastante contagiosa. Su cabello es divertido, la diferencia del resto. Divisé a BamBam con su novia, en el segundo piso, en la puerta de su clase. ¡Era tan pequeña y risueña! Era encantadora.
-Buenos Días- dDijo el maestro detrás de nosotras.
Nos tocaba con él. No respondí y continué caminando hasta el aula. Nos sentamos, y empezó la clase de inmediato. Estudié las expresiones del maestro, se notaba tan cansado, no creo que esto lo haga feliz. Tal vez quiso...ser artista, pintor, o algo así, fracasó...acabando acá, totalmente miserable. Los asientos eran absolutamente incómodos, todo el ambiente estaba hecho para sentirte...miserable.
LEl pelo semi-liso de ChaeYoung eran impresionantes, me provocaba acariciar su cabello. Esos reflejos oscuros, se veían bastante bien. Tal vez debería intentar un color extravagante. Suspiré largamente. Me dolía el pecho...en realidad me dolía todo. La hora pasó tan lentamente y gloriosamente aburrida como siempre.
Empecé a sentir la taquicardia de siempre, mi cuerpo temblaba, sentía que iba a vomitar. No quería salir, pero tampoco quería quedarme a verla. ChaeYoung dio media vuelta para observarme.
-¿Quieres que...nos quedemos contigo?- Preguntó comprendiendo mi estado.
Asentí lentamente. Jisoo no estaba informada sobre el tema, pero no dijo nada, y se quedó cerca de mí. El salón se despejaba rápidamente, era cómo una...avalancha, eran bastante desesperados. Estaba luchando con mi respiración, para que se mantuviera calmada, era complicado. Escuchaba las voces de Chaeng y Jisoo, trataba de concentrarme en eso, cerré mis ojos fuertemente. Esto era traumante. Escuché sus tacones acercarse, me dieron escalofríos. Luego, escuché su bolso posarse encima de su escritorio.
-Buenos días- Musitó sin energía.
Chaeng estaba furiosa con ella, si pudiera le arrancaría la cabeza, sabía que yo estaba tan deshecha...por ella. Jisoo le respondió y luego el silencio se apoderó del aula. Abrí los ojos lentamente, y la vi. Traía la típica chaqueta de cuero, pero tenía ambos brazos apoyados en el escritorio y el rostro cubierto por sus manos. Su hermoso cabello caía en ondas, tan perfectas, sin dejar ver aunque sea un poco de su bello rostro.
-¿Estará enferma?- Susurró Jisoo.
Chaeng se encogió en hombros, realmente no le importaba. Yo mantuve mi cara de póker. Se veía bastante afligida. Quité mi mirada de ella, y me concentré nuevamente en las conversaciones vanas de estas dos chicas. Mi corazón latía sin respetar el dolor que me causaba. Esos cortos minutos me parecieron una eternidad. Jennie no cambió de posición hasta que empezaron a llegar los demás.
Sus ojos estaban hinchados, tenía unas ojeras enormes, se veía desastrosa para decir verdad, pero no se le quitaba lo hermosa. Era realmente una idiota. No me quería y yo aquí...fantaseando con lo preciosa que se ve. No tenía cara de buenos amigos, su mirada quemaba hasta el cristal. Centré mi mirada en mi pupitre, no quería cruzar su mirada ni por accidente.
-Aamm...tú- Dijo desganada- Toma, copia esto en la pizarra.
Me la pasé jugando con un bolígrafo para distraerme. Empecé a escuchar los murmullos de conversaciones ajenas.
-¡¡Guarden silencio!!- Exclamó irritada.
Todos callaron. Nadie se animó siquiera a susurrar. El chico que pasó a la pizarra...del cual no recordaba su nombre, escribía lo más rápido que podía, podía verlo temblar. Jennie...tenía la mirada absolutamente perdida. Cuando terminó de copiar, dejó el libro y la tiza cerca de ella, y casi corrió a su asiento. Extrañamente...todo ese miedo que provocaba, me parecía insoportablemente sexy.
-Lisa pasa- Dijo con una voz más calmada.
Elevé las cejas sorprendida. Pensé que...volvería a no existir. Me levanté un poco dudosa, Chaeng me miró tan confundida como yo. Mi paso era tembloroso. No me miró hasta que acabé frente a ella. Sentí mis manos sudar.
-Quiero que...encuentres los gerundios, y arregles los signos de puntuación- Dijo elevando la tiza para dármela.
No pude mantener el contacto con su mirada más de unos breves segundos. Rodeé su escritorio para llegar a la pizarra. Mi mente no funcionaba con mucha claridad. Froté mi mano en la ropa, tomé la tiza, y empecé a analizar el ejercicio. El silencio era abrumador. Di media vuelta, y posicionó su asiento hacia mí. La miré un poco molesta. Elevó la mirada inmediatamente. ¿¡Enserio!? ¿¡Estaba viéndome el trasero!?
Sus ojos la delataban, gritaban la culpabilidad que sentía. Volví a la pizarra, muy irritada, y empecé a encerrar los gerundios, y corrigiendo los benditos signos de puntuación. No sé si terminé...pero sólo quería volver a mi asiento. Suspiré rendida, y estaba a punto de darme la vuelta e irme.
-Espera- Dijo tranquilamente-Quédate ahí.
Se paró detrás de mí. Estoy casi segura de que mi corazón dejó de bombear sangre. Me quedé tan quieta como una estatua. Sentí su cuerpo pegándose al mío, las eminentes curvas de su pecho rozaban mi espalda. La excitación se apoderaba de mi cuerpo.
-Creo que...te equivocaste aquí...- Susurró contra mi oído.
Tomó mi mano, y la guio a mi error. Su piel estaba caliente, su agarre era seguro. Hizo que lo corrigiera sin soltarme ni un segundo. No pude evitar cerrar los ojos por unos segundos, me sentía volar...
-Para- Musité aterrizando.
Me deshice de su agarre y me aparté de ella torpemente. Sentí las miradas de todos clavarse en mí, no podía volver a mi asiento, necesitaba tomar un poco de aire. Salí sin preguntar ni decir nada más. Ya no podía lidiar con ella, la quería fuera de mi vida.
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Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•
FanfictionJennie era la nueva maestra de literatura, una mujer absolutamente hermosa, con una sensualidad que emanaba de cada poro de su piel, cruzó su camino con una joven llamada Lisa. A Lisa no le importaba nada, ya había decepcionado y lastimado a tanta...