Capítulo 11

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Se despertó muy cómodo, suspirando al recordar todo lo que había pasado... y sin darse cuenta, una sonrisa se formó en su rostro, no era una triste ni grande, era una sonrisa pequeña, suave... y totalmente sincera, algo que no había hecho en mucho tiempo. Se alisto para el día rápidamente, la sonrisa aún presente. Los niños estaban haciendo un desastre con el desayuno, una práctica muy común, pero ciertamente peligroso y en mucha limpieza, Reborn estaba leyendo el período y tomando su preciado café ignorando el escándalo, hasta que... se hizo el silencio.


- Buenos días, ¿qué hay de desayuno? - preguntó suavemente tomando una de las sillas.


No obstante, nadie dijo nada, y el conflicto de que pertenece a quien y no robes quedó en el olvido, muy sorprendidos por algo que no habían visto en lo que parecían meses... Tsuna solo se rascó la nuca, confundido, pero no comentó nada, no parecían muy dados a darle respuesta y no se quería molestar en hacer preguntas tontas ni ser el próximo blanco de su guerra o de Reborn, le era algo extraño que no estuviera siendo amenazado por dicho maestro... Así que simplemente tomó una tostada del primer plato que vio, el cuál era de Lambo quien se lo había robado a I-pin, lo unto de mermelada y comenzó a comer. Tsuna decidió ignorar el hecho de que en circunstancias normales Lambo hubiera tratado de volarlo en el lugar por tal atrevimiento y luego tendría que reparar el desastre, limpiar lágrimas de cocodrilo y evitar el castigo de Reborn... todo en un solo paquete. En consecuencia, simplemente decidió disfrutar esa rara paz que había, y que seguramente no duraría mucho tiempo antes de volver a la normalidad, es decir, al caos. Luego de 2 minutos del extraño silencio y paz, Reborn decidió, finalmente, ver que había causado todo esto.


-... Ayer fue un buen día para ti, ¿me equivoco? - Esa sonrisa era una mejora, era como pasar de un carrito de juguete a una limusina, lo cual era una gran exageración, pero así parecía...


- La noche en realidad, ¿por qué lo preguntas? - Reborn, por una vez, dejo pasar el hecho de que su alumno tomó de su tasa de café, su café. Tal atrevimiento no quedaría sin castigo... ya vería como torturarlo dentro de unas horas...


- Porque estás sonriendo como un idiota. - Aunque no haya hecho nada, eso no quería decir que no estaba molesto ante tal osadía.


Extrañamente, Tsuna solo se río antes de devolverle el café, en lugar de ofenderse. - Muy buena broma Reborn. - Reborn le dio una mirada que haría a cualquiera desmayarse o hacerse en sus pantalones, pero Tsuna no se vio afectado en lo más mínimo. - Bueno, mejor me voy ya, antes de que se haga tarde. Chao! - para gran frustración de Reborn, el chico esquivó todos los disparos, ya se las desquitaría... y vaya que lo disfrutaría.


Tsuna llegó justo a tiempo, pero, ¿exactamente a tiempo para qué?, se preguntó así mismo en la puerta del salón, oyendo unas explosiones y maldiciones muy familiares... y la risa de fondo que no estaba seguro si era para relajar o inquietar... si era para relajar, estaba haciendo un terrible trabajo, le hacía pensar en un manicomio o en un psicópata... Sin siquiera pensarlo, saltó por una ventana.


- Hmp... herbívoros... - el prefecto estaba cada vez más molesto y sanguinario, nadie, absolutamente nadie podía hacerle daños a la-


- Wow, Gokudera-kun, te pasaste de explosivos... - comentó divertido Tsuna, reteniendo una tonfa en pleno ataque con una sola mano, y obviamente apareciendo de la nada y asustado a dos chicos ton-no, idiotas en su opinión, deberían de saber que Hibari los haría comer tierra si seguían dañando la escuela y dando una mala pelea, de paso.

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