Capítulo 2: Quebrantado.

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[Pov. Do KyungSoo]

Aún recuerdo... recuerdo la primera vez que vi su mano levantarse en contra mía, me quedé congelado, como si de pronto de mis ojos hubiera caído una delgada tela que cubría la visión verdadera. Fue aquella noche en la que me di cuenta que no tendría un pasar tranquilo al lado del hombre que, creía amar. Yo nunca pedí enamorarme de él, yo nunca quise estar con él, no estaba en mis planes de vida, sin embargo, ésta es la vida y lamentablemente, nadie sabe para quién trabaja. Aunque debo admitir que claro, hubo un punto, un momento en aquella cúspide que creí haber estado enamorado de Kris, pero todo era ilusión y mentira, falsedad y angustia. De un momento a otro, no me di cuenta de que su amor se basaba en golpes y en insultos, en posesión y violencia, era extraño, pero prefería vivir así y obligarme a creer que nos amabamos, a terminar muerto al siguiente día de mi joven y miserable vida. 

De todos modos, no era tan miserable tampoco, tenía amigos, buenos amigos que me ayudaban a sobre llevar aquel miedo que a veces se apoderaba de mi cuerpo, tenía a mi hermana, y... a mi padre, o eso supongo. Cada uno de ellos trataba de hacer que mi vida fuese un poco mejor, un poco más alegre, porque sabían claramente que desde la intromisión, que yo mismo permití, de Kris en mi vida, todo se volvió un caos. Y es que, ¿quién hubiese pensado que tras esa linda y coqueta sonrisa, se hallaba un hombre violento y manipulador?, nadie. 

Y nuevamente estaba ahí, recibiendo golpes en el suelo del living de mi casa, mi casa... ¿acaso, lo puedo llamar hogar?
No sabía por qué me golpeaba ahora, no sabía y no quería saberlo o quizá si, estaba en un trance que no me permitía reaccionar y actuar para defenderme de aquellos golpes brutales que amenazaban con romper un par de costillas o hueso cualquiera. Pero no, claro que no, Kris no lo dejaría, él sabía perfectamente el punto, el ángulo, la fuerza y el momento en que debía detenerse para no dejar marcas fuertes que pudiera usar en su contra. Él lo sabía muy bien.  Y ahora me pregunto, ¿por qué me estaba golpeando?, ¿acaso esa pregunta que rondaba en mi cabeza tenía algún sentido?, ¿importaba ya el "por qué" de todo?

-Así que... ¿JongIn?-. Ese nombre, ¿qué tenía que ver aquel chico en todo esto?, a caso...

-¿Ah?... ¡Agh!-. Exclamé, recibiendo un nuevo golpe cerca de mis labios.

-¡No te hagas el imbécil!, te vi... ¿a caso crees que no me enteraría?, cuidado Soo, tengo ojos en todos lados...

-Yo, no... ¿de qué estás hablando?

-Oh, mi amor... no niegues que fuiste a ver a ese bailarín de cuarta.

-No, no lo fui a ver, ¿de qué mierda estás hablando?, yo... hace muchos años que no lo veo. Yo... acompañé a Yeri a ese lugar, simplemente no me di cuenta de...

-¡¿De qué?!, ¿de que él estaba allí?

-No, no, no... ¡Por favor escúchame!-. Dije a modo de súplica, intentando incorporarme y finalmente lograndolo al tomar asiento a un lado del sofá, en el suelo.

-Cuidado Soo, si te veo nuevamente cerca de él... no sé lo que pueda suceder-. Sonrió. Aquella maldita y estúpida sonrisa de superioridad, aquella sonrisa que daban ganas de arrancar de un solo golpe.

¿Cómo escapar de todo eso?, ¿acaso había alguna salida?, no sé si esto era una prueba o el maldito destino estaba en mi contra. Aquella tarde en que había acompañado a mi hermana hacia la famosa academia, jamás pensé volver a ver a JongIn, pensé incluso que quizá ya no estaba en el país, y es que sus habilidades con el baile eran hermosas, más de una vez había logrado escabullirme entre los salones de práctica en la universidad, y para mi suerte, había logrado observar y ser parte de esa maravillosa atmósfera que envolvía el salón cada vez que JongIn se movía al son de la música.

« STAY WITH ME »  ➺ KAISOO || EXO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora