¿Por qué hacer la excepción?

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14 de Abril 1974, Cementerio del pueblo Los Forasteros, Misiones / Argentina.

Cada vez que veía la tumba, las letras desgastadas se perdían con el tiempo. Sin embargo para Simon, era imposible no imaginarse el nombre que se escondía por debajo.

Se puso de cuclillas y dejo un ramo de rosas blancas descansar en su tumba, "Eran las favoritas de Lionel" pensó.

Estiró sus delgados dedos y limpio las gastadas letras de la lapida. Diez años eran suficientes para que se llenara de polvo.
Poco a poco se revelaba lo que escondía el tiempo:

"Lionel Guerrero (1940-1964):
Un buen amigo, hijo, y hermano.
Un fiel cordero que perdió el rebaño."

"¿Por qué te tenías que ir Lio?" Susurraba Simón, con su mirada cristalizada hacia la tumba. Rápido limpio esa pequeña lágrima que amenazaba con salir de sus ojos.

—Hoy se cumplen diez años. Y solo Dios sabe cuál fue su razón. —Escucho a lo lejos. Miro a su alrededor y se trataba de un hombre de edad mayor acompañado de una mujer. Posiblemente su esposa.

"Dios no estubo con Lionel es dia." Penso. Volvió su mirada a la lápida, tratando de ignorar esas constantes punzadas en su pecho.

—Dios lo haya perdonado y recibido en su reino. —concluyo aquella mujer.

"Lionel no eligió esto." susurro en un hilo de voz.

Reprimió su llanto, y con un nudo en la garganta se levanto arreglando su traje negro, y se alejó de la tumba.

Ya en la entrada de la iglesia se detubo a mirar el cielo. Era un día inusualmente soleado, el sol radiante brillaba en lo mas alto, y no se encontraba ninguna nube. Los pájaros cantaban, y a pesar de que estaban en otoño aun se veian pequeños brotes de flores y plantas en el suelo.

La misa anual estaba por comenzar. De a poco comenzaban a llegar los presentes.
Simón saco un cigarro de sus bolsillos y lo prendió. Cada vez que daba una calada un picor en sus adentros lo relajada.

Los presentes se mantenían en silencio. Familiares, amigos y conocidos, aun conservaban ese sentimiento de pérdida a pesar de los años.

Sin embargo a través de los años Simón pudo ver la veracidad de las personas, quienes de verdad sufrieron por la perdida de Lionel y quienes solo querían formar parte del escándalo del momento.

Y era muy triste ver que su propia madre no  asistió al entierro ni mucho menos a las misas anuales.

El padre había dado inicio a la misa. Sin embargo su mente no estaba al tanto de lo que sucedía a su exterior. Sus ojos divagaban, y una expresión seria había en sus labios.

Según las autoridades del pueblo, el día 14 del 4 de 1964, Lionel Guerrero de veinticuatro años había decidido quitarse la vida. Lo encontraron colgado en su habitación, con una nota mal escrita, en donde se despedía de todos, pidiendo disculpas y comprensión. "Este mundo no es para mí" era lo que decía. Y Simón nunca lo comprendió.

No entendía como esa persona que decidió quitarse la vida aquel día de otoño, era la misma con quien compartió algo más que una simple amistad.

Simón pasaba sus días sumergido en la soledad, preguntándose lo que paso en realidad. No iba a creer lo que un par de policías le decían, no quería convencerse de que Lionel había decidido su vida, y la de él, por caminos separados.

Pero quizás, Lionel no podía cargar con una gran culpa como esa; la iglesia, la sociedad, y todo a su alrededor, le hacían creer que estaba mal. Que lo que sentía era un error.

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