Sportacus, aunque fingía un expresión de total calma, e inclusive neutralidad, aunque aparentaba que la noticia no lo abrumaba a niveles extraordinarios, aunque lucía como si le hubiesen dicho que dos más dos da como resultado cuatro, en realidad no se podía sentir de una forma más alejada a la que aparentaba; Pese a que habían pasado unos tres escasos minutos desde que -para su desgracia- conoció la verdad, en su cabeza estos se procesaron de una forma muy distinta, el podría haber jurado que fácilmente pudo haberse pasado hasta media hora revoloteando en sus pensamientos, pensamientos que trataban de analizar minuciosamente cada cosa que pasó en su estancia en la guarida de Robbie ¡Ja! Como si repasando lo sucedido encontraría una forma de borrarlo todo.
—Maldito sea el momento en el que llegué a este endemoniado lugar para arruinarlo todo ¡¿Por qué tuve que estar aquí?!— pensó para sus adentros —¿Por qué tuve que encontrarme a Robbie en ese maldita pla...—interrumpió sus pensamientos bruscamente ¡Eso era! lo tenía, al parecer repasar lo sucedido le sirvió para algo más que martirizarse a él mismo y vaya que le sirvió, pues había estado pasando por alto un pequeño detalle; Obviamente el no llegó a esa guarida por obra y gracia del espíritu santo, claro que no, llegó porque se desmayó, se desmayó debido a cierta interpretación musical de cierto hombre y casualmente aquella interpretación musical no era para nada más ni nada menos que para confesar sus sentimientos; Dentro de toda su emoción Sportacus concibió una no tan descabellada idea y es que ¿De que tendría que avergonzarse si que aparentemente Robbie gustaba de él?
Ya habiendo aclarado su mente decidió esperar a Robbie, quien hace unos cuantos minutos, poco después que Sportacus preguntara que es lo que había pasado, se fue con el propósito de traer un par de choripanes para ambos ya que al parecer su acompañante por fin pudo despertar y de una forma consiente.
—Aquí están los choripanes— Robbie volvió de repente, le tendió uno de los choripanes a Sportacus y se sentó en su sillón anaranjado a comer el suyo— Y bueno ¿Te sientes mejor?
—¿Ah? Ah! Sí, por supuesto— Sportacus consiguió responder a pesar de estar notoriamente distraído por el choripan que ahora tenía reposando en su mano izquierda y hecho de que -claramente- no iba a comerlo.
—Me alegra, que tal si vienes a mi sillón y ves un poco de TV puedo traer soda o alguna cosa poco saludable para acabar lentamente con tu vida como estoy haciendo ya con la mia— okay, lo que dijo Robbie en realidad terminaba con la palabra soda, pero el atlético hombre interpretaba su mensaje con la última frase incluida ¡Por Dios! como le iba a decir que no si teóricamente estaba siendo tan considerado.
—Me encantaría.
Pasados algunos segundos Robbie vuelve y le ofrece una soda a Sportacus; bien sí, todo bien eso era un progreso, pero ¿Valía la pena tragarse toda esa basura para no arruinar el momento?
Absolutamente sí, lo valía, entonces ahí tienes a Sportacus muy "alegre" ingiriendo colesterol en dos formatos distintos
—Y entonces— Sportacus, aunque temía hacer de la situación algo incomodo, se animó a tratar el tema de una vez por todas— ¿Que fue todo eso... ya sabes, de la canción y
—Me alegra que preguntes— Robbie interrumpió, para el placer del contrario, quien probablemente habría entrado en pánico si tenía que seguir explicando a que se refería—¿Sabes? Me hubiese gustado recibir mi respuesta ahí— dijo acompañado de una pequeña risita— Me gustas, Sportacus.
El alivio de haber escuchado esa afirmación saliendo por fin del mismo Robbie llenó completamente a Sportacus, que se quedó tan embobado de la felicidad que hasta olvido responder
—¿Y bien? ¿Sportacus?
Sin nada que decir, en lugar de responder Sportacus emitió un sonido agudo, incluso parecía que iba a desmayarse de nuevo, pero eso no paso, en cambio el nombrado salió volando a la par que gritaba— TAMBIÉN ME GUSTAS —.
Salió volando en sentido figurado, claro está, en realidad dio un indefinido número de saltos mortales y piruetas hasta que prácticamente desapareció de la guarida, sin dejar rastro, más que el pedazo de choripan que aun restaba, el cual ahora se encontraba en el suelo junto al vaso vacío, ambas cosas habían acabado ahí en algún punto de la fugaz "salida triunfal" de Sportacus.
—Y me dejo el chori tirado...— Dijo para sí mismo, desconcertado por lo ocurrido, pero no por eso menos feliz— Al menos me respondió— sonrió, pesando también en lo último que dijo Sportacus.
Robbie apagó el televisor y fue directamente a dormir, necesitaba descansar después de todo eso, tenía ahora un asunto pendiente y en la misma mañana siguiente lo arreglaría.
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He vuelto >:D
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They don't know about us [Robtacus]
HumorDonde Robbie Rotten está MUY lejos de odiar Sportacus.