Observas tus guantes blancos, los mismos están manchados de un carmín intenso mezclado con varios olores, pero tu conoces cada uno a la perfección. Casi instantáneamente notas a la persona que está desplomada frente a ti.
Oh, una sensación de alivio te recorre, por fin pudiste desquitarte con él: todo el daño que te hizo cuando eran niños, toda esa atención que recibió en tu lugar y no supo aprovechar, todo eso... Por fin se lo pudiste cobrar. Ya no se llevará el crédito por lo que haces, dejará de vagear, ya no será una sombra en tí, ahora solo es... un simple cadáver.
Miras al suelo, encuentras un oso de peluche y un sombrero junto a un balón de basketball. Ese trío de idiotas ya no molestará más, el mayor dejará de traer a sus amantes y no llenarán más de sonidos vulgares la mansión; el pelimorado hará más silencio y dejará de molestarse y gritar por todo, dejará de coleccionar a las novias y no molestará más. El menor por fin quedó silenciado de toda su parloteria de ser el mejor y el número uno cuando era más que claro que él lo era; ya dejará de hacer alboroto y junto al mayor no intentarán quemar más su cocina.
Sonríes y miras a la derecha, encontrando una daga de plata que fue lo que salvó tu alma y cumplió tus deseos. Ya no deberás preocuparse más por reparar la mansión, no tendrás más problemas de estruendosos ruidos mientras intentas concentrarte.
Ya no tendrás que dar mas la cara frente a tu padre por los errores que ellos cometen, ya eres libre.
Caminas y te acercas a la silla donde ahora ella descansa. Tomas su mano que reposa en su regaso y te arrodillas frente a ella sonriéndole, pero al ver sus ojos perdidos en la inmensidad y el hilo de sangre que corre por la comisura de sus pálidos labios notas lo que haz logrado en tu ataque de lo locura. Observando su pecho manchado de carmín tus últimos recuerdos con ella te bombardean como un balde de agua fría. ¿Lo recuerdas? había intentado detenerte entre llantos al verte acabar uno por uno con ellos, pero cegado por su molesta actitud con una sonrisa y un beso dejaste reposar tu ira en su corazón, acabando con ella y llevándola a un descanso eterno.
Lágrimas comienzan a caer por tus mejillas como si de perlas se trataran ¿Por qué no estás feliz? Por fin sucedió eso que siempre quisiste ¿Por qué no es tu final perfecto...?
Oh, espera, creo que lo sé: porque en el fondo los querías.
Por más que te quejaras de Ayato no te molestaba cocinarle Takoyaki, no te importaba que Laito haga alboroto con la gente que traía, no te molestaba tanto que Shū vagueara porque sabías que podías llamar su atención despertandolo; tampoco te importaba el cambio de humor de Kanato, porque sabes el origen del mismo. Te quejabas de Subaru, pero sabías que él no tenía otra forma de canalizar su ira más que con golpes, y te preocupabas por eso; Y Yui... Siempre decías que te molestaba su actitud, pero te encantaba que sea tierna contigo y te sonría, que esté allí para ti.
Admitelo, los quisistes, los quieres.
Pero... ¿Sabes? Ya no hay vuelta atrás: aunque sigas poniendo la mesa para los 7 no hará que se sienten, que revises constantemente sus cuartos no hará que los encuentres entretenidos o durmiendo, que los llames a gritos no hará que obtengas una respuesta, deja de buscarlos porque no los encontrarás para regañarlos, tampoco los encontrarás después de la cena jugando a los dardos... hazte cargo de tus actos, o simplemente cae en la locura.
❝Al final, no existe nadie que realmente odie por completo a sus hermanos y al amor de su vida.❞
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Happened 『Reiji Sakamaki』
FanfictionーDime sabelotodo, ahora que tus palabras se volvieron acciones, tus sentimientos navajas y ellos sangre ¿Qué se siente obtener lo que siempre quisiste? Publicado: 29/12/2017 ✒No acepto copias y/o adaptaciones.