"Si lograste engañarme,
No quiere decir que sea tonto,
Quiere decir que confiaba en ti más de lo que merecías"—Anónimo
—P-Pero señor... —El general de navegación no podía creer lo que escuchó de su amado país, era tan raro, por no decir una locura, ¿acaso el miedo había ocasionado una pérdida de juicio en alguien tan sobreprotector como Noruega? Simplemente no era razonable—. ¿Usted ha perdido sus cabales?
—No me hagas repetírtelo. —Lukas lo miró lleno de furia, ¡no estaba siendo insensato! Sólo pensaba en sobrevivir, Islandia sólo era un viejo recuerdo borroso por el cual no se sacrificaría, nunca más—. Te doy la orden total de retirar todas las flotas, sin gente, sin provisiones, sin cosas de Islandia... Nos vamos y es mi última palabra, más vale no cuestionarme más o te dejaré varado en este infierno inválido también.
No hubo falta de decir palabra alguna, pues éstas eran innecesarias, ya que el general le dió la orden al capitán con la voz entrecortada por la tristeza por sus hermanos y hermanas. Después de todo, y como siempre se enseñó, Islandia y Noruega eran hermanos, aquellos que crecían, jugaban, comían, respiraban... juntos. Pero, ahora, con vergüenza se podría decir y pensar... que Noruega fue el primero en romper aquel lazo que los unía a todos, como persona, como un ser humano, como nación en sí.
—Lejos, capitán —reiteró el noruego.
Lukas no volteó, no sintió remordimiento alguno por sus decisiones, sólo avanzó por el barco principal y se dedicó a observar el mar mientras su gente, es decir, los tripulantes, militares, doctores, enfermeros... Todos se deshacían en lágrimas silenciosas que caían en el inmenso mar y contemplaban con dolor la costa islandesa. Era un funeral, el final, el lecho de muerte para algo que no volvería a ser igual nunca más, al igual que esa fría nación que siquiera se dignaba a sentir una pizca de emoción sobre ello.
—Esto no se hará público —añadió con aquella voz neutra que él portaba—. No sería beneficioso para nuestra imagen, ¿entendido?
Sin que el mundo se enterara, aquella tarde miles de islandeses fueron abandonados en la costa pudriéndose como si no fueran nada. Muchos lloraban, algunos gritaban, otros insultaban una y otra vez a todo lo que tenía consciencia en aquel sitio. Aquello era un desastre total o, mejor dicho, una masacre en masa que se pudo evitar si tan sólo las flotas no se hubieran retirado.
Lágrimas de sangre invadieron Islandia misma mientras sólo esperaban que la muerte se tragara todo sin piedad alguna...¿Valió la pena?
Para Noruega, sí. No estaba en sus intereses estar cerca de tanta inmundicia sin salvación, no importaba qué, su deber sólo consistía en sobrevivir a costa de quién sea sin importar las consecuencias de la propia muerte.
¿Y eso lo hacía egoísta?
No, era una nación. El egoísmo era algo común, el pan de cada día realmente, ya sea entre naciones como entre humanos. Sólo quedaba valerse por sí mismo sin importar las consecuencias de las acciones que tomaría a partir de ahora, ya no importaba cargar con el ansiado y asqueado título de:
"TRAIDOR"
Asumiría sus acciones como siempre lo había hecho, no le dolía para nada. Mejor dicho, ¿por qué debería? Sólo era uno más de la lista, pronto seguirían muchos más allegados. Haría lo que fuera por mantenerse mucho más tiempo, la muerte era un tabú para él y si tenía que vender su alma al diablo, lo haría. Después de todo ese un mundo podrido, así que...
¿Qué importaba mancharse las manos un poco más?
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Pupa [EN EDICIÓN]
FanfictionPor el egoísmo de una sola persona, la vida de muchos es condenada. La humanidad llegó a su fin. ¿Qué podemos hacer? ¿A quién salvar? ¿Quién es el culpable? ¿En quién confiar? ESTA HISTORIA ES BASADA EN UNA HISTORIA PERSONA, ES DECIR, MÍA, QUE...