He llegado a la conclusión de que la mayoría de nosotros estamos muertos. Que es difícil seguir con vida después de tu primera decepción, de tu primer amor fallido , de tu primera noche en vela con sentimientos desplomados. He llegado a la conclusión de que, despues de tanta marea y poca calma, es dificilísimo poder volver a sonreir con la misma inocencia, que es muy complicado confiar ciegamente en alguien. Que te cuesta la vida abrirte a otras personas y que cuando lo haces te das cuenta del error que has cometido. Que, quizás esa muralla estaba mejor construida que derrumbada. La mayoría de nosotros estamos muertos, porque por mucho que riamos y estemos contentos en gran parte de nuestras vidas, la flor esta marchita. ¿Qué flor?
Vale.
Te voy a demostrar si estás muerto o no.
¿Estás preparada?
Bien. EL primer paso es mirar a tu infancia. Mira los buenos recuerdos que tengas y canalízalos. Sumérgete dentro de ellos, en la profundidad de el día, los sentimientos, la edad, las circunstancias, todo. Recréalo. Tantas veces como sea posible. Ahora, de ese momento extrae el principal sentimiento (que probablemente sea la felicidad). Bien, ahora, empieza a recordar los grandes momentos de tu vida, los buenos y los malos. Y sitúate de nuevo en el presente. Ahora respóndeme a la siguiente pregunta:
¿Has sentido esa misma sensación, de pura inocencia, despues de tantos tropiezos, fracasos y desilusiones?
Si la respuesta es no; bienvenida al club de los muertos. Al fondo tienes la barra, puedes servirte lo que quieras menos alcohol, que aún no son horas.
Si la respuesta es sí: Te deseo una larga y maravillosa vida en la mansion "Villa Suerte" o como quieras llamarla. (Para los nombres nunca he sido buena). Disfruta de esa piscina cubierta rodeada de gente con suerte que, o ha nacido en una cunita de oro, o, la suerte ha sido su mas fiel aliada.
Te deseo suerte haya sido cualquiera de los dos tu resultado. Sólo, recuerda esto:
NO LE DESEES LA MUERTE A NADIE, DESEALE LA VIDA, QUE ES MAS JODIA Y MAS LARGA.