¿Alguna vez has sentido el deseo de desaparecer de este mundo? ¿Dejar todo y salir corriendo? ¿Sentir la culpa de las tragedias de los demás? ¿Te has sentido como una basura? ¿Cómo si no merecieras vivir? Yo sé que sí, no te engañes más.
¿Qué quién...
Nuevamente perdón xddd les dejo un dibujo de Shi (?
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Luke Pov
Romeo siguió hablando de las malditas cartas. Cartas que dudo haya escrito, estás cartas tenían algo muy especial, algo que me decía que pertenecían a alguien de este pueblo. Sin embargo, parecía como si ______ no se hubiera dado cuenta de que estaba mintiendo.
Es como si le hubiera hecho un hechizo o algo. Desde ese instante se volvieron amigos y poco a poco esa relación fue escalando a algo que me provocaba náuseas. No eran novios pero era claro que se gustaban.
Solo en una semana ¡Una maldita semana! Y ya tenía a mi hermana en sus brazos. Era obvio que algo estaba pasando, ______ no era tan fácil... ¿o sí?
- Me dan asco - habló Kyle. Romeo y ______ estaban sentados a unas pocas mesas delante de nosotros. Mi hermana le estaba dando de comer. Inmediatamente dejé mi plato, perdí el apetito.
- Me dan ganas de vomitar - dije muy molesto. Me paré golpeando la mesa, me acerqué con paso firme y al estar cerca agarré el brazo de ______ para llevármela fuera.
- me puedes decir... - hablé ya estando fuera de la cafetería. Tomé todo el aire que mis pulmones me permitieron y grité - ¡¿Qué demonios está sucediendo?! - fue allí cuando me dí cuenta de algo muy importante, sus ojos no tenían brillo, eran... oscuros, y por alguna extraña razón tenían un ligero tono carmín.
- solo somos amigos - rió por lo último. Era obvio que no lo eran.
- Claro. Escucha, mamá quiere que hoy le ayudemos con la cena - ocupé la típica excusa, mamá pediría pizza hoy, seguramente. Me asombré por su respuesta, me sacó el aire por completo, me dejó inmóvil.
- No quiero, dile a mamá que lo haga sola - se fue dejando en el pasillo. Vi como se iba nuevamente a la cafetería. Siempre que mamá necesitaba ayuda cancelaba todos sus planes...
- Wow ¿Que fue eso? - se escuchó decir. Miré por encima de mi hombro encontrándome a Stan y los chicos.
- Ella... Solo... - suspiré resignado - no lo sé... -
- Luke, viejo, yo creo que algo malo está pasando ¿Que tal si la seguimos después de las clases? - dijo Kenny, todos los vimos raro por la pregunta - Para saber que pasa, no soy tan pervertido... - habló, causando que Cartman casi se ahogara ya que comenzó a reír a carcajadas.
- Kenny tiene razón, tengo que saber que está pasando. La seguiremos después de clases...- dije con un tono firme.
Durante la clase estábamos decidiendo como seguirla, obviamente ocupando papeles, ya que oportunamente a Garrison le encantó la idea de dar clases justo cuando necesitaba hablar con los chicos. Y así transcurrió todo el día, hasta que finalmente las clases terminaron, esperamos que Romeo y _____ salieran del salón para comenzar el plan.
Ya estábamos fuera de la escuela cuando _____ se separó de él, con sigilo la seguíamos, se dirigía a la parte trasera de la escuela. Esperamos subidos en los árboles para que no nos vieran, fue tan idiota esa idea, principalmente porqué yo no puedo trepar árboles.
Ella solo estaba parada allí, parecía esperar algo. Unos minutos después llegaron Wendy y sus amigas. Tragué saliva, mi respiración era agitada, estaba demasiado lejos para escuchar su conversación pero algo dentro de mi sabía lo que estaban diciendo.
Solo bastaron unos segundos para que las chicas tomaran sus brazos y comenzaran a golpearle. Inmediatamente nos bajamos del árbol y corrimos hacia ellas, sin embargo, antes de llegar una explosión roja me cegó y cuando abrí mis ojos ______ no estaba.
No la veía por ninguna parte, comencé a desesperarme, la ira me cegó al instante, tomé a Bebé del cuello de su suéter y la arrinconé contra el muro. Ella me miraba muy asustada, seguramente mi cara daba miedo pero no me importaba.
- ¡¿Dónde está mi hermana?! ¡¿Qué diablos le hicieron?! - grité furioso.
- ¡Luke, detente! - Kyle puso su mano en mi hombro, su otra mano la puso sobre mi mano que sostenía a Bebé, la solté y miré a Kyle - Mírale los ojos... - susurró.
Miré sus ojos, eran azules, claramente. Pero caí en cuenta de algo, hace unos segundos eran rojos... Del mismo tono de los de _______. Sostuve el rostro de la rubia para verla más de cerca. No comprendía lo que estaba pasando.
- oigan ¿no creen que sea el demonio de la otra vez? - dijo Stan, las chicas no comprendían lo que sucedía.
- el demonio... - susurré, hace meses había leído un libro sobre los demonios, decía que algunos hechizaban a sus víctimas causando que estas se enamoraran y así poder comer su alma... Algo peor que los súcubos, ese demonio se la llevaría para reclamar el supuesto premio que obtenían al matarnos.
- ¡¿Alguien me quiere decir que está sucediendo?! - gritó Wendy. Solté a Bárbara, le di unas palmadas en la cabeza. Salí corriendo al instante.
- ¡Luego se los explicamos, lamento lo anterior! - grité, los chicos me siguieron.
- ¿ Y ahora que haremos? - preguntó Kenny.
- Esta vez no cometeré los mismos errores, le diré a mis padres la verdad- respondí.
- ¡El macho! - gritó Cartman, el cuál se encontraba muy lejos de nosotros ya que corría muy lento.
Logramos llegar a mi casa, mi respiración era muy agitada, comencé a temblar. Me golpeé levemente el rostro, con decisión abrí la puerta, mi madre nos recibió a los cinco con alegría, sin embargo, al ver nuestros rostros su sonrisa se borró. Nos sentamos en el sillón. Mi madre llamó a papá, ambos se sentaron frente a nosotros. No nos quedó de otra... Tuvimos que decirle la verdad.
Le contamos todo, desde la llegada de Romeo, el extraño comportamiento de ______, hasta el anterior secuestro. Con cada palabra sentía un hoyo crecer en mi estómago, era una mezcla de ansiedad y terror por la reacción que podrían tener mis padres.
Terminamos de explicar, mi madre, comenzó a llorar a mares, mientras que mi padre se paró para llamar a la policía. Los chicos y yo estábamos intentando encontrar alguna solución a este gran problema. Sin embargo, una voz hizo que nos congeláramos al instante.
- ¿Por qué hacen tanto ruido? - dijo Shi, estaba bajando las escaleras, usualmente el pequeño tomaba una siesta a esta hora, al ver su rostro mi corazón se rompió en mil pedazos. No fui capaz de proteger a ninguno de los dos, en ninguna ocasión. Me sentí como un completo inútil.
- Shi... - logré decir entre lágrimas, corrí a abrazarlo, lo sostuve con mucha fuerza; el pobre, adormilado, correspondió a mi abrazo.
- ¿Que sucede? - preguntó, nadie se dignó a responder - ¿Dónde está _____? -
No podía seguir mintiéndole, con mucho dolor en el pecho respondí casi susurrando - No lo sé...-
El pobre no lograba entender nada, solo le tomó unos segundos. Sus mejillas se empaparon, en sus ojos se notaba la aflicción. Me volvió a abrazar, sollozaba en mi pecho.
