-toc-toc ¿se puede? -camina hacia mi camilla, con un oso de peluche entre sus manos
-no deberías de haber venido Javier, deja de tomarte molestias
-claro que no es molestia Samantha, yo quise venir porque ya te has hecho importante para mi ¡eh!
¿cómo te sientes?-un poco mal si te soy sincera pero mejor que ese día -en su mirada hay preocupación
-mira lo que traje conmigo para que te haga sentir mejor -me muestra el oso de peluche de color crema con un listón rosado entre su cuello
-es tan tierno -le digo mientras lo tomo entre mis manos con una sonrisa enorme en el rostro
-yo de pequeño le ponía nombre a mis osos de peluche ¿sabes? los trataba como si me entendieran o algo parecido y cada que me sentía mal conversaba con ellos, bueno con uno en especial, aunque no me respondía cada que le preguntaba algo, después de hablar me sentía mejor, sé que era tonto pero lo primero que se me ocurrió fue comprarte uno para que te sintieras mejor
-vaya historia, no eras nada tonto ¿cómo se llamaba tu oso?
-tuve dos, el primero fue Juanito, pero lo perdí en un viaje así que me compraron otro similar al que llamé Josecito -ríe por recordarlo
-bueno en vista a eso y para que no te sientas mal, puedo ponerle nombre a mi nuevo oso de peluche -ríe aún más cuando me escucha pronunciar esas palabras
-¿a si? ¿y cómo le vas a llamar? -pregunta divertido
-¿qué te parece si lo llamamos Juanita? en vista a que este oso es mujer, podríamos recordar a tu oso Juanito extraviado
-me parece muy lindo nombre y muy lindo de tu parte también que lo quieras hacer
-bueno en realidad no es que quiera, solo quiero que no te sientas mal por hacer ese tipo de locuras -respondo sacástica y él solo ríe pero de un momento a otro su semblante pasa de sonriente a serio
-Sam ¿cómo pasó todo? -sé que la duda de como llegué aquí lo está matando
-al llegar a mi casa empecé a sentirme bastante mal, no sabia que hacer; estaba muy asustada por el dolor tan intenso en mi pecho que decidí llamar a emergencias, por suerte me dio tiempo de hacerlo y la atención llegó bastante rápido
-¿tanto así te afectó que estás en una camilla? -toma mi mano y la acaricia
-es algo que nunca hubiera imaginado Javier, de Roberto esperaba una traición o lo que fuera porque no puedo negarte que lo presentía, ya lo daba por perdido en verdad pero de Thara ¡mi amiga Javier! O así la consideraba, creo que eso es lo que más me duele.
No me explico como fue que pasó todo esto, no se como pudieron jugar así con mis sentimientos todo eso causó en mí una impresión muy grande-entiendo que estés triste, molesta o sentida lo que sea pero no quiero que por ese par tu salud empeore, sé que es imposible que lo olvides pero trata de no pensar en eso ¿ves lo que te pasó? ¿vas a dejar que ellos destruyan tu salud de esa forma?
-¿a quién le importa mi salud Javier? ¡a nadie! ¡todos se burlan de mí! ¡me traicionan! Para todos soy un juguete con el que se divierten un tiempo y luego al aburrirse solo lo echan a la basura y se acabó -lágrimas comienzan a caer por mi rostro.
-no es cierto, porque a mí si me importa tu salud. No te equivoques Samantha, que ellos hayan jugado contigo no significa que a nadie le importes la vida es así, un día estás en la cima de la felicidad y al siguiente estás por los suelos pero eso no es una excusa para que te aferres a la idea de no ser importante ¿y tu familia? debes pensar dos veces lo que dices antes de generalizar, puede que hayan idiotas que no te valoren pero mira a tu alrededor hay más personas, no pienses en el amor y la amistad únicamente, después de todos los problemas y de todas las personas tu familia es la que siempre está ahí.
-no puedes hablarme de eso si no conoces mi vida, no me hables de familia si no conoces mi historia.
Dime algo ¿dónde crees que está mi familia justo ahora? ¿porqué no hay alguien conmigo?-¿avisaste a alguien que estás aquí? Claro que no estarán si no lo has hecho -su posición es firme pero se la haré cambiar en segundos
-aún si lo hiciera créeme, nadie vendría corriendo a buscarme
-pues aquí me tienes a mí, yo estoy contigo porque me importa lo que te pase Samantha, no creo que sea todo lo que quieras pero tampoco creo que para ti no tenga importancia
-acabas de conocerme, no sabes nada de mí aún, no es necesario que estés aquí por lástima a lo mejor si ya me conocieras mejor no estarías hablando de esa forma de mí
-me bastó charlar una sola vez contigo para darme cuenta del potencial, la carisma y el buen corazón que llevas en ti, si no quisiera estar aquí simplemente no estaría, pero aquí me tienes ¿preocuparse por alguien es sentir lastima? Porque yo no lo veo de esa manera, tienes razón con decir que no te conozco pero por lo que he visto sé que tú eres genial
No puedo contestar a sus palabras un nudo en mi garganta me lo impide, hace que mi corazón se quebrante de inmediato con cada una de las palabras que dice.
-Tranquila Samantha, puedes desahogarte conmigo sin ningún problema pero no guardes esos sentimientos porque pueden hacerte daño -me abraza al darse cuenta que estoy a punto de romper en llanto
-gracias por estar aquí, me hace falta un amigo ahora que estoy sola -veo sus ojos con los míos cristalizados
-estoy en completa disposición, mi única amiga también es mi hermana así que creo que me hace falta una -abre sus ojos de una manera graciosa -vamos Sam, no mereces estar triste -limpia mis ojos con sus dedos que espero que estén limpios o el que terminará después en una camilla será el.
-lamento interrumpir pero necesito llevarme a Samantha para hacerle unos análisis y así saber que todo está en orden hasta ahora -veo a Javier
-aún debes contarme la historia del número telefónico eh -sonrio
-claro, voy a estarte esperando afuera y cuando vuelvas la sabrás
-ni lo pienses, debe ser otro día ahora ve a casa -digo seria
-nada de eso señorita, aún tenemos una conversación pendiente tú lo has dicho
-bien, creo que lo discutirán luego por ahora te irás conmigo -dice el doctor
-deberías ir a casa -digo mientras el doctor avanza con mi camilla
-voy a esperarte así que no tardes demasiado -responde mientras me alejo
Se siente bien tenerlo aquí, se siente bien que se preocupe por mí, no se cual sea su intención pero por ahora eso es lo de menos me hace sentir animada con las cosas que dice, gracias al cielo está aquí haciéndome compañía, sentirme abandonada ahora es lo que menos quisiera.
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Nunca Fui Tan Feliz
RomanceSi la vida se pudiese cambiar, sé que de la mía no cambiaría nada. Cada momento y cada día nos da la certeza que estamos en este mundo para contar nuestra historia, porque en el habitan millones de historias distintas y esta es la mía, llena de mome...