Capítulo Único

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Hace mucho que no escribía para este par, y me hace feliz volverlo hacer. 

Nunca esperé que mis dos historias anteriores (sobre ambos) fueran tan vistas y gustadas, es una sorpresa para mi porque usualmente no soy tan leída. Pero bueno, esta historia la escribí sin haberlo planeado mucho... En honor al cumpleaños de Tsukushi que es hoy 28 de diciembre. Es cortita, simple, pero espero les guste!! 

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Tsukamoto Tsukushi nació un veintiocho de diciembre, faltando bastante poco para terminar el año. Fue un bebé muy pequeñito y delgado, pero lo bastante sano y energético. Durante su infancia se caracterizó por ser un niño tranquilo y alegre, siempre causando ternura en los adultos y otros niños también. Su madre, quien lo crió prácticamente sola, sabía más que nadie que su pequeño, con aquel gran corazón que desarrolló al crecer, lograría grandes cosas... Sobre todo aquellas que lo harían inmensamente feliz.

Actualmente, a sus quince años, Tsukushi no perdió su baja altura y contextura delgada, llevando una apariencia poco atlética...Pero en realidad, él era parte del club de futbol de su preparatoria, como uno de los miembros más especiales: El corazón del equipo, quien lo animaba en todo momento con sus gritos alentadores.

Y había más, ya que Tsukushi era pureza e inocencia. Muchos confundían aquello con torpeza e ingenuidad (cosas que también poseía, por cierto) pero Tsukushi era, por sobre todas las cosas, un ser realmente bondadoso y humilde... Tal cual como su preciada madre le enseñó.

La relación de Tsukushi con su madre era bonita, llena de respeto y un infinito cariño. Teniéndose el uno al otro desde siempre (al menos para Tsukushi) y siendo básicamente su única familia, les enseñó a cuidarse y atesorarse mutuamente, en todo momento y lugar.

Tsukushi podía ser muchas cosas... Un modesto estudiante de quince años de preparatoria, parte del equipo de Seiseki como el miembro más peculiar, el vecino amable que no dudaba antes de ayudar a otros, el hijo de la maestra que contaba divertidas historias, el amigo que siempre estará para lo que sea y esto variaría dependiendo de la persona que lo observe. Pero en el caso de Kazama Jin, Tsukushi era muchísimo más que eso...

Tsukamoto Tsukushi, aquel pequeño con una fuerza de voluntad inmensa que no hacía justicia a su cuerpecito, era su sol... La luz suave y agradable que lo iluminó cuando más lo necesitaba. Porque Kazama vagaba en la oscuridad, cegado sólo en sí mismo, y no cabía duda que al conocer a Tsukushi su vida cambió para mejor. Incluso, le enseñó que era el amor.

Cuando Kazama se dio cuenta que Tsukushi le gustaba, y mucho más que un compañero de equipo y amigo, fue durante el descanso de una clase... Tsukushi había estado entrenando tan duro, siempre constante, que cayó rendido sobre su mesa apenas la clase terminó. Kazama se le acercó, curioso, y su diminuta intención de burlarse (nada serio, realmente) desapareció cuando observó de cerca su rostro dormido... La paz que sintió fue inexplicable, por un momento se olvidó de su entorno y sólo tuvo ojos para quien descansaba tranquilamente. Entonces, Kazama se ubicó frente a Tsukushi y se puso cómodo detallando así la expresión ajena, grabando en su memoria cada detalle y, además, cuidándolo como su guardián.

Y con el vuelco que dio su corazón, tan cálido y agradable, Kazama lo entendió todo.

Kazama sabía que sería difícil, con la inocencia que poseía Tsukushi por sobre todo, y eso no le impidió intentarlo. Le daba señales, algunas pistas sobre sus sentimientos, pero no parecía funcionar. Y actúo, porque cuando se trataba de Tsukushi las acciones valían más que las palabras. Y Tsukushi era tan compasivo que lo aceptó sin juzgarlo, regalándome una de las sonrisas más deslumbrantes que había visto. Ahí, Kazama reafirmó sus propios sentimientos y supo que había tomado la mejor decisión.

Fue así que Kazama, poco a poco, pudo conocer más aspectos de Tsukushi. Como la manera en que sus delgados brazos lo abrazaban y hasta el sonrojo pronunciado de sus mejillas (ya rosadas de por sí) al besarlo. Y Kazama estaba encantado, sintiéndose más dichoso que nadie, al encontrarse junto a una persona tan maravillosa como lo era Tsukushi.

Y tal vez su relación marche muy lento (demasiado para algunos) pero estaba bien... Porque era su propio ritmo, cómodo y provechoso, y Kazama no tenía problemas siempre y cuando pudiera pasar tiempo junto a Tsukushi y recibir su cariño incondicional.

¿Quién era Tsukamoto Tsukushi? Para Kazama, el muchachito particular que se esforzaba más que nadie, dulce e inocente, quien se había apoderado de su corazón entero.

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Notas finales: ¡Gracias por leer! y me disculpo por si hubo algún error.

Si te gustó, ¡Házmelo saber! 

¡Nos leemos en una próxima oportunidad! 

Tsukamoto TsukushiWhere stories live. Discover now