Es una...corona

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Eran apenas las ocho de la mañana, y ya todo Arendell se encontraba en movimiento, se podían oír las voces de los niños jugando fuera del castillo, la gente yendo a trabajar y los sirvientes del palacio caminando por los pasillos del castillo, cumpliendo con sus tareas. 

Dos figuras cansadas,  se encontraban en la biblioteca del castillo, alrededor de ellos se podían ver varios papeles de cualquier tipo,  tirados por la habitación.  Algo que casi no era muy usual. Anna se encontraba a medio dormir,con su cara puesta sobre sus brazos en la mesa, toda la noche se las había pasado llenando y llenando papeleos. A su lado Kristoff, con algunas ojeras , se encontraba ayudandole.

Anna suspiro de cansancio dirigiendose a Kristoff-Me siento muy cansada y aburrida- Alzó la cabeza de la mesa - ¿quieres ir a hacer algo, antes de que Kai traiga más papeles que hacer?- Le pregunto a rubio, que como ella estaba demasiado aburrido.

-Y si vamos a pasear por las costas de Arendell, mientras mas temprano mejor!- Respondió frotandose los ojos,  con una mano,  mientras con la otra se desperezaba completamente.

-Perfecto! es una muy buena idea, pero primero tenemos que intentar salir de aquí sin ser vistos,  posiblemente nos mantengan aquí encerrados hasta que no terminemos de hacer todos estos papeleos- Tenia mucha razón la última vez que había intentado salir,  había sido todo un fracaso.

-¿Yo no entiendo como tu hermana podía hacer todo esto?, lo hacía ver tan fácil, enrealidad esto es un trabajo muy arduó- Preguntó.

Elsa siempre pasaba dedicada a cumplir sus trabajos, días y noches. Parecía que nunca dormía. Ella reinaba muy bien aunque aun seguía teniendo sus problemas con socializar. Pero ahora la princesa estaba acargo y tenia que amar a su pueblo, como lo hacía su hermana, pensó Anna.

-Espero que este bien, o mejor dicho que este viva en algún lugar, pero no más nostalgias, ni tristezas tenemos que salir de aquí- Dijo intentando forzar una sonrisa.

Habían pasado más de una semana desde que no sabía nada de su hermana, y por consiguiente tenia que encargarse de todos los deberes reales que hacía Elsa,  y hacer todo eso era muy agotador. Con la ayuda de Kai, había logrado salir de algunos problemas, si no todo Arendell se encontraría bajo ruinas,  si no fuera por él, el reino no hubiera durado ni un día a su cargo.

Salieron da la habitación lo más cuidadosamente, cerrando la puerta despacio, bajaron las escaleras de puntillas, intentando hacer el mínimo ruido. La mayoría de los sirvientes del castillo se encontraban haciendo sus tareas,  lo cual facilitaba pasar desapercibidos. La puerta de salida estaba justo enfrente de ellos , ya iban a abrirla cuando , del otro lado de la manija comenzó a girar. Ellos retrocedieron. La puerta se abrió.  Era Gerda, una de las sirvientas del castillo.

-¿Princesa Anna?, ¿Joven Kristoff?- Preguntó la mujer algo asombrada por las expresiones que tenían-¿Que estan haciendo?-

-Nunca lograré salir de aquí,  intento ir a un lado, me encuentro con alguien me toca regresar,  que no pueden tener un poco de compasión conmigo,  estoy cargando todo este peso,  y a ustedes solo les importa que siga trabajando!- Replicó como si fuera una niña haciendo una rabieta.

La mujer la miró- ¿De que está hablando? no le estoy prohibiendo salir, ni le estoy diciendo que haga algo, ustedes tienen el total derecho de ser libres-  Respondió. Después de todo había sido una semana muy dura para la princesa,  lo mejor era que tomará un pequeño respiro- Si quiere salir, este tranquila,  no le diré a nadie-

Su cara se iluminó,  como si hubiera visto una gran sorpresa-Habla enserio! gracias, gracias, gracias, enserio- abrazó a la mujer, y después la volvió a soltar, , volviéndose a dirigir a Kristoff- Vamos, que esperas!- Lo tomó del brazo y lo jaló hacia afuera.

Por fin podían salir, cuanto extrañaba caminar por las calles empedradas de Arendell, ver a los niños jugar, oír sus risas.

Los dos caminaron hacia la costa,  primero tuvieron que pasar por la plaza de Arendell, varios niños se acercaban a saludarlos,  después de un rato llegaron a su destino final,  por ser aún de mañana no había casi nadie,  solo algunas personas que se encontraban admirando la vista, al Fjord, que se extendía a los alrededores de la islas.

-Por fin un momento de tranquilidad,  ya necesitaba un descanso- Declaró Anna mientras se refrescaba con la brisa del mar.

-Hace algún tiempo que no vengo, a este lugar, siempre paso ocupado,  es lindo tener un momento de relajación- Kristoff respiró profundamente como si estuviera oliendo el aroma que emanaba la brisa marina.

Un pequeño reflejo de luz , los distrajo,  se podia notar un brillo azul ente la arena.-Eso es...- Anna se agachó para ver si su suposición era cierta, saco un poco de arena,  y cojió el objeto que perteneció a su hermana- La corona de Elsa- Alzó el pequeño objetó,  y lo limpió sacandole la arena que tenía encima,  sus ojos se comenzaron a cristalizar,  poco a poco unas lágrimas caían por sus mejillas.

Se arrodilló en la arena con la corona a un en su mano.  Hundió sus brazos contra su cara y comenzó a llorar, una parte de ella le decía que no tenía que perder la fé, mientras otra la golpeaba en la realidad diciéndole que jamás la volvería a ver.

Ante tal escena Kristoff se sentó junto a ella abrazandole y muy despacio le susurro - Todo va a estar bien- Intentó calmarla- Elsa hubiera querido que seas fuerte ante todo lo que esta pasando-

Baila conmigo (Frozen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora