Asfixia

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*LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA PERTENECEN A NARUTO SHIPPUDEN, LOS HILOS DE LA HISTORIA ESTÁN BASADOS EN UN MITO LATINOAMERICANO, EL RELATO ES MIO.

*Este fic aparece en otras paginas, además de que se puede descargar. Fue un robo, este es el original y fue publicado por primera vez en mi cuenta fe fanfiction. 

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Fue en la esquina de las calles 130 y 77. El colectivo que nos llevaba se averió justo a siete cuadras de donde la encontré. Había sido otro abrumador día de universidad, de parloterío monótono de personas que debaten creyéndose las dueñas de la verdad universal. No me lo puedes negar. Pura mierda que necesitábamos atravesar para tener un titulo, luego un trabajo y permanecer en ese plan por el resto de nuestros días. Quizá con una esposa e hijos, no lo sé, personalmente no me importaba la cuestión de formar una familia. Tu doblaste luego de dos manzanas hablando sobre algún tema que no escuché. Caminé solo sin más luz que la que emitían las farolas.

Hacía frío, recuerdo que la temperatura comenzó a descender. Mientras avanzaba no pensaba en nada en particular más que un buen café amargo y cualquier cosa que haya en la heladera.

Ojeé algunas pintadas en el enorme paredón de la acera frente a mí "Ojalá pase algo que te traiga de repente" se leía en una caligrafía que destacaba por su perfección. Fue allí donde unos gemidos llamaron mi atención. Observé mi entorno con ese gesto aburrido del que siempre te quejabas. El sonido se repitió más fuerte. Cuando doblé en la esquina con la certeza de que alguien estaba llorando con desesperación el ruido comenzó a aplacarse. En la próxima cuadra las farolas estaban apagadas. No me molestó, ya que era una noche increíblemente despejada y todo se veía con claridad. Un jodido silencio condicionaba el barrio se hubiera vuelto mudo.

Pero el llanto que un momento sonó casi agónico, como un grito desgarrador, ahora se había transformado en un leve quejido.

Una única farola que se apagaba a cada instante la iluminaba: en aquel momento no era más que un pequeño bulto blanco abrazado a sus piernas, con la cabeza entre las rodillas y una larga, muy oscura cabellera bañándola. Se movía levemente como soportando una convulsión.

No había nadie más en las puertas de ese bar cerrado donde ella estaba arrinconada. La tenue luz con su odiosa intermitencia, la muchacha desolada y yo. Una mierda.

Respondiendo a mis responsabilidad éticas y morales que se suponen que debía tener, o tal vez no las haya tenido nunca y no se como fue que lo hice, pero me acerqué con tranquilidad.

—Hey— llamé su atención y al no obtener respuesta, sin ser consciente de ello, la tomé del hombro.

La muchacha se detuvo su lamento al instante, la había asustado. Al cabo de unos largos segundos elevó lentamente su rostro cubierto de cabello. Aspiró sus mocos antes de despejar su cara con el revés de la mano.

Fruncí las cejas extrañado por dos motivos: uno, estaba totalmente seguro de no haber visto criatura más sublime en mis veinticinco años. Tenia ojos de un transparente metálico y sus pestañas eran espesas, el cabello negro azulado era increíblemente largo... bien si, estarás preguntándote que mierdas son estas que estoy diciendo, tal vez no acostumbro a detenerme en pestañas y colores de cabellos, pero me fue inevitable dejar de observarla. Lo explico para que lo entiendas. Odio dar explicaciones pero es necesario.

El otro, sentí una especie de angustia amarga, como si yo fuera el culpable de que esa desconocida este sufriendo en apariencia un dolor terrible. Nunca antes había sucedido, ya lo sabes, siempre dices que suelo lastimar a la gente sin que me importe. ¿Por qué involucrarme, entonces, en el dolor de una desconocida?.

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⏰ Last updated: Dec 29, 2017 ⏰

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Una historia de amor y oscuridadWhere stories live. Discover now