La hija de la lava

Sobrenatural

-¡Cállate! ¡Tu aquí no pintas nada!
-¡No me da la gana! ¿Por qué no puedo opinar como todos vosotros?
-Porque eres débil, tú no eres y nunca serás como nosotros.
(Un fuerte calor se levantó de pronto)
-A ver niño, enterate de una cosa: el año pasado hacían conmigo lo que querían (me refiero a que me manipulaban), me hacían creer que era su amiga para luego dejarme de lado, se inventaban excusas baratas, y yo era tan ilusa que los creía. Ya no soy esa niña, esa que no se defendía, esa a la que pegaban y no reaccionaba, esa que no contaba nada por miedo al rechazo, esa a la que le decíais algo malo y se reía, y, sobre todo, esa a la que creéis inferior débil e inútil. Ahora soy una nueva Alba, y no tengo miedo de decir ni de hacer nada, así que, ahora, me dejarás opinar si o si, ¿te ha quedado claro?
-Vale vale, perdón...
(El calor axfisiante cesó) Fué entnces cuando Alba descubrió sus poderes. Sus padres también los descubrieron un día que Alba se enfadó y provocó un calor insoportable en el salón de su casa que ni siquiera el aire acondicionado podía combatir. Por lo que la sacaron de su colegio y la ingresaron en un lugar especial para niños especiales. Alba solo tenía 4 años, así que no entendía porque sus padres querían que se alejara de su lado. Tuvieron que inventarse que sería solo por una semana pero, en realidad, sería para siempre. Y después de una lucha frenética lleno de llantos desgarradores, la niña acepto finalmente. A la mañana siguiente, Alba salió en un barco privado hacia una isla lejana donde se encontraba aquel lugar especial. Ella iba medio dormida, pero logró llegar a decirle a sus padres:  ''Mamá papá os quiero mucho'', y con los ojos llenos de lágrimas, su madre le entregó la niña a un tripulante del barco, y éste zarpó. Y aquella fue la última vez que Alba vio sus padres...