2

280 32 18
                                    


A la salida de la escuela...

Su PDV

Las cosas siguen algo incómodas entre Ayami y yo. No hablamos más que para acordar que a la salida volveríamos juntas a casa. Creo que es hora de hablar...

–Oye, Ayami... ¿podríamos hablar?

–¿Mmm? Claro, ¿qué pasa, Suu?

–Mmm, ¿qué tal si nos sentamos primero? –estábamos pasando por un parque justo en ese momento. Supuse que allí sería un buen lugar, por eso esperé hasta llegar allí. Luego de sentarnos permanecimos en silencio unos segundos hasta que Ayami lo rompió.

–¿Y bien? ¿De qué querías hablar?

–Eh... Yo quería disculparme por haberte gritado hoy temprano y por haber hecho... bueno, eso.

–¿Mmm? ¿Qué cosa? No lo recuerdo, ¿qué fue lo que pasó?

–Ayami por favor, no empieces con tus bromas, ¿sí?

–Lo que trato de decir es que todo está bien, Su-chan –dijo luego de reír–. Haremos como que nada pasó si así lo deseas.

–¿De verdad?

–Claro que sí tonta –respondió despeinándome.

–Menos mal, estaba preocupada.

–No tienes por qué Suu... Hemos tenido discusiones más fuertes que esa.

–Sí, lo sé...

–¿Puedo preguntarte algo?

–¿Qué cosa?

–¿Eso era lo que te tenía tan preocupada y enojada hoy? Se notaba a leguas que estabas realmente molesta por algo. ¿Fue por mi culpa?

–No, claro que no... Es sólo que hoy cuando estaba caminando por los pasillos iba distraída pensando en lo que había hecho y choqué contra una estudiante.

–¿Y eso te tenía tan enojada?

–Es que a pesar de que me disculpé, ella fue muy grosera conmigo. Después me enojé y le dije que se fuera al demonio. Creo que no debí hacer eso por más enojada que estuviera, después de todo, era una Kouhai.

–¿Ahora peleas con las Kouhai también? –preguntó volviendo a reír.

–No te rías.

–Si estás tan preocupada tan sólo discúlpate con ella mañana y ya.

–¿Y que tal si me vuelve a tratar groseramente?

–Entonces patea su trasero –dijo tirando golpes al aire y esta vez fui yo quien se echó a reír.

–Tonta, sabes que no puedo hacer eso.

–Yo solo decía. En fin, no pienses demasiado en eso. Qué tal si mejor vamos a comer algo.

–Claro, por qué no.

–¡Entonces vámonos! –exclamó levantándose del asiento para tomar mi mano y comenzar a caminar.


Del otro lado de la cuidad...

–¿Cómo te fue en la escuela, amor? –preguntó una animada mujer sonriendo a su hija.

–Aburrida como siempre. Y por favor, madre, ¿podrías dejar de llamarme de esa manera?

–¿De qué manera, amor?

–Madre... ¿acaso estás jugando conmigo?

–Siempre tan gruñona, nunca cambias, ¿eh? ¿Cuándo fue que te convertiste en una persona tan quejumbrosa?

¿A quién elegirás? "Cuando el destino interviene" [en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora