Capítulo 9. 'Lazy day.'

51 1 0
                                    

Pequeñas franjas de luz se escapaban de la ventana, justo la que se situaba en frente mío. Procedentes gracias a la persiana algo mal cerrada. Suficiente luminosidad entraba como para alumbrar la habitación en la que me encontraba.

Habitación que no reconocí.

Hasta que hice un intento de recordar lo que sucedió la noche anterior. Lo último que ocurrió –o lo que mi mente recuerda– es a Harry algo alterado después de su primera bebida. Dado que hubo más bebidas y,  más participantes a la hora de la ronda de alcohol.

No supe identificar exactamente la habitación, pero pude intuir que estábamos en casa de Julia. Mucho cansancio, inconsciencia y borrachera por nuestra parte para llegar a casa bien.

Seguramente hoy todos tendríamos resaca.

Bingo, un pinchazo molestaba en la parte inferior de mi cabeza, al intentar sentarme en la cómoda cama en la que me alojaba. Cosa que afirmaba mi suposición evidente.

Me masajeé el cuero cabelludo, por el simple hecho de que quería que aquella molestia me dejara de fastidiar.

Cuando el irritante dolor marchó, me levanté. Aún un poco adolorida de lo que sea que hice anoche.

Quizá alguien me lo pudiera decir. Alguien que no hubiera bebido.

Ese alguien fue, por supuesto, Niall.

Él, despreocupado y calmado, estaba tendido en la cama de la que acababa de salir, segundos atrás. Todos sus miembros esparcidos por cada uno de los lugares donde descansaba el edredón. 

Volví a sentarme en la cama, esta vez, al lado del rubio.

-Niall, vamos, despierta –pequeñas sacudidas acompañaban a mis palabras con el fin de despertarlo. Se veía adorable.

-Mhhh –sus gruñidos apenas audibles dado que la almohada le aplastaba la cara, las palabras sonando roncas. 

-Despierta –alargué la última vocal, no dejé de molestarlo hasta que me estampó la suave almohada contra mi rostro.

Vi cómo sus ojos me miraban con arrepentimiento a medida que yo le estampaba otra a él.

-Por bastardo –le saqué la lengua.

Ante el fuerte impacto de mi parte, él intentó producir algo de pena en mí, yo sólo me puse tiesa e intenté esconder mi sentimiento de culpa hacia su carita de cachorro adorable, recién abandonado.

No pude dejar de negar mi pena hacia él hasta que su cara se adornó con unos hermosos pucheros. Paré mis acciones violentas hacia mi hermano. También porque ya estaba lo suficientemente despierto.

-¿Recuerdas algo de lo que sucedió ayer? –Mi ansiedad se hizo evidente–. Ya sabes, después de que bebiéramos todos.

-Todos, menos yo.

-Bueno, ¿entonces recuerdas algo?

Él hizo una mueca mientras hablaba.

-Por desgracia, sí. Todos empezasteis a beber como locos, os dije que no lo hicierais. Aún así continuasteis, seguramente porque la situación os generaba mucha gracia, también aumentada por el efecto del alcohol. No te voy a contar con detalle, pero algunas parejas estuvieron demasiado calientes haciendo cosas que no quieres saber. Tú querías coger un avión e ir a Nueva York, comprar un unicornio y hacerte la reina del mundo. Ahí fue cuando consideré la opción de buscar un calmante y meterte en la cama conmigo hasta que te quedaras dormida. Claramente, lo hice. Eso es todo.

Muchas emociones se generaron en mí al mismo tiempo.

 Primero asombro; tapándome la boca abierta con incredibilidad, mientras abría los ojos como búhos. Nunca he estado tan inconsciente de todo, en general, estando borracha. No con esta intensidad.

«More than changes» ((Zayn Malik y tú))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora