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-Mendes -se escucho la campana de la puerta, y luego, vi el cuerpo de un hombro robusto. Era mi jefe.

-Que sucede, señor? -Me acomode el uniforme y camine a su encuentro. El hombre llevaba un sobre en la mano. 

-Necesito que te quedes toda la noche, mi otro empleado no podrá venir y supuse que puedo contar con tu ayuda -se encogió de hombros y me extendió el sobre-, es tu paga de hoy, mañana te pagaré lo de la noche -sin dejarme chistar se fue del local a su camioneta. Tendré que trabajar mas horas. No es posible, mañana es domingo y entro a las ocho de la mañana, este hombre espera que trabaje por un día entero?



(...)



Eran las 3 de la mañana cuando un grupo de hombres entro en la tienda. Me paré del asiento y me asome por el mostrador. Eran cinco en total y vestía con ropas oscuras. Se perdieron por los pasillos y volvieron a mi vista con sus brazos llenos de cerveza. Pase el código de barras por la máquina, conté la cantidad de botellas y multiplique el resultado.

 -Puedo ver su identificación -por más que el hombre parezca de cuarenta, debía pedirla. El hombre me miro fijamente a los ojos, pude notar advertencia destellando de ellos. Una sonrisa burlona apareció y miro a sus compañeros. Hizo un movimiento con su cara en mi dirección.

-Mira, musculosito, niño del gimnasio -fruncí el ceño-, dame esas botellas o, no querrás saber lo que te pasara -un hombre detrás me mostró un cuchillo. Sus manos empezaron a agarrar las botellas. Los miraba fijamente mientras buscaba el botón de alarma debajo del mostrador. El hombre iba por la séptima botella, cuando la alarma sonó. El local se cerró y una fuerte alarma ensordecía a todos. Apreté fuerte los ojos y me senté en el suelo. Los hombres gritaban, tratando de oírse a través del sonido. Mire a mi costado y uno de los hombres estaba al extremo del mostrador mirándome. Se acerco a mí y me agarro por el cuello de la camiseta. Me levanto del suelo y empezó a hablar, luego insertó un golpe en mi mandíbula. Tome sus manos y me libre de su agarre.

-No quiero golpearte -el hombre no me escucho y se aproximo agresivamente hacia mí. Lanzó un golpe y moví mi cabeza hacia el lado contrario. Unos brazos me sujetaron por atrás impidiendo que siga defendiéndome, un cuchillo se apoyo en mi cuello. La alarma seguía ensordeciendonos, por qué no llega la policía? 

Recibí otro golpe tras otro. Cuando escuché un grito agudo, mire al final del pasillo y Greta estaba mirándome desesperada, le indique que podía soportarlo, pero siguió gritando mientras que el ruido distorsionaba todo lo que decía. Los hombres posaron su atención en ella, mientras que Greta lloraba con cada grito. La mire y algo se rompió dentro de mí. Zarandee mis brazos hasta que me libre, el cuchillo cayó al suelo, salté el mostrador y corrí a Greta. La abrace y los hombres nos miraban, pude oír como se rompía algo, la policía entro al local y capturó a los hombros. La alarma dejo de sonar y sentí un brazo alrededor de mi cuello. Greta escondió su cara en mi pecho y me abrazo.

-Creí que te matarían -su voz se vio ahogada por mi pecho. Me miro a los ojos-. Pensé que algo malo te ocurriría, nunca más me asustes así -me abrazó una ultima vez.



(...)



-Hijo -mi jefe entró por la puerta de su local. Yo permanecía apoyado en el mostrador junto a Greta-, te pido disculpas, por lo que acabas de pasar. Mañana no vengas a trabajar y toma, te dejo la paga de la noche -otro sobre se asomo a mi vista y negué.

-No trabajé casi nada, no lo merezco -el hombro ladeo la cabeza y lo coloco en mi mano. 

-Digamos que es una recompensa por ser prudente y llamar a la policía -me sonrió y miro a Greta-, ya eres libre Shawn, nos vemos el lunes, hasta otra, señorita -le sonrió a Greta y camino al deposito de la tienda. Mire a la chica a mi lado, me encogí de hombros. Camine detrás de el para ir a buscar mi abrigo.

Volví donde Greta y guarde el sobre, junto al otro, en mi bolsillo. Le hice una seña para que salgamos.

-Como paraste en el local a las tres de la mañana? -le pregunte cuando llevamos caminando alrededor de cinco minutos. Greta se rió y miro hacia al frente.

-Soy adicta al helado, creí que la gasolinera tendría, me confundí. Era noche de chicas, unas amigas vinieron a mi casa, a pasar el rato, no me negué hacía mucho que no nos juntabamos. Pusimos una serie en la computadora, cuando mi amiga recibe un mensaje, era un número desconocido -me explica-. Resulta que alguien capturo el beso de su novio y una chica, mi amiga se puso a llorar y a insultarlo mientras se rompía en pedazos. Ella lo amaba y sabía que nadie lo amaría como ella lo hacía. Eran felices, eso quería creer mi amiga, pero un día descubrió que la mejor amiga de su novio, gustaba de él. No dijo nada, porque sabía que ella no cruzaría la línea  -miro mis ojos-, adivina qué? -lo dijo de forma divertida.

-La chica que estaba besando era su mejor amiga -salté un charco de agua.

-Exacto -pateó una lata en el suelo-, era su mejor amiga, pero eso no es lo peor, este chico dijo que iría a la casa de su abuela, porque se sentía mal -me miro con una sonrisa amarga-, ya sabes el resto -se encogió de hombros, sin ninguna expresión.

-No debes ponerte así -le di un ligero empujón-, es un idiota, de seguro tu amiga es una chica muy buena, ya sabes, él se lo pierde -use un tono afeminado y Greta rió.

-Me agradas, tienes ese don de hacer reír a la gente en el peor momento -miro y engancho su brazo con el mío.

-Tú también me agradas.

Espero que les este gustando.

Yo me sigo riendo con la noticia de que Shawn le pidió compromiso, o lo que sea, a Hailey.

Que se fuma la gente hoy en día?

Acquaro

Real Friends|S.M|TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora