Capítulo 5: ¡Despierta Hope!

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No tengo la menor idea de cuánto llevamos en el suelo sujetándonos la una a la otra de esta manera, mis brazos duelen y los ojos me arden como si mis lágrimas fueran fuego, los gimoteos de mamá parecen desvanecer en ocasiones, pero de pronto se vuelven más fuertes, está rota igual que yo, jamás me había puesto a pensar que esto pasaría algún día, siempre pensé que moriría yo primero, pero el futuro siempre es incierto.

—Mamá yo no sé qué decir— le susurro y siento como intenta separarse de mí para verme

—Hope tu padre ha muerto— el dolor en su voz abre otra grieta en mi corazón, se que debo ser fuerte por ambas, pero cada segundo me desmorono otro poco

—Lo se mamá— limpio sus lágrimas con mis manos y acomodo su cabello hacia atrás

—¿Cómo lo sabes? me lo acaban de decir hace un momento, ¿escuchaste por el teléfono?— giro mi vista para ver el aparato que traía hace un rato sobre mi pecho y niego, ¿Cómo diablos decirle que hable con él?, ¿Cómo rayos explico esto que me esta sucediendo?

—Vamos, hay que levantarnos— la ayudo como puedo y respira intentando tranquilizarse

—Papá no querría vernos así, el siempre nos dijo que debemos ser fuertes —limpio las lagrimas de mis mejillas y tomo su mano

—Juntas podemos mamá— ella asiente ligeramente y la ayudo a ir a su habitación, se recuesta sobre su cama y toma una almohada abrazándola con fuerza. Al verla quedarse dormida regreso a levantar lo que dejamos tirado en el suelo de la cocina y termino por sentarme en una de las sillas del comedor pensando en lo que está ocurriendo y cómo es que el tiempo jamás se detiene, pero en cualquier momento se termina.

Levanto mi cabeza asustada, no sé en qué momento me he quedado dormida y al ver el reloj soy consciente de que es de madrugada, camino directo al cuarto de mi madre y al ver que sigue recostada me dirijo a mi habitación sin detenerme, no se como es que sigo de pie, pero el dolor me obliga a hacerlo. Subo los escalones por lo que parecen años, veo mi puerta abierta y esa sensación helada me aborda apenas entro, todo pareciera estar más oscuro que de costumbre, aun así prendo la luz sin mostrar mucha importancia y saco ropa limpia, entro al baño de manera automática y me desvisto dejando la ropa tirada sobre el suelo, abro la llave de la tina sin esperar a que se caliente y me meto en ella, la sensación tibia después de unos minutos me abraza y me acomodo en tal posición que el agua llega hasta mi barbilla, mis ojos se cierran y comienzo a tranquilizarme...

—Hope— aquel susurro me hace querer abrir los ojos, sin embargo, no lo hago

—Hope— esta vez los abro finalmente y lo primero que veo es mi cuerpo desnudo en el agua, un escalofrío recorre mi cuerpo entero y se que he estado mucho tiempo aquí por las arrugas en mis manos, giro para intentar abrir la cortina pero me paralizo al ver aquella sombra del otro lado

—¿Mamá?—pregunto, aunque en el fondo se que no se trata de ella

—Siento mucho lo de Adam, jamás hubiese deseado que experimentaras tal dolorsus palabras me dejan atónita, es como si hubiese abierto aún más aquella herida dentro de mí

—La muerte al final de cuentas es lo único que tiene seguro el ser humano, pero no por ello deja de ser doloroso, solo lo lamento Hope— sus palabras son como pequeñas dagas que van directo a mi corazón y aunque muestra piedad, el sufrimiento que provocan es arrollador. Las lágrimas han vuelto a desbordarse de mis ojos y jalo la cortina sin ver absolutamente nada, un suspiro sale de mis labios y la respiración se acorta en mis pulmones

—¡Despierta Hope!—su voz es un eco dentro de mi cabeza y me doy cuenta de que me encuentro completamente sumergida en el agua, intentó sujetarme de lo que sea, pero es inútil, mis fuerzas se agotan y se que estoy a punto de perder el conocimiento cuando aquella mano sujeta con fuerza la mía, escupo toda el agua que he tragado e intento volver a respirar, después de unos minutos me reconforto y cubro mi cuerpo con una blusa grande y holgada, se que se encuentra aquí, siento su presencia pegada a mi desde que regresé de aquel lugar y aunque es estúpido, me hace sentir segura y acompañada.

—Hope corre— veo vagamente su sombra salir de mi habitación y corro detrás de él, bajo deprisa y llego a la habitación de mi madre, pero caigo al suelo apenas veo todas aquellas pastillas regadas, una sensación sofocante se aloja en mi pecho y corro hacia ella, pero no verla en la cama me hace ir corriendo al baño, dudo por un momento antes de abrir aquella puerta, no se que escena podría ver ahí adentro, pero debo hacerlo

—¡No mamá!— grito cuando la veo intentar llevarse todas aquellas pastillas a la boca y las deja caer al suelo, me mira de una manera que no logro descifrar, pero se que hay enojo y tristeza, decepción y desesperanza

—¿Por qué?— le reclamo prácticamente y sonríe alejando las lágrimas que han cubierto sus ojos

—Quizás algún día lo entenderás, aunque no deseo que lo hagas, pues el perder tu otra mitad te desgarra por dentro, el dolor es inmenso y lo único que quieres es ir detrás de él sin importar nada—suspiro sin decir absolutamente nada, ella se pone de pie y toma mis manos

—Perdóname Hope—asiento sujetando su mano de igual manera y salimos de ahí

—Creo que es evidente que estoy mal hija, necesito ayuda o cometeré otra estupidez—acaricio su rostro y la ayudo a volver a la cama

—Buscaremos la ayuda que necesitas, te lo prometo— se acomoda mejor sobre la cama y yo también lo hago

—Sabes, no se como explicarlo, pero cada vez que intentaba meterme esas malditas pastillas a la boca una voz en mi cabeza decía tu nombre— sonrío un tanto aliviada y giro mi vista hacia el marco de la puerta, no veo nada, pero se que fue él

—Me alegro de que te haya detenido, no se que haría si me faltaras tú también— la abrazo y respiro con tranquilidad hasta que la escucho decir aquello

—Llama a tu tío, él nos ayudará—de pronto la imagen de aquel hombre repugnante se forma en mi cabeza, el coraje comienza a desbordarse de mi cuerpo y siento como mi piel se eriza por un asqueroso miedo, los recuerdos se arremolinan en mi cabeza de tal manera que duele, duele el pensarlo, el recordar el pasado, todo aquello me carcome por dentro y no puedo evitar sentirme así, rota y sucia

—¡No! —apenas reaccionó le grito molesta y me alejo de ella, quito las lágrimas que han derramado mis ojos y muerdo mi lengua para no soltar todo aquel veneno que me mata por dentro

—Le hablare a la abuela, ya regreso— la dejó ahí mientras escucho el fuerte golpeteo de mis pies y cierro la puerta más fuerte de lo que pretendo, mi corazón late deprisa y estoy que me lleva el demonio.

Busco en la agenda que está arriba del refrigerador el número de la abuela, lo presiono en el teléfono y respiro profundo para tranquilizarme un poco. Espero escuchar su voz, pero se va a buzón directamente. Cuelgo y doy unas cuantas vueltas a mi alrededor intentando alejar aquellos pensamientos que me dañan, pero es inútil, repito aquel numero y ahora la escucho, una sensación cálida aborda mi pecho y vuelvo a sonreír

—Abuela soy Hope, necesito que vengas a la casa mañana, es urgente—ni siquiera la saludo como se debe y ella tampoco inquiere en absoluto

—Está bien Hope, llegare temprano—asiento, aunque sé que no me ha visto, me siento estúpida y como la peor de las nietas, pero hay tanto dolor dentro de mi que no soy capaz de ser quien soy

—Gracias abuela, te necesitamos más que nunca—termino por colgar el teléfono y me dejo caer abrazando mis piernas mientras lloro como aquellos días en que era solo una niña, el pasado ha regresado para lastimarme una vez más y la pérdida solo incrementa aquel vacío en mi corazón.

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Enamorada de su infierno, América Vázquez 🎭

Mi Propio Demonio (+18) |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora